RESEÑA | Transformers: El despertar de las bestias | Arrancón de reversa para una franquicia desorientada
Hay que destacar el trabajo de voz de Pete Davidson como Mirage, cuyos momentos de pareja dispareja con el personaje de Ramos cautivan con facilidad.
Para los que crecimos con la serie animada Beast Wars, Transformers: El despertar de las bestias (64%) entrega algunos de los mejores momentos de la franquicia cinematográfica. Lamentablemente, los encargados de la saga siguen sin tener muy claro el camino que quieren seguir para todos estos personajes. El filme acaba por sentirse como un arrancón hacia la ruta de Bumblebee (95%) que luego mete reversa para volver a los peores vicios de las entregas de Michael Bay.
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Dirigida por Steven Caple Jr., Transformers: El despertar de las bestias sigue a Noah (Anthony Ramos) y Elena (Dominique Fishback), dos humanos que por accidente se ven involucrados en la persecución entre Terrorcons y Autobots por encontrar un llave que les permitirá viajar a través del universo. Esa búsqueda los llevará a descubrir que en la Tierra también habitan Maximals, otro tipo de transformers que están encubiertos como gigantes animales.
Tal como en sus antecesoras, el trabajo de Caple no decepciona en cuanto a la acción y el espectáculo de los robots alienígenas. Con la ayuda de clásicos noventeros, el realizador imprime mucho estilo en algunas de las peleas entre los Transformers. El lujo de los vehículos y el énfasis en las transformaciones están ahí para el goce de los fans y es posible notar que su diseño fue cuidadoso. Incluso cuando los titulares Maximals apenas tienen mayor protagonismo hacia el tercer acto.
La lección que aprendió de la más emotiva Bumblebee es que la relación entre el protagonista, en este caso Diaz, y su amigo robot es clave para enganchar al público. Aquí hay que destacar el trabajo de voz de Pete Davidson como Mirage, quien fácilmente se convertirá en un favorito de los fans y cuyos momentos de pareja dispareja con el personaje de Ramos cautivan con facilidad.
No obstante, el libreto pierde el enfoque de esa relación hacia el clímax, el cual trata de abarcar un evento global totalmente alejado del sentido del riesgo más personal que previamente había establecido para Diaz. Es aquí que la franquicia da el volantazo hacia un estruendoso desenlace, en extremo exagerado, que se perfila más hacia el ostentoso, superficial y explosivo estilo de los filmes de Bay.
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Hubo cinco guionistas trabajando el libreto de Transformers: El despertar de las bestias y eso se entrevé en lo dislocadas que se sienten ciertas partes del relato respecto a otras. Y si bien la caracterización de sus personajes es lo que ayuda a darle coherencia, para quienes no estén particularmente encariñados con sus robots o no encuentren nada de valor en sus nuevos protagonistas humanos es posible entender que la encuentren insípida.
¿Estamos ante el inicio de una nueva era para la franquicia con Transformers: El despertar de las bestias (64%)? No realmente, pero podría serlo. La introducción de los Maximals sin duda abre la puerta a relatos de otro tipo, en cualquier momento de la cronología de la saga. Con un poco de suerte, inspirará relatos más contundentes y mejor enfocados que puedan aprovechar al máximo el potencial de estos personajes. La película ya se encuentra en cartelera.
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