Venecia 2018: Al Otro Lado del Viento, de Orson Welles, ya tiene primeras críticas

Nunca llegaremos a saber cuál era la historia que Orson Welles nos quería contar con su deseada Al Otro Lado Del Viento (93%), su obra póstuma que entró en la categoría de “película maldita” por muchos años debido a su estatus de obra inacabada, proyecto atesorado del influyente director que dejó para la posteridad obras maestras del séptimo arte como El Ciudadano Kane (100%) o La Dama de Shanghai (86%). Welles pasó trabajando los últimos años de su vida en esta pieza que tiene como protagonista al legendario John Huston dejando tan solo 41 minutos de metraje y más de 1,000 rollos de celuloide filmado, sin ningún tipo de instrucción sobre cómo ordenarlos, un guión sería haber pedido demasiado ya que es bien sabido que el genio estadounidense construía gran parte de sus películas en el cuarto de edición, muchas veces guiado por su propia intuición.

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Lo que si podemos percibir es que Orson Welles tenía planeado hacer una mordaz y aguda crítica a la industria que se encargó de encumbrarlo, pero también de denostarlo obligándolo a un exiliado en Europa, experiencia que permeó el guión de Al Otro Lado del Viento y que, según dan cuenta aquellos que la vieron a su paso por la Mostra de Venecia 2018, su perspicaz mirada sigue viva en este montaje que se encargó de supervisar Peter Bogdanovich y Frank Marshall así como otros especialistas y que cuenta con la producción de Netflix. La película sigue a un director llamado J.J. Hannaford (Houston) que luego de un exilio en el viejo continente ha regresado a Hollywood con la intención de resucitar su carrera y para ello tiene pensada la realización de la película, también titulada, Al Otro Lado del Viento.

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Cine sobre cine, cine frenético que por algunos periodistas de cine ha sido vista también como una carta de amor endemoniada a esa industria que lo forjó pero que también se mostró injusta. Aunque las reseñas dejan ver esa sensación agridulce que deja la experiencia de encontrarse con una reliquia que se creía perdida, pero que a la vez se añora la presencia de su creador, Al Otro Lado del Viento ha dejado comentarios mayoritariamente positivos entre los primeros especialistas que la han visto quienes destacan que es una pieza de fascinante técnica, personalidad y salvajismo palpitante, una obra que es en sí misma un legado.

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También hay comentarios que hablan de una experiencia casi casi sacrílega de aquellos que osaron mancillar el material sagrado que documenta la furia de un genio, sin embargo, resulta innegable que Al Otro Lado Del Viento (93%) no ha provocado indiferencia entre la concurrencia de Venecia. En seguida te dejamos las primeras críticas de los especialistas.

Robbie Collin, de Telegraph:

Como sátira disparatada del tumultuoso mundo del cine y como furiosa carta de amor a un negocio que hizo y deshizo a su creador, difícilmente puede ser mejorada.

Glenn Kenny, de RogerEbert.com:

Una película fascinante, y a la ver este montaje, se vino a mi mente que Welles lo había dejado inacabado.

Robert Abele, de The Wrap:

Un despecho verdaderamente cinético de un gigante en el crepúsculo y, de acuerdo con la obra de Welles, otra exploración sin restricciones a un hombre complicado y el medio ambiente que lo forjó.

Eric Kohn, de indieWire:

Desordenada y serpenteante, pero siempre en esa forma distintiva wellesiana que demuestra que su talento no tenía paralelo, incluso cuando se vino abajo.

Todd McCarthy, de Hollywood Reporter:

Desde esta perspectiva, supera con creces lo que se pensaba que era posible y de ninguna manera se siente como una transgresión o una traición. Lo cual es decir mucho.

Owen Gleiberman, de Variety:

Una obra excéntrica, bastante entrecortada, pero muy visible, y Orson Welles está bastante vivo en ella. Puedes sentir la intensidad de su ADN en su siniestra atmósfera de perversa depravación noir.

Peter Bradshaw, de The Guardian:

Esta sátira autobiográfica es tan salvaje, anticuada y brillante como esperabas…

Jonathan Romney, de Screendaily:

Inquietante, a veces agotadora, pero siempre fascinante (…) Es a la vez atrevida e innovadora y una extravagante obra de época de los años 70.