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Críticos y opinólogos parte III: todos somos necesarios mas no indispensables

El debate y la discusión siempre serán una parte esencial para poder reflexionar sobre el arte

En los anteriores textos se cavó lo más profundo posible en cuanto a las diferencias entre críticos y opinólogos. El primero debe tener una formación y, por ende, un punto de vista sustentado en conocimientos duros sobre el séptimo arte; el segundo posee un nivel de interés y reflexión menor y muchas veces, sus comentarios son superficiales. Generalmente, el opinólogo carece de las herramientas de argumentación necesarias para desentrañar los cómo y por qué de una obra cinematográfica. A pesar de haber puesto ejemplos particularmente sombríos de la rama de opinólogos que pululan en redes (y que en muchos casos estos se consideran críticos de alcurnia y de gran intelectualidad), lo cierto es que Internet es un lugar muy grande y hay suficiente espacio para todos. Ya sea una crítica elaborada o una opinión al vapor, cada una tiene su lugar y razón de ser y va dirigida a un público particular. Pretender monopolizar la discusión sobre el séptimo arte y autonombrarse policía del “buen gusto” sería un grave error, uno en el que muchos caen seguido. Ojo: esto no significa que todo tenga el mismo peso y valor argumental o sirva como pieza de ensayo, sólo significa que tiene que existir diversidad (tan de moda) de visiones, sólo así el debate artístico podrá realmente enriquecerse.

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Recientemente surgió una suerte de polémica en redes sobre un video que se dedicaba a exponer todos los problemas de guión y de realización de Kong: La Isla Calavera (76%), dirigida por Jordan Vogt-Roberts. El video fue subido por el canal de YouTube CinemaSins, quienes han hecho de este tipo de videos un hábito. Su serie lleva por nombre “Everything Wrong With” y son varias las cintas de Hollywood que ya pasaron por esta máquina rebanadora. Sin embargo, por primera vez alguien relacionado con una cinta alzó la voz en señal de protesta. Jordan se lanzó en un largo monólogo en Twitter donde señaló varias partes del video en las que los supuestos errores señalados eran más bien señal de que los que hicieron el video no pusieron mucha atención a la película.

El director subrayó oportunamente que el trabajo de disección realizado por el video no fue el ideal, ejerció su derecho a la respuesta y eso puso en evidencia que los videos no son ni tan ingeniosos ni tan cómicos como sus creadores pretenden. Varias de las quejas tenían que ver con nimiedades totalmente irrelevantes para el progreso de la trama o el desarrollo de los personajes. Sin embargo, el efecto secundario de la respuesta de Jordan fue que algunos empiezan a clamar en redes por el silencio de videos como los producidos por CinemaSins y eso es una petición muy peligrosa.

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El sitio Red Letter Media maneja un estilo humorístico muy propio y con su personaje Plinkett saltaron a la fama en redes gracias a sus videos sobre las precuelas de Star Wars. En ellos el personaje deconstruye todos los graves problemas de las cintas y de la enorme miopía narrativa de un George Lucas que se encontraba desconectado de la realidad. El ensamble de cineastas amateurs y críticos que conforma este canal definitivamente se cuece aparte de otros canales de YouTube. Gente que sí ha hecho cine, que le apasiona y que tienen cosas que decir y argumentos, todo con un toque humorístico y políticamente incorrecto. El reciente video donde Plinkett analiza todo lo que está mal con la reciente versión de Cazafantasmas (73%) fue recibido por la mayoría con entusiasmo, aunque algunos hicieron la misma pregunta que con el video de CinemaSins: ¿por qué hacer un video en el que se hable de lo malo de una cinta? ¿Qué se gana con esto? Es exactamente la misma pregunta que ha visto su servidor ante mi sección “Antología de la Estupidez” en la que por igual han pasado 3 Idiotas que Alien: Covenant (69%). Cintas que, a consideración del que aquí escribe, merecían ser expuestas en sus errores y contradicciones más garrafales, presentado con humor y a la vez con su necesaria dosis de reflexión. Pude haber triunfado o fallado en mi cometido, pero el propósito era muy claro: analizar los fallos de cada cinta, no realizar simplemente una diatriba insulsa e inútil (si les pareció lo opuesto, pueden comentarlo en los respectivos artículos).

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Hay una lógica muy peligrosa operando con impunidad en estos debates: si no tienes nada bueno que decir, no digas nada. Esto es fatal para cualquier tipo de discusión que realmente busque un enriquecimiento y fortalecimiento de algo o alguien. Crear una cámara de eco de elogios y arrojar sólo flores es, sin duda, lo que el ego de muchos artistas busca con desesperación, pero esto no puede ser así. Es necesario señalar todos los aspectos de una obra para poder entender mejor el lugar ocupa que en nuestro contexto social y cultural. Querer silenciar la crítica disidente por no ser popular es propio de un sistema y de personas con tendencias autoritarias; casualmente, personas que luego dicen estar “a favor de la libertad de expresión”, claro, siempre y cuando ésta no se use para desfavorecer sus intereses políticos o económicos.

Por supuesto, una crítica o incluso una opinión sin grandes pretensiones debe estar bien pensada y enfocada en señalar un genuino problema, no una frivolidad. Criticar la calidad de CinemaSins es válido y necesario, pero pedirles que se callen, no. Como se dijo al principio de este texto, cada corriente y estilo de crítica u opinión tiene su razón. Desde el crítico con el lenguaje más adornado hasta el YouTuber más simplón, todos forman parte de este ecosistema en el que habitamos todos los que vivimos de esto. Jugar a la policía del arte es francamente risible y ni todos los golpes de pecho y desgarres de vestidura van a cambiar la realidad: el público buscará lo que mejor se adapte a sus necesidades. A algunos, les llena ver a una chica de cabello morado parada frente a una pared llena de pósters de cómics que en su vida ha leído; otros piensan que es necesario algo con mayor calidad y sustancia. El Sol sale para todos decía un conocido, el tiempo que uno pierde en criticar el trabajo ajeno es tiempo que se puede invertir en mejorar el propio.

Así que no, el mundo de la crítica, las opiniones y los YouTubers no es blanco y negro, ni la cultura y el arte son el botín de guerra de intelectuales de café exprés que debe protegerse de los “herejes”. Cada vertiente encontrará su público y, ante todo, añadirá una capa de pintura a esta enorme composición que es la crítica en redes. Es un cuadro en constante cambio y evolución; los que se queden en su esquina renegando amargamente de un mundo que ya los superó serán los primeros en perderse entre tantos tonos de colores. Todos pueden hacer que su voz se escuche, pero de igual manera, el mundo no está obligado a escuchar todas esas voces. Quien sepa trabajar mejor las características únicas de dicha voz será quien logre mantener consistente su trabajo y, retomando oportunamente lo dicho en la primera parte, quien lo haga por pasión al cine siempre seguirá hacia adelante. Quienes busquen satisfacer sus rotos egos darán tumbos una y otra vez porque el arte es, generalmente, una dama egoísta que exige mucha atención y dedicación, pero no promete devolverla en la misma cantidad.

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