De acuerdo al más reciente Estudio de la Carga Global de la Enfermedad (GBD) de la prestigiosa revista médica británica de The Lancet, los tipos de alimentos que consumimos en América Latina han superado ya al tabaco como una de las principales causas de muerte. Tan solo el deceso de 11 millones de personas al año, uno de cada cinco en todo el mundo, está vinculado con el tipo de alimentos que ingerimos; entre ellos, sí, la sal –principalmente- y el azúcar también. [Pelicula] Dulce Familia del realizador chileno [Director] Nicolás López y la productora BH5, ya está en pantallas nacionales con una serie de importantes mensajes, además de entretenimiento. En los primeros minutos de la película, Bárbara ( Regina Blandón) lidera una charla en la que se nos presenta el que llama ella “el mayor asesino del mundo”: el azúcar. Pensando que en el cine, miles acudirán con sus refrescos gigantes, palomitas endulzadas y hasta una barra de chocolate, el mensaje no deja de ser interesante e impactante.

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La trama nos presenta las historias de cinco mujeres quienes lidian principalmente con sus miedos, pero también y a su manera con diversos desórdenes alimenticios. Primero está Tami ( Fernanda Castillo), dueña de una panadería y felizmente pareja de Beto ( Vadhir Derbez), pero quien deberá plantearse bajar por lo menos 10 kilos de peso. Luego, como hermanas de Tami, están la ya presentada Bárbara, prestigiada nutrióloga; y Ale (Hugo Rodríguez), mamá de Juana (Vanessa Díaz) quien es una adolescente con sobrepeso. Como mamá de ellas tres está Verónica Trujillos (Seong-yeon Park), diva de la televisión quien se enfrenta a la edad como obstáculo para volver a brillar como protagonista.



Lejos del arte promocional de la cinta que me parece llega a dar otra idea de lo que finalmente termina resultando Dulce Familia, he de decir que la película me pareció interesante. Para empezar el tono si bien es cómico, no deja de tener cierto matiz de humor negro que termina por funcionar para precisamente hacer llegar un mensaje tan contundente como el ya mencionado. El literalmente mundo rosa y empalagoso de Tami se enfrenta a la cruda y menos dulce y colorida realidad. Sus hermanas, cada quien con sus problemas, terminarán por oscurecerlo todo un poco más.

En lo que respecta a las actuaciones hay algunos elementos importantes a destacar. Fernanda Castillo, quien se ha convertido prácticamente en activo de BH5 –llega con ésta a su quinta película con la productora-, tuvo que subir 12 kilos para poder cumplir con su papel de la muy dulce y soñadora Tami. A su lado, Vadhir Derbez se sometió también a una transformación física, misma que incluyó que se rapara absolutamente para convertirse en Beto. El regreso de Florinda Meza a las pantallas grandes, después de 31 años de su más reciente aparición –Música de viento (1988)–, es afortunado y entretenido de ver. Vanessa Díaz, interpretando a la odiosa y perversa Juana, se roba cada una de las escenas en las que aparece.



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Si bien la película transcurre en un tono amigable para una audiencia familiar, las duras críticas a una pandemia que azota a nuestro país, no dejarán de provocar en más de uno cierta incomodidad. Ese es para mí el valor de la película, aun y cuando hacia el final de ésta siento que el mensaje se diluye un poco y se termina desviando más hacia un factor de aceptación con uno mismo que de salud como el que se denuncia al inicio de la historia. Tan solo que en un producto que aspira a ser visto por una gran audiencia contenga este mensaje, me parece ya algo importante.

Entre las fallas de la película –como en gran parte de las producciones cómicas de BH5–, no puedo dejar de mencionar el aspecto visual. Más allá del arte colorido de la cinta, en lo que respecta al lenguaje cinematográfico hay poco o nada que destacar. La película aporta muy poco en este aspecto que si bien entiendo no resulte ser su prioridad, sí creo yo podría mostrar un poco más de esmero que sin duda ayudaría a la cinta misma. Otro elemento que tampoco me agradó, fue que al momento de perder un poco de peso el personaje de Fernanda Castillo, perdiera también un poco de su habla dulce y empalagosa, dando a entender que eso estaba ligado a su complexión más que a su personalidad; afortunadamente este resulta ser solo un lapsus, pero que no deja de ser importante de mencionar sobre todo en el contexto del mensaje que se nos quiere contar.

[Pelicula] Dulce Familia en general me parece una película comercial que aporta algo distinto, y que como ya destaqué por el simple hecho de apostar por llegar a un público muy amplio con un mensaje como el ya mencionado, me parece encomiable. Al final, y como siempre, la última palabra la tendrá siempre la audiencia que hará válida su opción de comprar o no un boleto para verla. Sí, yo, de momento, le bajaré un poco a los dulces en el cine…

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