Vértigo, de Alfred Hitchcock, ¿qué dijo la crítica de este clásico?

La historia es conocida por todos los amantes del “Maestro del suspenso”. En 1952, el primer trabajo en conjunto de los escritores Pierre Boileau y Thomas Narcejac llegó a las librerías bajo el título de Celle qui n’était plus, una novela negra que relata la venganza de la esposa y la amante de un profesor de instituto que, cansadas de los malos tratos del hombre, planean su asesinato. La obra arribó a Estados Unidos dos años después con el título She Who Was No More y se sabe que cuando Alfred Hitchcock la tuvo en sus manos, no dudó en hacerse con los derechos de la obra, sin embargo, no contaba con que el director francés Henri-Georges Clouzot, quien se encontraba en la búsqueda de su siguiente proyecto luego de terminar el rodaje de su obra El Salario del Miedo (100%), se le había adelantado, comprando los derechos del libro tan solo unas horas antes de que Hitchcock lo hiciera. Para compensarlo, Boileau y Narcejac escribieron expresamente para el director su siguiente pieza literaria: D’entre les morts, que terminaría siendo la inspiración para la que es considerada por muchos críticos, colegas y fans como la obra maestra del cineasta británico: Vértigo (98%).

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También conocida como De entre los muertos, y tal como ocurrió con Las diabólicas de Clouzot, Vértigo se alejó un poco de su fuente de origen, mientras que la literaria bordeaba el mito de Orfeo, la del director está impregnada del espíritu gótico de Edgar Allan Poe y su Ligeia. Para llevar su visión, Hitchcock se apoyó en un deslumbrante refinamiento visual y una sofisticada puesta en escena, para materializar una historia sobre la reencarnación, la obsesión y el deseo, configurando una pieza simbolista sin precedentes que sigue embriagando en la actualidad.

Scottie (James Stewart), un detective retirado que sufre de vértigo, es contratado por un antiguo conocido para vigilar a su mujer, Madeleine (Kim Novak), quien dice haber sido poseída por una misteriosa antepasada. Desde la distancia en sus silenciosas persecuciones por las calles de San Francisco primero, y en la intimidad de sus paseos juntos después, Scottie se irá acercando gradualmente a esta extraña con cuya historia terminará por obsesionarse.

La historia detrás del rodaje de Vértigo es fascinante como, por ejemplo, que Hitchcock no estaba satisfecho con ninguno de los tratamientos de guión hasta que contrató a Samuel A. Taylor , a quien, por cierto, le prohibió leer la novela para que pudiera aterrizar sus ideas como las tenía en mente. O que nunca logró congeniar con Kim Novak, actriz que sustituyó a su amada Vera Miles, pero a la que nunca perdonó haberse embarazado en ese momento. O bien, James Stewart a quien siempre culpó del mal recibimiento que tuvo la película entre los críticos de cine.

Hablando de la crítica, y como suele ocurrir con las películas que ahora ostentas un lugar intocable en la historia del cine, durante su estreno, la película fue repudiada por los especialistas, considerándola sobrecargada y larga, no fue hasta que los críticos de la Cahiers du Cinema la reivindicaron poco tiempo después como una pieza fundamental, estatus que mantiene hasta nuestros días.

Ganadora de la Concha de Plata ex-aequo al mejor director y actor para James Stewart en el Festival de San Sebastián e 1958, y la Mejor película de todos los tiempos para Sight & Sound, dejando en segundo lugar a El Ciudadano Kane (100%) de Orson Welles que permaneció en la cima de la lista por más de 50 años. Y es que Vértigo (98%) es la culminación del estilo y obsesiones del más obsesivo de los cineastas, la que dio pauta a sus filmes más representativos; “la película más intensamente personal” y con la que Alfred Hitchcock se convirtió, según Guillermo del Toro, en el gran poeta de lo enfermizo. A continuación, compartimos lo que ha dicho la crítica de este clásico:

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Michael J. Casey de Boulder Weekly:

Las buenas películas tienen todas las respuestas; los grandes todavía tienen algunos secretos bajo la manga. Vértigo es esa película. Tira la cortina y deja entrar la luz en los rincones oscuros y lúgubres de la mente humana, expulsando toda esa ropa sucia para que todos la vean.

Peter Travers de Rolling Stone:

La mejor película de la historia sobre la obsesión romántica (…) Stewart no hizo otra interpretación tan arriesgada y cautivadora como esta.

Tim Brayton de Antagony & Ecstasy:

... un gran thriller psicológico sobre la obsesión, y en su mayor parte, así es como nos gusta hablar sobre el vértigo que existe.

Dave Kehr de Chicago Reader:

Una película extraordinariamente densa e imponente. Quizá sea la película más intensamente personal que ha surgido del cine de Hollywood.

Carlos Bonfil de La Jornada:

Hitchcock trasciende por completo las barreras genéricas volviendo a la cinta algo enigmático e inclasificable.

Peter Bradshaw de The Guardian:

La obra maestra de Hitchcock combina su don para impactar psicológicamente con su talento para la elegancia sofisticada.

Peter Stack de SFGATE:

En su oscuro corazón, la película es una triste reflexión sobre el amor y sobre los velos que manipulan las pasiones sexuales.

Lillian Crawford de Little White Lies:

Elogiar la película hoy es tanto una celebración de lo que Hitchcock y su equipo lograron en 1958 como lo es del trabajo riguroso de sus restauradores.

Tim Robey de Telegraph:

Es una experiencia que se vuelve más profunda y onírica con cada visionado.

Pablo Kurt de FilmAffinity:

El genio se aleja de sus entretenidas aventuras anteriores para sumergirse -él y todos- en una minuciosa intriga psicológica llena de simbolismos y múltiples lecturas, un remolino insondable que te absorbe en su fascinante espiral narrativa sobre el deseo y lo idealizado...

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