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Franquicias fílmicas que necesitan parar lo antes posible

Sagas que ya no dan para más y necesitan parar o bien tomarse un largo descanso

La maquinaria de Hollywood es imparable, aunque no siempre muy bien aceitada. La necesidad de competir contra nuevas opciones de entretenimiento y generadores de contenidos (desde Netflix hasta YouTubers) hace que los ejecutivos de los estudios entren en desesperación y apuesten a lo que en teoría ellos consideran la ruta fácil. Reciclar fórmulas hasta el cansancio; remakes, secuelas, precuelas, spin-offs, además de adaptar todo tipo de cómics, juegos de video y otros materiales muchas veces imposibles de adaptar a la pantalla grande. Lo importante es llenar de fruta la piñata y en ningún momento preguntarse si la sandía y la piña son buenas o malas ideas.

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La palabra franquicia significa estos días mucho más que una trilogía o tetralogía temática. Implica un descomunal aparato de marketing donde se venderán todo tipo de baratijas inspiradas en la franquicia en turno: desde vasos en el cine hasta figuras de acción. La franquicia es desde hace tiempo un modelo de ventas, no un vehículo narrativo para contar algo grande en escala y en ambición. Por supuesto, el cine debe hacer dinero, pero no puede existir única y exclusivamente para dicho fin... o entonces, al perder su propósito original, dejará de producir dinero (como ya ha pasado).

La existencia de este descarnado modelo de ventas implica que las películas pequeñas en números pero grandes en ambiciones ya no tienen espacio en cartelera, películas como ¡Huye! (99%) se han vuelto la excepción, no la regla. Este tipo de propuestas son un “riesgo” para los estudios, que prefieren invertir cientos de millones de dólares en intentar hacer despegar algo como Assassin's Creed (18%) o La Vigilante Del Futuro: Ghost In The Shell (44%), pero ambos casos resultaron ser espejismos en el desierto. Que algo pueda generar secuelas no significa que vaya a hacerlo, sin una adecuada base narrativa las cosas se pueden venir abajo con suma facilidad. ¡Huye! (99%) no tiene actores de renombre o una serie de juegos y cómics que lo respalden, pero tiene grandes ideas y supo cómo plasmarlas en pantalla. Eso vale más que un millón de precuelas (inútiles) de Star Wars. Ambos tipos de películas deben existir, las grandes y pequeñas, pero en la actualidad las primeras no dejan espacio a las segundas.

¿Qué franquicias deben desaparecer o bien tomarse un largo descanso? Existen muchos sospechosos obvios aquí, Transformers y Rapidos y Furiosos son de las primeras que vendrán a la mente de muchos. Sin embargo, elegir películas sólo por su factor de irritabilidad sería una miopía. Hay que hablar de sagas que en algún momento sí ofrecieron algo interesante a nivel narrativo. Franquicias cuyas primeras entradas son clásicos o bien ejercicios de esparcimiento funcionales y que ahora son la sombra de lo que fueron. Hay que saber reconocer el momento idóneo para retirarse y lo ideal siempre será retirarse en plena forma, algo que estas sagas no supieron hacer.

The Texas Chainsaw Massacre

Si por franquicias de horror que ya no tienen combustible hablamos todo el artículo podría estar lleno de ellas. El horror es el género más caníbal de todos y constantemente se devora a sí mismo sin reparo alguno. The Texas Chainsaw Massacre es uno de los ejemplos más reprobables en cuanto a sacar sangre a las piedras. Luego de que el mismo Tobe Hooper decidiera recurrir a la auto parodia y el humor en la secuela inmediata, la historia de Leatherface y su familia ya no tenía más tela que cortar. Sin embargo, después de secuelas y precuelas, aún tenemos otra entrega en camino de parte de 2 realizadores de “torture porn” francés. Ahora vamos a conocer la niñez de Leatherface. Es como dedicar un episodio de los Simpsons a explicar de dónde surgió el chupón de Maggie (que así como está esa serie seguro ya realizaron ese episodio).

Terminator

Con James Cameron ocupado en su docena de secuelas de Avatar (83%) es fácil olvidar que el señor alguna vez tuvo una gran visión y tacto para las historias de ciencia ficción. Las dos primeras entregas de Terminator son absolutos clásicos del género y sentaron bases para otras historias de su tipo. Cameron se retiró de la saga y con ello llegaron las secuelas innecesarias y hasta una serie de televisión. La misma historia repetida una y otra vez, la guerra contra Skynet empantanada y robots enviados del futuro uno tras otro. Terminator Génesis (25%) debería ser el clavo final en este ataúd, pero ya conocemos a Hollywood y difícilmente se detendrán.

Alien

La apatía de Ridley Scott y sus guionistas en la última entrega de Alien fue tal que se nota desde el inicio de la película, con los tripulantes de una nave descendiendo tranquilamente en un planeta extraño sin ningún tipo de protección. En otro momento vemos a uno de los icónicos seres creados por H. R. Giger salir del pecho de alguien con una forma que nada tiene que ver con la vista en el clásico de los 70. Aparentemente los xenomorfos ahora son pokemones y en cada nueva precuela tienen una evolución diferente. No sólo Alien: Covenant (69%) es ridícula de principio a fin, la rutina de ver aliens salir por sorpresa se ha vuelto, tristemente, tediosa y aburrida. No hay nada más que contar o “explicar” en estas películas y sin embargo siguen y siguen.

Jason Bourne

La saga del agente amnésico Jason Bourne (55%) es una de las culpables por popularizar la irritante cámara y edición epiléptica que vemos en incontables películas de acción. La intención por manejar un estilo de filmación “guerrilla/cámara en mano” sólo produce enormes dolores de cabeza y no permiten ver nada de lo que sucede. Con una saga como la de John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar (89%) ya en nuestro mundo la existencia de otra cinta de Bourne sería un cinismo excesivo de parte de los estudios.

Piratas del Caribe

Alguna vez Johnny Depp era un actor serio que, a pesar de su perfil de galán, no temía correr riesgos en cintas de corte atípico como Dead Man (71%) o Fear and Loathing in Las Vegas (49%). Entre las últimas películas Tim Burton y la saga de Los Piratas del Caribe todo el talento de Depp se fue por la borda. El actor obviamente entró en una zona de confort, donde hablar y caminar como si estuviera borracho con un paliacate en la cabeza le deja cantidades absurdas de dinero. Lo cierto es que luego de la más reciente entrega en la saga de aventuras en altamar de este pirata, inspirada en una atracción turística de Disney, queda puesto en evidencia que este barco naufragó hace ya mucho tiempo.

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