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El asesino y su aprendiz, o cómo tratar de asesinar a tu maestro

Entre las muchas películas que Hollywood nos ha regalado sobre alumnos y maestros, un pequeño grupo tienen por tema el aprendizaje del asesinato y la traición al “maestro”, componentes que no pueden faltar en este tipo de cinta

Una de las pioneras de este tipo de películas lo es sin duda The Mechanic, protagonizada por el siempre polémico Charles Bronson (dueño de una legión de seguidores que no es menor a la de sus muchos detractores), un actor poco expresivo que tiene en su haber un par de papeles notables, basta mencionar aquí Érase una Vez en el Oeste (98%) del gran Sergio Leone.

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The Mechanic, cinta dirigida por Michael Winner, es un trabajo que escapa al típico filme protagonizado por Bronson. Es, para empezar, una película que no pocos críticos han calificado como “fría” y, por varios momentos parece más una película europea que el típico producto estadounidense. Su trama no tiene grandes complicaciones y quizá ahí radique buena parte de su éxito y eficacia: Arthur Bishop (Bronson) un asesino a sueldo por demás meticuloso que se ha labrado una buena fama por lo bien planeado de sus ejecuciones, cada una realizada con distinta técnica, siente que está envejeciendo y decide entrenar a un aprendiz (Jan-Michael Vincent), tan frío y convincente como su maestro. Como es fácil imaginar, el aprendiz pronto cree que puede superar al maestro y esto da pie al conflicto que ocupa la parte más interesante de la película.

La fórmula: capacitar perfectamente a un joven aprendiz que más tarde se rebela contra su maestro, sería retomada por el siempre efectivo Richard Donner (Arma Mortal (84%), Maverick, 16 Blocks) en Asesinos, llevando en los estelares a Sylvester Stallone (quien fue nominado al premio Razzie a peor actor), Antonio Banderas y Julianne Moore. Donner, un cineasta que ha probado en repetidas ocasiones su dominio del ritmo y del suspenso, hizo lo que pudo con el poco dotado Stallone y con un sobreactuado Banderas y salió lo mejor librado que pudo de esta cinta que quedaba lejos de sus mejores películas.

Ya en este siglo, en 2011 una nueva versión de la película de 1972 le fue encargada a Simon West, un director que tiene en su filmografía títulos nada envidiables como Lara Croft: Tomb Raider (20%), Los Indestructibles (41%) y una excelente película de acción: Riesgo En El Aire protagonizada por Nicolas Cage, John Cusack y John Malkovich.

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The Mechanic (2011) de Simon West dista mucho de ser una buena película y poco o nada añadía a la cinta de Michael Winner. Llevando ahora en los papeles protagónicos a Jason Statham, Ben Foster y al mítico Donald Sutherland, dejaba de lado la trama original e intentaba llevarla por un rumbo distinto al añadir un componente distinto: la amistad.

Sin embargo la película, diseñada más para el lucimiento de su estrella principal, fue recibida como un producto mediano y una pálida copia del original. Peter Travers, crítico de Rolling Stone afirmó que:

"El resultado es lo suficientemente bueno como para aprobar una película de acción si la ves con la mirada condescendiente que viene después de muchas cervezas y pocas horas de sueño”.

Y Lou Lumenick del New York Post, afirmó categórico que esta nueva versión era: “considerablemente más divertida que la letárgica original”.

Pero no todas las críticas resultaron tan condescendientes; para Luciano Monteagudo, crítico de Página 12:

“El Mecánico parece –como decía el Bardo– un cuento lleno de sonido y de furia que no significa nada. El director Simon West filma todo con la estética de un corto publicitario y sus montajistas editan el material como si lo hicieran en una multi-procesadora, a ver quién corta más chiquito cada plano... ¿Qué espectador entonces podría preocuparse por los problemas de conciencia y lealtad que acosan al ‘mecánico’? Ni siquiera él mismo parece tomárselos demasiado en serio”.

Sin duda emparentadas, así sea lejanamente, hay dos películas mucho más interesantes, sobre la relación asesino y aprendiz. Nos referimos a Nikita - La Cara del Peligro (88%) de Luc Besson y Se Busca (72%) de Timur Bekmambetov.

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Fue tal el éxito de Nikita, protagonizada por Anne Parillaud, que dos años más tarde el veterano John Badham realizó un remake, Point of No Return, llevando en el papel principal a la hoy casi olvidada Bridget Fonda. La historia narraba el proceso de entrenamiento de una joven recogida en las calles y convertida en una asesina letal e infalible. Besson, un director tan capaz como Donner y superior por completo a Badham o a West, realizó un thriller que combinaba eficazmente la intriga y las secuencias de acción. Añadía, además, la novedad de otorgar el rol principal a un personaje femenino.

Finalmente, Se Busca (72%) nos colocaba ante una historia de ciencia ficción en la que un joven (James McAvoy) común y corriente es entrenado por una misteriosa mujer (Angelina Jolie) perteneciente a una organización secreta de la cual formaba parte su padre, quien ha sido asesinado y a quien él aspira a vengar. Lo cual sólo podrá lograr convirtiéndose en un asesino tan capaz como lo fue su progenitor.

En todas las cintas el elemento común es el entrenamiento y el rompimiento con el tutor, ya sea como una traición cometida por el aprendiz (El Mecánico, en sus dos versiones, y Asesinos), ya sea como una rebelión al descubrir que el tutor los utilizaba como meros peones al servicio de una causa ajena a ellos (Nikita y Se Busca).

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