The Square, La Farsa del Arte | top de críticas, reseñas y calificaciones

Christian, interpretado por Claes Bang, el curador de un museo que exhibe arte moderno, y su equipo buscan una alternativa para atraer al público para que visiten una nueva instalación titulada The Square; obra con la que se representa a la sociedad unida en un pequeño espacio, donde deben desarrollarse mediante los valores de la comprensión, el amor y la igualdad. Durante el proceso creativo, llevado a cabo de la mano de una agencia de relaciones públicas, para la publicidad y mercadotecnia de la nueva pieza, el protagonista se ve envuelto más de una vez en situaciones que ponen a prueba su relación con los valores que busca vender, dentro de diferentes contextos sociales: la familia, los amigos, el trabajo y la gente de afuera.

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El director sueco, Ruben Östlund, presenta The Square, La Farsa del Arte (80%), con la actuación especial de Elisabeth Moss, Dominic West y Terry Notary, como un reflejo de la sociedad misma, tema que al parecer ha protagonizado a todas sus cintas anteriores, y le dice a gritos al espectador que incluso el hombre de la alta sociedad que presume ser solidario y altruista, está dominado por los prejuicios. Esta última obra de Östlund, pone énfasis particular en los “invisibles” del mundo, es decir, los niños, los mendigos o cualquier persona que sea diferente al ideal de los que prefieren no mirar a menos que sea para su entretenimiento; la ira, también es parte importante del elenco, pues se hace presente en momentos específicos de manera exhaustiva y evidente. Las obras presentadas en las salas del museo, se vuelven los escenarios perfectos para el desarrollo de las escenas de tal manera que el arte mismo se integra a los acontecimientos.

Aunque en Involuntary y The Guitar Mongoloid el director ya había tomado en cuenta el comportamiento humano como parte fundamental de sus historias, esta vez lo explota haciendo metáforas del salvajismo del hombre y hasta dónde puede llegar. El sonido es clave para remarcar las emociones del protagonista de tal manera que el espectador logra reconocer la analogía entre el arte y la realidad. Lo que comienza como una divertida sátira sobre el arte moderno, termina siendo una película que, en sí misma, es una obra de arte moderno. El mismo Ruben Östlund ha dicho que con su aclamada cinta quiere demostrar que la gran mayoría de las personas son dominadas por su ego.

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La crítica en general, ha coincidido en que esta película que ganó la Palma de Oro en la última entrega en Cannes, así como otras películas del mismo director han sido parte de la selección oficial del Festival, logra mostrar que el arte puede hablar más sobre las personas de lo que cualquiera podría esperar.

Chris Nashawaty, de Entertainment Weekly, dice:

Se esfuerza tanto para alterar a la audiencia que empieza a sudar de manera virtual.

Jake Coyle, de Associated Press, agrega:

The Square, donde los iluminados y adinerados siempre están esquivando a los mendigos, permanece como una sátira potente.

Joe Morgenstern, del Wall Street Journal, dice sobre este filme:

Una cinta divertida de una manera retorcida, que se trata más que nada de un problema de sentimientos: el trecho entre lo que pensamos que sentimos como personas amables y solidarias, y los actos que realmente cometemos.

Justin Chang de Los Angeles Times:

Afirma que el arte, en el cual va incluida esta película, nos puede decir cosas acerca de nosotros que preferiríamos no saber.

Mark Jenkins, de NPR, describe:

El argumento a favor de The Square no es que sea sumamente divertida, sino que es muy entretenido reflexionar acerca de ella después de verla. Se queda contigo, de un modo ameno y perturbador.

A.O. Scott, de New York Times, destaca:

The Square es finalmente una versión larga de la apología inconexa de Christian, inteligente de una manera ostentosa, quizá demasiado para su propio bien, pero al final resulta complaciente, cobarde y despistada.

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