RESEÑA | Spider-Man: A través del Spider-Verso | Un universo en cada encuadre

“Todo el mundo me dice cómo va a terminar mi historia. No, voy a hacer lo mío”, es una de los diálogos de Miles en la nueva Spider-Man: A Través del Spider-Verso (92%). Pero más allá del mundo animado del personaje, esa idea resuena a lo largo de todo el filme, pues temática y visualmente, la cinta se escapa de toda expectativa y lucha, con cada encuadre, por llevar a nuevos niveles las posibilidades de lo que sus técnicas, y el cine de superhéroes, pueden alcanzar.

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Tras los eventos de la película anterior, Spider-Man: A través del Spider-Verso retoma a Miles (Shameik Moore), quien lleva ya un rato siendo el superhéroe de su universo. Luego de conocer a un novato supervillano llamado Mancha, la visita de Gwen (Hailee Steinfeld) le revela una organización interdimensional de héroes arácnidos que están tratando de cazar a esta nueva y creciente amenaza.

Desde los primeros minutos, y en apenas la primera secuencia de pelea entre Gwen y una antigua versión de Buitre, queda en claro que este filme dirigido por Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin K. Thompson, ha arrojado todo a la pantalla. La imaginación detrás de su equipo creativo no tiene más límites de los que hay para su grupo de superhéroes. Pero incluso más allá del mero espectáculo por el deseo de asombrar, el uso narrativo de los distintos estilos de animación es impecable.

Por ejemplo, el mundo de Gwen. De fuerte colores pasteles que van y vienen entre matices rosados, morados, verdes y azules, la dimensión de la joven heroína cambia de tonos conforme sus emociones lo hacen. Cuando pelea con su padre, la saturación y las sombras aumentan, y cuando comparte buenos momentos con él se vuelve un mundo color de rosa. Así, Spider-Man: A Través del Spider-Verso (92%) hace único el estilo de cada unos de sus héroes principales.

Otro destacados incluyen a Spider-Punk, animado al estilo de rayones y graffiti en colores contrastados para acentuar su ideología anti sistema; Spider-Man India; bajo trazos desalineados y movimientos casi caricaturescos para su excéntrica personalidad; Spider-Byte, un diseño holográfico con bordes pixelados que revelan su pasión por la tecnología. No existen decisiones en términos de las técnicas visuales que no parezcan haber sido tomadas con la mayor precisión posible.

Que esto no quiere decir que no haya momentos de puro “fan-service” porque sí los hay. Pero como debiera ser siempre, se limitan a cameos y participaciones que son apenas guiños para los conocedores. Pueden dejar a un lado las preocupaciones del más empalagoso uso de la nostalgia de, por ejemplo, Spider-Man: Sin Camino A Casa (92%), trampa que también el filme evita con gracia. No les adelantamos ninguna, para no arruinar la sorpresa, pero una vez que conozcan a la Sociedad Arácnida les deseamos suerte tratando de no gritar con cada nueva aparición.

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Pero todavía más sorprendente es que los guionistas Phil Lord y Chris Miller han dado con un relato que no pierde de vista el drama entre todo el show. El paralelismo entre Mancha y Miles, su correspondencia con el arco de Gwen y su papá, y la forma en la que la historia de su protagonista desafía la idea tradicional de lo que se necesita para forjar a un superhéroes es muy subversiva. Todavía es más brillante presentar esa desviación del canon con el giro sorpresa del final.

Quizá el único punto débil del relato es su ritmo. Preocupado por arrollar a los personajes principales, se toma su tiempo, y a veces en escenas algo reiterativas, en sacudir la relación entre Miles y sus padres a la mitad de la película. Ese prolongado paso del primero al segundo acto le cobra factura al desenlace, el cual apenas puede librarse de dejar la trama inconclusa para ser la plataforma de arranque de la siguiente entrega.

¿Es Spider-Man: A Través del Spider-Verso (92%) la mejor película animada de lo que va del año? Sí, sin dudas. ¿Es la mejor del arácnido personaje? Posiblemente. Pero incluso más allá de eso, también es uno de los mejores relatos de superhéroes que se hayan contado antes. Al igual que Miles, la película no se conforma con las convenciones de previas entregas animadas, ni deja que su historia sea definida por lo que en el pasado ha delimitado al subgénero de enmascarados. El filme teje su telaraña, con su propio estilo, y dándole su propia forma. No hay escenas post-crédito. La película ya está en cartelera y, si se quedaron ansiosos por ver la continuación, la tercera parte llegará en marzo de 2024.

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