Cómo el crecimiento rápido del streaming satura a los consumidores con su exceso de contenido
El streaming pasó de ser puro entretenimiento para los consumidores a una máquina que genera contenido a un ritmo difícil de seguir y que a la vez perjudica al resto de producciones de una compañía.
Para el momento en que terminé (de nuevo) la temporada 3 de Westworld (75%), días antes del estreno de los nuevos episodios en HBO Max, Netflix ya había lanzado lo nuevo de The Umbrella Academy (83%) en su plataforma. Casi dos años después desde que hubo movimiento de esta adaptación en su catálogo y con la expectativa de la transición en pantalla del personaje interpretado por Elliot Page, se trataba de uno de los regresos más esperados, pero significó que me perdí uno de los aspectos más geniales de la televisión: tener la oportunidad de ver la serie al mismo tiempo que muchas personas y comentarla cuando otros lo hacen.
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Estas demoras no son a propósito. Es difícil mantener el ritmo, y cuando uno se dispone a ver cosas como The Umbrella Academy ocurre que a los dos días se estrena La casa de papel: Corea (60%), y unos pocos días después llega la temporada 4 de Westworld y la segunda de Only Murders in the Building (92%), mientras que Ms. Marvel (100%) y The Boys (85%) continúan con sus episodios semanales. Encima si resulta que estás viendo una serie larga como Buffy la Cazavampiros y de paso te suscribes a Paramount+ para seguir Yellowjackets (90%) o Halo (74%), mantenerse actualizado en todo es una tarea titánica debido a la cantidad de servicios disponibles y la frecuencia con la que se producen los estrenos.
Quizás durante la pandemia era más fácil estar pegado al televisor, pero en realidad el contexto era otro: hace un par de años era Netflix el servicio que lideraba el mercado y tenía muchas películas y series que ahora, pero gran parte de ellas fueron a parar a los servicios de sus respectivos dueños una vez que Disney, WarnerMedia y otros se llevaron lo que les pertenecía luego de haberse cumplido el tiempo de su último acuerdo de transmisión. Así, cosas como las películas de Marvel y DC, que tenían contentas a las masas con el catálogo de la gran N hasta ese momento, se dividieron en varios servicios y el valor que tenía esta plataforma cayó ante los ojos de algunos suscriptores.
Con la llegada de nuevas plataformas y la competencia en crecimiento, no solo se termina pagando una cantidad de dinero similar a la de la televisión por cable sino que hay demasiadas cosas para ver y en tan poco tiempo. Muchos dejamos de ver la televisión regular y lo cierto es que tampoco todos los programas llamaban la atención, pero el streaming ha crecido a pasos gigantes y la velocidad con la que se produce el contenido hace que en algún momento se acumulen los estrenos que más interesan a cada gusto.
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Esto no es solo una “sensación” de que hay tanto para ver hoy en día, sino una realidad. Como alguien que trata de equilibrar su calendario televisivo con las responsabilidades del día a día, en los últimos meses parecía haber una avalancha de contenido cuando aparecieron The Flight Attendant (90%), La primera muerte (60%), Better Call Saul (100%) y más series, algunas nuevas y otras recurrentes, que añadían esa duda de si es posible estar al día con tantas cosas. Pero no era una percepción, sino una realidad este calendario lleno de producciones, y eso es lo que cuenta un reporte de Vulture, que analizó la avalancha de contenido que hay en la actualidad.
Desde marzo hasta principios de junio, las plataformas de streaming y los servicios de televisión por cable han lanzado más de 50 series, entre originales y nuevas temporadas, de producciones de alto perfil. Incluso para esta época es demasiada televisión y estos lanzamientos con muy poco tiempo de diferencia entre sí no parecen una coincidencia sino algo premeditado. Según gente de la industria, esto sucede en gran parte porque son las compañías en su búsqueda de premios, especialmente los Emmy.
Todos lo están haciendo, desde los usuales de la televisión por cable como HBO y FX, algunos servicios de streaming bastante conocidos como Netflix, Hulu y Prime Video, e incluso los más nuevos en la guerra digital como Apple TV Plus, Disney Plus y Paramount Plus. Todos buscan algo de reconocimiento de la misma forma en que los estudios de cine lanzan su carnada para los premios Óscar en cierta época del año. Algunos se han llevado las estatuillas más codiciadas y otras han acumulado bastantes nominaciones, e incluso series como Veep (92%) y Mad Men (89%) se beneficiaron en su momento de los lanzamientos en primavera.
Un ejecutivo dijo a Vulture que 50 series de alto perfil, nuevas y recurrentes, lanzadas en un lapso de 10 semanas “está casi perjudicando a los consumidores” porque es demasiado. No es estrictamente malo, pero si miramos el panorama completo podremos entender que no solo afecta al consumidor en el sentido de que hay tanto para ver que se pierde las tendencias o el lanzamiento de algo que estaba esperando; también afecta a las compañías directamente porque tienen tanto para ofrecer, pero su flujo de contenido hace que solamente de vez en cuando aparezca un éxito de audiencia en lugar de darle más espacios a otras producciones con gran potencial, especialmente aquellas que son más “pequeñas” o internacionales, de tener menos competencia y darle mayor visibilidad.
No todas las series son El juego del calamar (100%) y el espectador promedio no está pendiente de ver todo lo que otros ven. Lo mejor de tener acceso a una de estas plataformas no es solo esperar a que salga determinado título con todos estos actores súper famosos, sino navegar en el catálogo y descubrir historias. Pero son tantas las producciones llenas de figuras reconocidas y toda la publicidad se dirige más a ellas, que de entrada el calendario de cada consumidor está sujeto a estas “obligaciones” que hacen que se lleven toda su atención sin dar lugar a más espacio para ver esa otra televisión. Es irónico, porque la intención de muchos en el mercado del streaming es mantener a los suscriptores ocupados y atraer nuevos clientes, pero ellos mismos sepultan contenido que a veces tiene una calidad superior o al menos una historia más atractiva que el que ocupa una mayor atención y cuidado de los ejecutivos.
Ahora, esa sensación de que el catálogo de un servicio que se paga mensualmente es cada vez más grande con el paso del tiempo solo deja dos opciones: mantenerse conectados y actualizarse en todo aún si faltan horas en el día para lograrlo o ser ridiculizados por conocidos y extraños al estar atrasados y no entender las referencias en el siguiente gran show en la televisión. Ninguna compañía, ni siquiera Netflix antes de perder suscriptores, podrá estar en todos los hogares sin excepción, y las acciones que podrían hacer tras esta pérdida podrían servir para darle un poco más de aire a los usuarios. Eso únicamente si la plataforma deja de lado eso de sacar una película por semana y hace uso de ese dinero en mejorar sus producciones en general, mas no en producir en masa. Otras compañías podrían tomarlo en cuenta para no caer en eso, y eso que son muy pocas las que tratan de mantener ese ritmo agitado.
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