El cine mexicano estrenado en cartelera durante junio 2018

Durante junio, ya con la temporada veraniega de estrenos cinematográficos a su máxima capacidad, en la cartelera nacional se produjeron algunas cifras importantes: en ese mes se ha registrado la cantidad más alta de lanzamientos, arrojando un total de 42 filmes estrenados. Entre ellos se pudo encontrar desde algunos de los más esperados blockbusters como las secuelas de Mundo Jurásico (71%) (Jurassic World: El Reino Caído (58%)) y Los Increíbles 2 (90%), hasta obras de presupuestos y manufactura mucho más modesta, pero de grandes alcances y relevancia, algunas de los cuales seguramente figurarán en los distintos listados de lo mejor del año según la crítica como Un Nuevo Camino (61%), Cómo Enamorar a una Chica Punk (50%) o Lucky (98%).

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En cuanto al ritmo de estrenos, prácticamente se estuvieron lanzando diez películas a la semana, con excepción de aquella cuando fue estrenada Jurassic World: El Reino Caído (58%), porque ese 22 de junio -además de la mencionada secuela- solo se estrenaron tres producciones más, siendo así la fecha donde se registró la menor cantidad de cintas estrenadas en lo que va del año. Y la primera vez en este 2018 que ninguno de los estrenos de esa semana es mexicano.

En contraste, junio registró una buena cantidad de producciones y coproducciones mexicanas, registrando una de las cifras más elevadas del 2018: 9 largometrajes, replicando la cantidad de estrenos alcanzada en marzo de este año, que era hasta este momento la más alta. De esos nueve estrenos, dos de ellos fueron coproducciones conjuntas con España, Francia, Alemania y Ecuador.

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La presencia de la comedia, la cual había disminuido durante los meses de abril y mayo, remontó el vuelo para competir codo a codo por la hegemonía del género dominante en el cine nacional estrenado durante el mes, empatando finalmente con el documental: 3 comedias de diversos tonos y tendencias -dos de ellas románticas- llegaron a la cartelera (Eres mi Pasión (18%) de Anwar Safa ; Prometo no Enamorarme (79%) de Alejandro Sugich y A Ti Te Quería Encontrar (20%) de Javier Colinas), lo mismo que 3 documentales que se aproximan a diferentes realidades (Sin Miedo de Claudio Zulian; Sin Dios y sin Diablo, Jaime Sabines y sus lectores de Claudio Isaac y Guerrero de Ludovic Bonleux).

El trío de filmes restantes estrenados en este período, estuvo conformado por un drama con tintes de suspenso y trasfondo social (Sin Muertos No Hay Carnaval de Sebastián Cordero), por un tanto atípico melodrama con tintes cómicos (El Club de los Insomnes (67%) de Joseduardo Giordano y Sergio Goyri Jr.) y por un relato de terror (El Habitante (60%) de Guillermo Amoedo).

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Lo más destacado de junio fue sin duda El Club de los Insomnes (67%), ópera prima del dueto de cineastas Giordano y Goyri Jr. la cual, con cierto aire indie y unas dosis de frescura, narra las vivencias de un trío de noctámbulos, quienes convergen por las noches en una tienda de conveniencia, que se vuelve una especie de santuario donde conviven y hallan refugio y mitigan un poco sus tribulaciones, soledades y vacíos existenciales los cuales les acosan y les quitan el sueño, topándose ocasionalmente allí con todo tipo de “criaturas de la noche”. Una propuesta diferente, a contracorriente de las rutinarias comedias ligeras siempre presentes en la filmografía nacional actual.

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En contraste, lo más olvidable del mes fue sin duda El Habitante (60%), pretencioso filme de horror rodado en nuestro país por el uruguayo Amoedo (quien colaboró en los guiones de Caníbales (34%), Aftershock y Lado Oscuro del Deseo (34%), cintas dirigidas por Eli Roth) el cual en un afán de brindar algo original y novedoso, recurre a un bricolage donde reúne diversas vertientes del género como el home invasion, el cine de posesiones y el de conspiraciones demoníacas, pero un guión en estado embrionario, actuaciones risibles, falta de coherencia y rumbo en la trama y una realización torpe y poco inspirada, terminan no solo por convertirlo en un producto genérico más, sino en uno particular y dolorosamente malo. Sin duda uno de los puntos más bajos en la historia del cine de terror contemporáneo en México.

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