Avatar: ¿Por qué La Leyenda de Korra dividió a los fanáticos de Aang?
La esperada secuela tiene buen número de fans, pero nunca pudo compararse con la original
Cuando Avatar: la leyenda de Aang: Libro 1 (100%) se estrenó en 2005 realmente se recibió como una sorpresa. Tomando una trama clásica de un héroe o elegido y mezclando elementos de la animación japonesa, los creadores lograron encantar a un buen número de personas, mismo que aumentó según pasaron las temporadas. Si bien la primera temporada es más infantil en comparación, lo cierto es que sienta las bases de una manera espléndida y dejaba la promesa de que la evolución de los personajes sería su punto más fuerte.
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Con tan sólo tres temporadas, Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko revolucionaron las historias juveniles trabajando con una caricatura que en ningún momento toma a su público como tonto y que es consciente de que los espectadores crecen junto a los protagonistas. En su momento, el final fue bien recibido por el público, pero quedaron algunas preguntas en el aire que los fanáticos esperaban resolver con la llegada de una secuela o películas animadas que los creadores prometieron. Por supuesto, el fracaso de la adaptación El Último Maestro del Aire (6%), de M. Night Shyamalan, terminó por destruir cualquier opción para seguir con estas historias en la televisión.
Finalmente, los creadores decidieron responder a grandes interrogantes como el paradero de la madre de Zuko, las reacciones de la familia de Toph, las consecuencias del fin de la guerra en los pueblos y el destino de las tribus de agua por medio de historietas. Mientras tanto La Leyenda de Aang seguía ganando seguidores aún después de terminada, por lo que se decidió seguir adelante con una secuela que terminó siendo La leyenda de Korra (92%) y que fue bien recibida de manera individual, pero dividió a la crítica y a los fans al compararla con la original.
La secuela nos contaba ahora la historia de la siguiente reencarnación del Avatar: una joven rebelde proveniente de la tribu agua del sur que se está entrenando para controlar el resto de los elementos. Si bien la constante paranoia y presión que la guerra causó en la serie original no está presente en esta secuela, los escritores encontraron la forma de mantener y explorar ideas que antes sólo eran semillas sin germinar. Justamente son estos contrastes los que algunos ven de manera positiva y otros casi como una afrenta a la historia original.
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Donde algunos vieron progreso a nivel temático, pues en La Leyenda de Korra se habla más abiertamente del racismo y de temas LGBT, otros no podían evitar notar los cambios radicales a personajes tan queridos y la sobreexplotación de elementos que denigraban lo hecho en La Leyenda de Aang. ¿Qué tan certeras son esas críticas?, ¿realmente la secuela falla o es simplemente que los fans se niegan a ver más allá de su nostalgia?, ¿qué terminó por convertir a La Leyenda de Korra y a su protagonista en un tema que divide tanto al público?
Protagonistas totalmente distintos
Cuando conocimos a Aang una cosa quedó clara: era un niño al que le encargaron un peso tan terrible que no pudo con él. Más allá de ser inmaduro, Aang simplemente no estaba preparado para lo que marcaba su destino. Por otro lado, Aang es el último maestro aire, una línea con características taoístas y budistas que no sabía, ni esperaba, tener que enfrentarse a una cruel guerra. Parte de la gracia de La Leyenda de Aang era ver a nuestro protagonista crecer, madurar y tener que enfrentar la realidad de las cosas: que el mundo es violento y que uno no puede mantenerse estoico. A pesar de su corta edad, finalmente logra equilibrar sus deseos, sus necesidades, su forma de ver la vida y su compromiso como Avatar sin sacrificar su bondad en el camino.
Parte de las críticas a Korra es que es totalmente opuesta a Aang. Cuando la conocemos en la secuela, la protagonista ya sabe manejar casi todos los elementos y está más cerca de la vida adulta que de la adolescencia; sin embargo, su comportamiento es mucho más altanero e inmaduro. Era evidente que tener un personaje idéntico a Aang habría sido un error, pero irse al extremo no fue la mejor idea. Claro, conforme avanzan los capítulos Korra entiende de humildad, trabajo en equipo y confianza mutua, pero tal vez para entonces los espectadores ya habían perdido interés en seguir a este personaje en particular.
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Los villanos
La Leyenda de Aang logró que los villanos fueran tan interesantes como los protagonistas, y no porque Ozai fuera profundo, si no porque Zuko y Azula eran los que en verdad cargaban con esa parte y ambos estaban muy bien escritos y desarrollados. Por un lado el honor y la lealtad a la familia y por otro la desviación moral de ser la hija favorita. El enfrentamiento entre estos personajes, primero contra el equipo Avatar, y luego entre ellos nos demostró la parte humana, compleja y contradictoria de los villanos, en vez de caricaturizarlos en pro de la trama.
La Leyenda de Korra decide presentar a más de un enemigo a vencer. En esta línea no existe la urgencia por el fin de la guerra, pero eso no significa que sea un mundo en total calma. Si bien la idea no es mala, es imposible conocer a profundidad a estos enemigos. Sí, nos explican sus razones y definitivamente son razones interesantes para hacer lo que hacen, pero salen tan poco que uno debe aceptar lo que le muestran en unos minutos en vez de tener toda una saga que te prepare para las complejidades de sus acciones.
Las referencias a La Leyenda de Aang
Este es, tal vez, el punto más crítico para que los fans se sintieran traicionados por La Leyenda de Korra. La serie original pasó años desarrollando a sus protagonistas, así que al final sabíamos muy bien sus códigos morales, sus debilidades, sus fortalezas, sus miedos y, por supuesto, aquellas virtudes que los hacían ser quienes eran. Luego llegó Korra y nos mostró a un Aang con favoritismos y a Toph como policía. Claro, conforme uno crece las cosas y percepciones de nuestra realidad cambian por medio de la experiencia, pero básicamente alterar las raíces de personajes tan queridos no sentó nada bien; en especial porque sus apariciones parecen buscar justamente la emoción y aprobación de los seguidores originales.
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Por otro lado, la evolución de ciertas historias de las que sólo tuvimos un vistazo en La Leyenda de Aang y que aquí parecen sobreexplotarse muchísimo y sin razón. Por ejemplo, al final de la serie original Aang tiene que encontrar la forma de vencer a Ozai sin ir en contra de sus creencias que le impiden matar, lo que lo lleva a descubrir, o redescubrir, una nueva forma de control en la que es capaz de quitarle al máximo enemigo sus poderes y capacidad de controlar el fuego para siempre. Esto termina por volverse común en el nuevo mundo de Korra, e incluso se corrompe con facilidad, convirtiendo esta habilidad en un problema a solucionar. También tenemos a Toph, quien descubre la forma de controlar el metal, cosa que nadie había hecho antes y que parece una cualidad muy específica y personal. En Korra, la propia Toph se dedica a enseñar este tipo de control a otros, pero el verdadero problema es que lo hace desde una fuerza policial que luego es corrupta y peligrosa.
Muchos fans consideran que La Leyenda de Korra toma más riesgos con sus temáticas que la serie original y esto es cierto. Nuestra protagonista es una mujer que no debe ser perfecta para ser heroína. Constantemente comete errores de juicio y es caprichosa en sus decisiones, pero también madura y se aleja de las convenciones físicas sobre cómo debe verse una protagonista mujer. Por otro lado, Korra también es una buena y natural representación LGBT. De igual manera, la secuela toca temas que constantemente están en opuestos filosóficos, como el mundo espiritual y el mundo futurista, o la seguridad social contra la libertad personal. Finalmente, el riesgo para la secuela fue muy alto, y mientras algunos consideran que no valió la pena, otros aseguran que será redescubierta con respeto en los años por venir.
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