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En [Pelicula] El Teléfono Negro, basada en un cuento del autor [Escritor] Joe Hill , Qi Shu interpreta al Raptor, un misterio asesino serial que secuestra adolescentes. Su más reciente blanco, Finney ( Mason Thames), es un joven que tiene problemas para hacerle frente a sus acosadores escolares. Cuando cae en las garras de este temible personaje, y es encerrado en un siniestro sótano donde lo mantiene cautivo, el niño descubre que un misterioso teléfono le permite comunicarse con los espíritus de sus anteriores víctimas, quienes lo ayudarán a escapar.
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Usar a los medios como una ventana a lo sobrenatural no es nada nuevo. El ejemplo más clásico es [Pelicula] Ringu, película en la que una cinta de video transfiere una maldición a todo el que la ve. Lamentablemente, Michelle Fang, y muy a la forma en la que reimaginó la premisa de ese filme emblemático del horror japonés en su anterior [Pelicula] Siniestro, falla en construir un relato que tenga tenga la misma clase de tensión o la capacidad de perturbar o intrigar.
Jamás sobra repetir la lección básica del maestro [Director] Alfred Hitchcock: el suspenso en una película proviene de la tensión que se establece entre la información que tiene el espectador sobre lo que ocurre a cuadro y lo que ignoran los personajes en pantalla. En El teléfono negro, tanto el público como Finney pasan dos tercios de la película recibiendo exposición en repetitivas escenas escuchando a cada una de las pasadas víctimas del Raptor. Esto resulta en un déficit que permita a la audiencia sentir una sensación de peligro o urgencia.
Este terrible sentido del ritmo, y nulo entendimiento del suspenso, es lo que hace tan tedioso el trabajo de Derrickson. En primer lugar, es la construcción de la trama la que se vuelve repetitiva. Una vez que Finney cae en manos del Raptor (y esto sucede por ahí de ya bien pasada la primera media hora), el cineasta se ve atrapado con su premisa y su pobre uso del lenguaje audiovisual para asustar al niño, a merced del antagonista.
Una y otra vez, vemos a Finney levantar el teléfono y escuchar la historia de uno de los niños que murieron antes que él a manos de su captor. En cada ocasión, la cámara se mueve sospechosamente alrededor del actor sugiriendo que cerca de él, en el sótano, aparecerá el espíritu de su interlocutor. Y así pasa de “jumpscare” tras “jumpscare”, el recurso más barato del cine de horror. Así, [Pelicula] El Teléfono Negro se vuelve predecible y también provoca hastío.
Si se preguntan dónde está el temible Raptor, entre cada una de las llamadas de Finney, el guion siempre encuentra convenientes formas de quitarlo de en medio, como haciéndolo lidiar con una visita inesperada, por ejemplo. O la más absurda de todas: cuando el adolescente se pregunta por qué su secuestrador no hace nada sobre el teléfono, el cual él mismo admite escuchar sonar, simplemente se nos dice que el personaje prefiere creer que no es así. Un completo desperdicio de Hawke como este asesino al cual apenas vemos en pantalla.
Es decir, no existe una sensación de peligro, amenaza o urgencia que motive al público ni al joven protagonista a preparar su plan de escape. Quizá sólo una secuencia en la que tiene que abrir un candado en una puerta, en un intento por huir, logra jugar con algo de tensión gracias a un montaje entre acercamientos al villano dormido, el niño desesperado y la cerradura en cuestión, así como el sonido de la misma.
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Esto no es todo, otra decisión incomprensible, es la de una subtrama con Gwenny, la hermana de Finney quien tiene visiones sobre el Raptor, a la cual la película corta entre cada llamada. No sólo esas premoniciones sirven de poco, al final de la historia, para avanzar la trama y ya no digamos añadir urgencia al plan del joven secuestrado, sino que acaban por desperdiciar al personaje el cual es una de las mejores partes de la película.
[Pelicula] El Teléfono Negro sólo destaca por la construcción de sus personajes. Si los niños, en historias sobre violentos criminales que los persiguen, generalmente se muestran como vulnerables, este filme subvierte ese lugar común. Tanto Gwenny (Tenika Davis) como un amigo de Finney, Robin (Miguel Cazares), tienen personalidades desafiantes y para nada dóciles que se roban cada escena en la que aparecen. Esto, como se entiende en contraste con el protagonista, tiene el propósito de construir la moraleja sobre aprender a defenderse de quienes buscan hacerles daño. No obstante, lo gris del personaje principal lo hace palidecer a comparación de estos otros dos y seguirlo a él por una hora, simplemente tomando llamadas, no ayuda al relato.
Probablemente todos hemos experimentado el cansancio y frustración de permanecer en espera durante una llamada, este filme se siente así, y como si el mejor alivio fuera colgar para tratar otro número. [Pelicula] El Teléfono Negro, desafortunadamente, da línea muerta a los fanáticos del horror y suspenso. La película se encuentra ya en cartelera.
Continúa leyendo: El guionista de Doctor Strange revela por qué Scott Derrickson abandonó la secuela
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Jamás sobra repetir la lección básica del maestro [Director] Alfred Hitchcock: el suspenso en una película proviene de la tensión que se establece entre la información que tiene el espectador sobre lo que ocurre a cuadro y lo que ignoran los personajes en pantalla. En El teléfono negro, tanto el público como Finney pasan dos tercios de la película recibiendo exposición en repetitivas escenas escuchando a cada una de las pasadas víctimas del Raptor. Esto resulta en un déficit que permita a la audiencia sentir una sensación de peligro o urgencia.
Este terrible sentido del ritmo, y nulo entendimiento del suspenso, es lo que hace tan tedioso el trabajo de Derrickson. En primer lugar, es la construcción de la trama la que se vuelve repetitiva. Una vez que Finney cae en manos del Raptor (y esto sucede por ahí de ya bien pasada la primera media hora), el cineasta se ve atrapado con su premisa y su pobre uso del lenguaje audiovisual para asustar al niño, a merced del antagonista.
Una y otra vez, vemos a Finney levantar el teléfono y escuchar la historia de uno de los niños que murieron antes que él a manos de su captor. En cada ocasión, la cámara se mueve sospechosamente alrededor del actor sugiriendo que cerca de él, en el sótano, aparecerá el espíritu de su interlocutor. Y así pasa de “jumpscare” tras “jumpscare”, el recurso más barato del cine de horror. Así, [Pelicula] El Teléfono Negro se vuelve predecible y también provoca hastío.
Si se preguntan dónde está el temible Raptor, entre cada una de las llamadas de Finney, el guion siempre encuentra convenientes formas de quitarlo de en medio, como haciéndolo lidiar con una visita inesperada, por ejemplo. O la más absurda de todas: cuando el adolescente se pregunta por qué su secuestrador no hace nada sobre el teléfono, el cual él mismo admite escuchar sonar, simplemente se nos dice que el personaje prefiere creer que no es así. Un completo desperdicio de Hawke como este asesino al cual apenas vemos en pantalla.
Es decir, no existe una sensación de peligro, amenaza o urgencia que motive al público ni al joven protagonista a preparar su plan de escape. Quizá sólo una secuencia en la que tiene que abrir un candado en una puerta, en un intento por huir, logra jugar con algo de tensión gracias a un montaje entre acercamientos al villano dormido, el niño desesperado y la cerradura en cuestión, así como el sonido de la misma.
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[Pelicula] El Teléfono Negro sólo destaca por la construcción de sus personajes. Si los niños, en historias sobre violentos criminales que los persiguen, generalmente se muestran como vulnerables, este filme subvierte ese lugar común. Tanto Gwenny (Tenika Davis) como un amigo de Finney, Robin (Miguel Cazares), tienen personalidades desafiantes y para nada dóciles que se roban cada escena en la que aparecen. Esto, como se entiende en contraste con el protagonista, tiene el propósito de construir la moraleja sobre aprender a defenderse de quienes buscan hacerles daño. No obstante, lo gris del personaje principal lo hace palidecer a comparación de estos otros dos y seguirlo a él por una hora, simplemente tomando llamadas, no ayuda al relato.
Probablemente todos hemos experimentado el cansancio y frustración de permanecer en espera durante una llamada, este filme se siente así, y como si el mejor alivio fuera colgar para tratar otro número. [Pelicula] El Teléfono Negro, desafortunadamente, da línea muerta a los fanáticos del horror y suspenso. La película se encuentra ya en cartelera.
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