RESEÑA | Watchmen: Tic, toc, una guerra racial está por llegar

Si jamás nunca se podrá realmente adaptar Watchmen, el clásico cómic de Alan Moore , de manera fidedigna, queda hacerlo más bien como un “remix”. Esa fue la palabra que Damon Lindelof uso desde el principio cuando se anunció que haría una serie basada en la novel gráfica y luego de ver los primeros dos episodios queda perfectamente claro que eso es: una mezcla que rescata lo mejor de la original pero construye algo completamente nuevo.

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Watchmen (80%) sigue la historia de la población de Tulsa, Estados Unidos, en la que las tensiones raciales han dado pie, de nuevo, al surgimiento de un grupo de supremacistas blancos llamado la Séptima Caballería, quienes usan una máscara del detective Rorschach como signo característico. A un par de años de un ataque coordinado por su parte a la fuerza de policía, Angela (Regina King) trabaja ahora como uno de los varios justicieros enmascarados protegidos por el Estado para dar con este grupo de criminales y prevenir que inicien una guerra racial.

La serie, del creador de Lost y The Leftovers (98%), es otro éxito para HBO. El ritmo vertiginoso, sumado a los nuevos elementos de la mitología de este mundo que poco a poco introduce, resulta en una serie adictiva en la que es casi imposible no quedar tan intrigado como su propia protagonista ante los eventos que se desarrollan. De forma superficial, Watchmen es un show de superhéroes sin superhéroes, pero con la misma calidad en términos de acción y sin duda entretenido debido a ello.

En los primeros dos episodios apenas se van perfilando algunos temas que la serie busca explorar. Por un lado, la dualidad en el comportamiento que una máscara puede tener en quien la porta y, por el otro, las relaciones raciales en Estados Unidos. Sin arruinar ninguna sorpresa, Watchmen quiere proponer una conversación sobre lo cíclico de la historia, cómo una tragedia del pasado puede, no sólo informar sobre lo que puede suceder en el futuro, sino qué tanto podemos girar el volante para prevenir que algo similar ocurra en el presente.

Los fans de la original pueden verla sin temor, pues Lindelof respetó la historia original. No se hace mucha mención de esos eventos en los primeros episodios. Pero por lo que se puede inferir, la gran catástrofe fue un calamar gigante, que se sugiere no desapareció del todo, los Minutemen existieron y son figuras que se revisan en series históricas y el Dr. Manhattan sigue viviendo en Marte. Se sabe que aparece Laurie Blake, como Silk Spectre II, ahora una agente del FBI y Jeremy Irons como Adrian Veidt, alias Ozymandias, pero su participación es poca en los dos primeros episodios. Lindelof realmente dio en el clave en este equilibrio entre referenciar la original y expandir sobre ese existente mundo.

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King se roba los primeros dos episodios, pues el show se centra completamente en su personaje, justo como este puente entre pasado y presente. Su alter ego es Sister Night y también junto a Looking Glass, otro detective enmascarado e interpretado por Tim Blake Nelson, ellos son los más destacado desde las actuaciones. Irons como un viejo Ozymandias es igualmente de cautivador y perturbador. Aunque no vemos mucho de ellos juntos en los primeros dos episodios, la mera idea de verlos interactuar es prometedora.

Mitad thriller criminal, serie de superhéroes y drama histórico, Watchmen (80%), por lo menos, arranca con la promesa de ser una nueva obsesión para los fans del género y de los altos estándares que HBO ha mantenido en el pasado. Es demasiado temprano para decir si logra o no hacer un comentario interesante sobre sus temas, pero tal como la Séptima Caballería promete: el momento está por llegar.. tic, toc. La serie comenzará a ser transmitida a partir de este domingo 20 de octubre por ese canal.

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