Directores que detestan las escuelas de cine
Estos directores han demostrado que el arte cinematográfico no solo se aprende en un salón de clases.
Cuando alguien quiere dedicarse a la realización de cine es fácil pensar que lo natural sería inscribirse en alguna escuela para aprender el oficio, sin embargo, a veces no resulta ser lo ideal para algunos jóvenes que traen una idea muy clara sobre lo que quieren hacer en la pantalla grande y, como suele ocurrir en otros ámbitos académicos, aprender un arte o trabajo no requiere de una suma de materias, teoría u horas encerrado en un salón de clases, sino de la práctica y dominio de la técnica dentro del campo laboral.
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Lo anterior encuentra respaldo con los testimonios de varios cineastas aclamados cuya perfección en su estilo ha devenido en obras imprescindibles del séptimo arte con lo cual demuestran que asistir a una escuela de cine resulta intrascendente cuando se tiene el talento y la precia para la realización de este arte en movimiento. Veteranos directores como Werner Herzog, icónicos como Chantal Akerman o más contemporáneos como Alfonso Cuarón han sobresalido en el medio como cineastas autodidactas ya sea porque fueron expulsados, suspendidos o renunciaron a las escuelas de cine viendo en ello la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos y construir una carrera autoral redonda. En la siguiente lista presentamos a 10 directores que no son afectos a las escuelas de cine.
Alfonso Cuarón
En la actualidad, Alfonso Cuarón es de los directores mexicanos más reconocidos en el extranjero, el cineasta ha hecho historia al convertirse en el primer mexicano en ganar un premio Óscar a Mejor Director y sus películas son ampliamente aclamadas por los especialistas, por si fuera poco, su historia con la escuela de cine es muy conocida ya que, el director de la multipremiada Roma (99%), debido al tipo de cine que buscaba hacer, fue expulsado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM. De acuerdo a los registros, Alfonso Cuarón fue tachado de “disidente” debido a que realizó un cortometraje en inglés, lo cual contrastaba con la visión del oficio que enseñaba la escuela, además de que siempre buscó la forma de integrarse a equipos de trabajo fuera del ámbito académico, pero según el propio Cuarón, todo se debió a la siguiente (vía El País):
La verdad tiene que ver con varios factores. Era una escuela muy disfuncional. Estaban estos maestros, que siguen siendo el pilar, y a los cuales agradezco profundamente. Lo que aprendí en el CUEC lo aprendí de ellos. Pero no había la estructura para dar clases. Ni el equipo.
Paul Thomas Anderson
Es considerado uno de los maestros del cine de la actualidad, sus películas Magnolia (84%), Petróleo Sangriento (91%) y The Master: Todo Hombre Necesita un Guía (85%) han sido llamados clásicos de la moderna cinematografía. Mostrando una precisión en sus historias y un dominio de la técnica como pocos cineastas, Paul Thomas Anderson es otro cineasta que aprendió el arte fuera de la escuela y, es que, si bien asistió a la Universidad de Nueva York, éste la abandonó al tercer día y prefirió integrarse como asistente de producción en diversos telefilmes, además que, desde muy temprana edad, comenzó a realizar cortometrajes como el de The Dirk Kiggler Stroy, el cual derivaría en su célebre Boogie Nights: Juegos de Placer (92%).
Theo Angelopoulos
Theo Angelopoulos era un estudiante de leyes en Atenas hasta que decidió partir a París para estudiar literatura en la Soborna. Cuando terminó sus estudios, buscó la forma de entrar a la Escuela de Cine francesa y lo consiguió, sin embargo, decidió volver a su natal Grecia donde se desempeñó un tiempo como periodista, pero ¿cuál fue el motivo? Simple: el director de esa belle reflexión titulada La Eternidad y un Día (95%) detestó el estilo de “una secuencia por toma” que proponía esta escuela.
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Luc Besson
Las vivencias de Luc Besson han sido la fuente de inspiración para su trabajo ya que no sólo es un cineasta autodidacta, también la idea para sus guiones, principalmente del emotivo drama Azul Profundo (63%), lo sacó de su propia vida al ser hijo de unos padres dedicados al buceo. El director de El Quinto Elemento (71%) nunca fue a una escuela de cine, de hecho, fue rechazado de la Escuela de Cine de París de la que, irónicamente, años más tarde fue nombrado jefe y supervisor de los exámenes de ingreso.
Bruno Dumont
Es uno de los cineastas consentidos por la crítica internacional, aunque también es cierto que cuando sus filmes no logran conectar ha sido fuertemente repudiado, sin embargo, todos reconocen la maestría de Bruno Dumontt, cuyos filmes están siempre al límite del drama realista y la vanguardia. En diversas entrevistas, el realizador de Camille Claudel 1915 (82%) ha comentado que nunca asistió a una escuela de cine, de hecho, recuerda que fue rechazado de la Escuela de Cine de París por lo que estudió filosofía, su frase célebre al respecto es:
Las escuelas de cine no sirven de mucho si lo que quieres es convertirte en director.
Rainer Werner Fassbinder
Representante imprescindible del Nuevo Cine Alemán, ninguna figura se ajusta al término autodidacta como Rainer Werner Fassbinder. Director de cine y teatro, el responsable de Las Amargas Lágrimas de Petra von Kant y The Marriage of Maria Braun (93%) fue rechazado de la DFFB, la escuela de cine de Alemania, lo cual no significó ningún freno para la desbordante creatividad y talento de este genio que en todo momento reveló su cinefilia como una de sus herramientas de aprendizaje, asimismo, siempre se refirió a Douglas Sirk como su maestro luego de ver 6 películas de su autoría y tras tener una serie de conversaciones con él, a Sirk le debe su influencia melodramática. De su encuentro con Sirk, Fassbinder diría:
Realmente he visto muy pocas películas de Sirk. Quisiera haberlas visto todas, sus treinta y nueve películas. Si lo hubiese hecho, quizá habría ahondado más en mí mismo, en mi vida, en mis amigos. He visto seis películas de Douglas Sirk. En ellas estaba lo más bello que hay en el mundo.
David Fincher
David Fincher es experto en realizar dramas criminales, sus películas Seven, los Siete Pecados Capitales (79%), Zodiaco (89%), El Club De La Pelea (80%) y Perdida (88%) han marcado tendencia dentro del género. El director estadounidense es otro de los que se abrió camino en la industria sin tener una formación académica previa, de hecho, se cuenta que Fincher supo a muy temprana edad que quería dedicarse a la producción de cine por lo que se integró a varios rodajes como asistente de producción y supervisor de efectos visuales. Su percepción sobre las escuelas de cine es que éstas no tienen sentido, por lo que ni se molestó en integrarse a alguna.
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Michelangelo Antonioni
El Desierto Rojo, La Noche, La Aventura y El Eclipse (92%) son tan solo algunos de los títulos fundamentales de Michelangelo Antonioni, uno de los maestros del cine italiano de la posguerra. Antonioni se licenció en economía, sin embargo, su primer acercamiento con el cine ocurrió a través de la escritura de críticas, ya en el rubro técnico, se inició como ayudante de Marcel Carné de quien aprendió su estilo y naturalismo. Antonioni es otro director consagrado que abandonó la escuela luego de tres meses de estar en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Cinecittà, lugar del cual no guardó malos momentos y siempre se mostró agradecido.
Werner Herzog
Werner Herzog es un disidente nato, estudió historia, literatura y teatro, ninguna de esas carreras las terminó por lo que el cine no es la excepción para este genio alemán que, a pesar de asistir a numerosos seminarios universitarios de cine, el director de Aguirre, la Ira de Dios (98%) nunca ingresó a una escuela de cine o se desempeñó como asistente de ningún director, su formación fue completamente autodidacta. Una de sus anécdotas famosas es aquella en la que robó una cámara de 35 mm de una escuela de cine en Múnich con la que realizó sus primeros cortometrajes.
Jennifer Kent
Aclamada por su cinta The Babadook (98%), Jennifer Kent inició en el mundo del cine como actriz, sin embargo, luego de perder interés en ello, Kent decidió iniciar una carrera como directora tras ver Bailando en la Oscuridad (68%) por lo que le escribió a Lars von Trier para solicitarle que fuera su maestro ya que la idea de asistir a una escuela de cine le resultaba repulsiva. En 2002, Von Trier la contrató como ayudante en el rodaje de Dogville (70%).
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