Coco ya tiene Certificado de Frescura

La muerte es ese fin de viaje al que todos nos tocará enfrentarnos toma otro cariz bajo la batuta de Lee Unkrich y Adrian Molina, en Coco (97%), una entrañable historia animada en la que la fatalidad toma forma de esperanza. Un niño descubre en el tránsito de su infancia su pasión por la música en una familia en la que todos la odian. Miguel (Luis Ángel Gómez Jaramillo, voz en español), nuestro pequeño héroe tomara como inspiración al legendario cantautor Ernesto de la Cruz, y como él, en un arrebato ante lo prohibido –qué mejor caldo de cultivo para emprender un viaje-, escapa sin que se lo proponga, a otra dimensión: a la Tierra de los Muertos. Será en ese mundo paralelo en el que habitan las almas de los muertos que Miguel comprenderá la importancia del amor de la familia, la memoria y el olvido. La cinta que combina el misticismo de las tradiciones mexicanas, la música vernácula, el perdón por el pasado complementará esta historia de amor y luminosidad, ya estrenó en los cines de Estados Unidos y los críticos ya le otorgaron el codiciado de Certificado de Frescura.

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La búsqueda de una pasión situará a Miguel en un mismo universo con sus ancestros, y así tratará de llenar los vacíos e incertidumbres que le aquejan en el mundo de los vivos, componentes que le ayudarán a forjar una identidad propia, que en este caso depende, en buena medida, de la fuerza de los apegos, que por lo general son los familiares. Y es que por más que la pubertad empuje a la rebelión contra los padres, esos lazos afectivos ya han echado raíces. El melodrama previo se filtra con toques de comedia y cine fantástico y su dejo fantasmagórico ilustrado en las catrinas, los altares, los cementerios, su atmósfera festiva y dolorosa. Y es en ese reino de los muertos que Miguel descubre no se parece en nada al paraíso o al infierno descritos en textos religiosos e inscritos en el imaginario colectivo.

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Es una ciudad gigantesca, poblada de esqueletos y criaturas fantásticas. Es también donde vive Ernesto de la Cruz (Marco Antonio Solis ), su ídolo. Mientras sus antepasados lo persiguen para llevarlo a casa, Miguel conoce a Héctor (Gael García Bernal), un esqueleto errante al que nadie rinde homenaje en el Día de Muertos, de ahí que no pueda cruzar el puente que conecta el mundo del difunto con el de los vivos para visitar a su familia. Hay en Coco (97%) una melancolía que a veces roza la elegía, cuando los giros de la trama, trastorna las certezas y el destino de los personajes. Los especialistas coinciden que a pesar de su narrativa clásica la historia no se pierde a pesar de su gran cantidad de personajes. El humor está presente de manera sutil, pero el corazón del filme son las emociones encontradas, ¿lloramos o reímos? Ambas en un relato vibrante y colorido donde el reino de los muertos es tan acogedor como el reino de los vivos.

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Este será el primer fin de semana de Coco (97%) en Estados Unidos, una película que le recordara a los compatriotas mexicanos y latinos avecindados en el país del norte, la importancia de conocer nuestros orígenes, las tradiciones, el amor a la familia, la infancia y la memoria. Aquí las críticas al filme:

Samuel Lagunas de Cine Divergente, menciona:

El argumento de Coco y la manera en que la historia avanza se encasilla en lo habitual, especialmente en su primera parte. Una vez que la película da una vuelta de tuerca, se precipita intensamente hacia el emotivo y conmovedor desenlace que tantos elogios ha merecido por parte del público.

David Griffin de IGN Movies:

Coco explora de manera maravillosa los temas familiares, la identidad y el aprendizaje de lo que significa crecer en un mundo que no es perfecto.

Luis Pablo Beauregard de El País:

Hay alebrijes, xoloitzcuintles, papel picado, pirámides, flores de cempasúchil, tamales y drama de telenovelas, con sollozos incluidos. Pero la envergadura de la investigación de Pixar se percibe en una segunda capa, más lejana de la superficialidad de los lugares comunes. Son guiños a detalles intrínsecos de lo mexicano: el matriarcado en una sociedad machista, la violencia que puede desatar una chancla y lo risible que puede ser para los locales la imagen de Frida Kahlo, idolatrada en el extranjero.

Tim Grierson, de Screen International:

Con un soundtrack atractivo y una sarta de delicias visuales que buscan estar a la altura con la imaginación de la narrativa, Coco es dulce y sentimental sin ser particularmente interesante.

Alonso Díaz de la Vega, de El Universal:

La impresión general que da este fime de Lee Unkrich y Adrián Molina es de una admiración e incluso respeto a la cultura nacional.

Robert Abele de TheWrap:

El gigante de la animación ha demostrado una vez más cómo su visión de la narración de cuentos y el esplendor visual siguen siendo los compañeros de baile más seguros en las películas de hoy.

Peter Travers de Rolling Stone:

Coco de Pixar rinde homenaje a la cultura mexicana con una animación que rebosa de placeres visuales, energía cómica y emoción desbordante. La memoria y el olvido. El amor a la familia y la importancia de la identidad en tiempos oscuros donde mantener y honrar tu origen y antepasados ha sido desplazado por la vorágine de la tecnología y el día a día.

Allison Shoemaker, de Consequence of Sound:

Es una historia deliciosa, no menos alegre por la oscuridad que lleva de trasfondo, la mayoría de los cuales se maneja con tanta honestidad que uno simplemente se quiebra.

Angie Han, de Mashable:

Lo que hace a Coco una película extraña y hermosa es que te enfrenta a tu pasado, a reconocer que aquellas cosas que le dan sentido a tu vida no son ni están donde tú crees. Que hay cosas más importantes que tú mismo o tus deseos.

Justin Chang de Los Angeles Times:

Los toques macabros en su guión y los destellos mordaces de ingenio de sus diálogos y la ingenuidad de su pequeño héroe que lucha por alcanzar un sueño en un universo habitado por adultos muertos, resultan ser sus cualidades más desarmantes.

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