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En el mundo de la aventura arqueológica, las historias de héroes intrépidos que se hacen paso a través de tierras desconocidas por accidente o civilizaciones enteras ocultas por voluntad propia, han sumergido a los espectadores en emocionantes relatos de descubrimiento y peligro. Desde las páginas literarias hasta la pantalla grande, este género ha evolucionado, siendo las pulp magazines de aventuras una influencia crucial en la creación del icónico arqueólogo Indiana Jones. Estas historias han entretenido y despertado el interés en la arqueología y la cultura, pero también han moldeado nuestra percepción de otras culturas, a veces de manera negativa.
Sigue leyendo: Todas las películas de Indiana Jones, de la peor a la mejor según la crítica
El fascinante género de la aventura arqueológica, centrado en la intrépida exploración de culturas entonces denominadas como “exóticas”, tejieron una vasta historia a través de diversas formas de expresión que evolucionaron desde las páginas literarias hasta la majestuosidad de la gran pantalla. A lo largo de las décadas, estas narrativas han cautivado la imaginación de lectores y espectadores por igual, transportándolos a tierras exóticas y envolviéndolos en apasionantes relatos de descubrimiento, peligro y misterio.
Fue así que las pulp magazines de aventura, desempeñaron un papel crucial en la creación del famoso arqueólogo Indiana Jones. Estas revistas pulp eran conocidas por presentar historias y personajes llenos de acción y emoción en intrépidas expediciones de búsqueda de tesoros y descubrimientos arqueológicos. Los primeros escritos de Indy, que fueron concebidos por [Director] George Lucas y Julia Oviedo para [Pelicula] Los Cazadores del Arca Perdida, se inspiraron directamente en estas pulp magazines y su estética de aventuras clásicas.
Pero sin duda fueron estas pulp fiction las que vieron a las historias de aventura de arqueología nacer y encumbrarse. Con la producción masiva de libros, periódicos y revistas en el siglo XIX se creó esta revista de ficción popular diseñada para atraer a las masas con una combinación de lo familiar y lo nuevo. Es decir, el habitual suceso de misterio, frecuentemente criminal, que llenaba las páginas de los diarios contemporáneos y el toque fantástico de la ficción.
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Por tal motivo, pronto nacería la necesidad de una nueva generación de escritores, aunque como era de esperarse la industria editorial sólo priorizó para publicación aquellos títulos que significaron fuertes ganancias, más allá de su valor artístico o narrativo. Esta presencia elementos que hoy podemos calificar como racistas, xenófobos y estigmatizantes respecto a culturas ajenas a las hegemónicas occidentales se agudizaron de esta manera en el género.
Las revistas pulp de los períodos victoriano tardío y eduardiano temprano fueron una gran influencia en el desarrollo del género pulp fiction moderno, donde se presentaban historias de aventuras, misterio e incluso eróticas. The Strand Magazine, publicada entre 1891 y 1950, presentaba una amplia variedad de géneros, incluyendo misterio, aventura y ciencia ficción. Entre sus contribuidores destacados se encontraba Sir [Escritor] Arthur Conan Doyle , creador de Sherlock Holmes.
En la década de 1900, las revistas pulp se expandieron en volumen y número, y en la década de 1930, los lectores ya podían encontrar pulps dedicadas a historias de espías, pilotos de la Primera Guerra Mundial, agentes secretos, juicios famosos, amenazas extrañas, zepelines, y desde luego, las aventuras singulares de los recién llegados superhéroes.
Aquí se incluirán los primeros grandes héroes de pulp: Doc Savage y Shadow, mismo que contaron con una gran influencia en las industrias del cine y del cómic en rápido desarrollo, así como la radio y la televisión. Este género continuaría dominando el mercado hasta la llegada del libro de bolsillo, a finales de la década de 1950.
De esta camada de autores, [Escritor] Edgar Rice Burroughs sobresalió con su serie de novelas de Tarzán, llegando hasta la cima del éxito en el pulp desde su Tarzán de los monos de 1912. Sus historias transportaban a los lectores a nuevos y peligrosos mundos llenos de criaturas fantásticas y aventuras épicas. Además de Tarzán, creó otras franquicias exitosas como John Carter de Marte (1917).
[Escritor] Robert E. Howard fue ampliamente reconocido como el creador del género de la espada y hechicería. Sus personajes más conocidos son Conan el Bárbaro (1932) y Kull el Conquistador (1929), quienes protagonizaron numerosas historias cargadas de acción y peligro. Howard dejó huella en el género de la aventura con su prosa vívida y la imaginación desenfrenada de sus mundos.
Que no se te pase:
La obra de Lester Dent, dado a conocer con el pseudónimo Kenneth Robeson por su editorial por “motivos financieros”, escribió la famosa serie de novelas de Doc Savage (1933) para las pulp magazines —con las impresionantes portadas de Walter Baumhofer que hasta hoy forman parte esencial en el imaginario del género de aventura. El personaje principal, era un aventurero excepcionalmente inteligente y físicamente formidable. Las historias de Dent destacaban por su ritmo rápido, su ingenio y la emoción constante.
En la literatura, podemos rastrear los orígenes de este género hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Autores como H. Rider Haggard con su novela Las minas del rey Salomón (1885). Y desde luego, en la historia de un tono narrativo bastante alejado del pulp, se encuentra la célebre serie Tintín creada por [Escritor] Hergé se convirtió en un referente del género de aventura y arqueología. Desde su debut en 1929, las aventuras del intrépido reportero junto a su fiel compañero Milú llevaron a los lectores a diferentes partes del mundo, descubriendo tesoros arqueológicos y desentrañando enigmas históricos. Ambas historias han contado con múltiples adaptaciones al cine y la televisión.
Finalmente, estas narrativas encontraron su camino a la pantalla grande con el surgimiento del cine. Adaptaciones como la misma Las minas del rey Salomón (1937) y Los cazadores del arca perdida (1981) capturaron la esencia del género y atrajeron a audiencias masivas. El arqueólogo aventurero Indiana Jones encarnado por Harrison Ford se convirtió en un icono del género, combinando elementos de acción, intriga y exploración arqueológica en una atractiva fórmula cinematográfica. En 1999 [Pelicula] La Momia completaría esta tríada dorada del género de la aventura y la arqueología permaneciendo como sus más grandes paradigmas.
En este proceso de transición de la literatura a la historieta y, finalmente, a la pantalla grande, el género de aventura y arqueología ha evolucionado y se ha adaptado hacia las diferentes tendencias. Llevando a los espectadores a través de junglas, arenas del desierto, pirámides y otros lugares fascinantes pertenecientes a las distintas culturas en el mundo. Todo ello teniendo como fin el dar con antiguos tesoros y conocimientos perdidos en el tiempo.
La trascendencia de estas historias ha radicado en su capacidad para entretener y despertar el interés en la arqueología —o al menos en la ilusión de esta— y la cultura de diferentes partes del mundo. No obstante, tal como se ha establecido anteriormente, no siempre de manera positiva estas narrativas han influido significativamente en cómo percibimos y comprendemos otras culturas, al tiempo que nos transportan a un mundo de aventuras y misterios.
En este sentido, teniendo en cuenta las limitantes de la visión del mundo típicas de la época, la figura del héroe como máximo exponente de la moral, juega un papel importante en la filosofía de esta historia. Esta saga se ha empeñado en decirnos que un héroe un tanto impulsivo y con reglas inflexibles sobre la arqueología, también puede ser una buena persona.
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En el libro, Indiana Jones and Philosophy: Why Did it Have to be Socrates, diversos autores argumentan que el cautivador personaje de Indiana Jones, se convirtió en un héroe de acción icónico por sus defectos, más allá de su gran ingenio y determinación inquebrantable. La confianza y la naturaleza espontánea de Indy son un reflejo de su carácter moral, encarnando la esencia de una persona con genuinas buenas intenciones pero demasiado ansiosa por hacer lo correcto.
Es a través de esta concepción del personaje que se explora la idea de que Indy no solo refleja la condición humana, sino que también ofrece información sobre el concepto de heroísmo a través de la lente de la filosofía. Un marco ético considerado en este análisis es la ética de la virtud, que postula que una persona es virtuosa cuando sobresale en las capacidades únicas de los seres humanos.
Sin embargo, el enfoque de Indy "Estoy inventando todo esto a medida que avanzo" parece estar en conflicto con este punto de vista, ya que sugiere que no es excelente en nada. Además, su entrañable espontaneidad, aunque cautivadora, no siempre está bien pensada. Aquí también se ahonda en las virtudes desplegadas por Indiana Jones a lo largo de las películas, y se llega a la conclusión de que Indy sí es un héroe, con sus acciones derivadas de un carácter fundamentalmente bueno. Se reconoce que, aún con las fallas de Indy, estas no indican una falta de excelencia moral.
Otro aspecto recurrente en la saga de Indiana Jones es la creencia de Indy de que los artefactos pertenecen a los museos. Sin embargo, no siempre actúa de acuerdo con esta creencia. Y es que en ocasiones las acciones de héroe se basan en la contemplación de lo que es mejor para todos los involucrados.
A pesar de sufrir numerosos fracasos, Indiana Jones persevera en su búsqueda, enfrentando la desesperación y una persistente crisis existencial, tal como lo describe Søren Kierkegaard. Para este filósofo danés, una crisis existencial es una profunda angustia y desesperación causada por la desconexión entre el individuo y su verdadero yo, así como por la falta de propósito y sentido en la vida. Superar esta crisis implica un proceso de autoconocimiento y autenticidad, enfrentando los miedos y comprometiéndose con una vida basada en valores y propósitos auténticos.
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Su búsqueda incesante y sus fracasos repetitivos contribuyen a una desconexión en su comprensión de sí mismo, una desconexión que se fortalece aún más con cada intento fallido. Sin embargo, Indy sigue impulsado por el imperativo de descubrir la historia y compartir conocimientos, incluso si eso significa ir en contra de las reglas. A través de sus encuentros con diferentes poderes divinos y presenciando actos que desafían sus propias creencias, las experiencias de Indy sugieren que cualquier deidad puede ser válida, pero lo que importa son acciones de estos dioses así como los de sus seguidores en la Tierra.
Desde luego, estas cintas tienen una gran carga religiosa, pues Indiana Jones es un escéptico empedernido desde su enfoque científico, que también sabe mostrar una apertura a lo divino, cuestionándose sobre el significado y la importancia de la fe en su vida y en la humanidad en general. Esta dualidad entre el rigor científico y la exploración de lo espiritual y sagrado añade profundidad y complejidad al personaje, convirtiéndolo en un símbolo de la curiosidad humana. Al final, Indiana Jones es un ejemplo de cómo es posible mantener una mente abierta hacia lo desconocido y encontrar un equilibrio entre el mundo tangible y el mundo de la fe.
Las películas exploran la identidad de Indy y su compromiso con una vida de caza del tesoro, al mismo tiempo que profundizan en las motivaciones de otros personajes como Donovan y el Caballero del Grial. Pero también es cierto que, mientras las aventuras de Indiana Jones ahondan en profundos conceptos filosóficos y cuestiones existenciales, que indudablemente lo convierten en un héroe único y complejo en el mundo de la aventura y la arqueología, su saga también había poseído un punto ciego.
Es por esto que la quinta entrega ha tratado de corregir —con mayor o menor éxito— al no pasar por alto aspectos sociales y culturales vitales para el estudio arqueológico como la diversidad social y cultural. Y es que Hollywood ha sido conocido durante mucho tiempo por su representación del pasado en sus cintas, que a menudo han borrado la línea entre la realidad y la ficción, ocasionando no sólo problemáticas de lectura social sino narrativas.
Julie M. Schablitsky manifiesta en la publicación Box Office Archaeology de 2007, que si bien algunas películas se esfuerzan por lograr la precisión, existe una tendencia a tomarse libertades creativas que pueden distorsionar los acontecimientos históricos. Esto plantea interrogantes sobre la responsabilidad de los cineastas a la hora de presentar una representación precisa del pasado al público.
Y sí, es verdad, la cinematografía no está hecha para educar. Pero es ingenuo pensar que al constituir una ficción generalizada basada con frecuencia en estereotipos y falsas verdades historias, esta alcanza para “educar” en una serie de imprecisiones generalizadas que más tarde son tomadas como información fidedigna. Por lo que una breve autocrítica a este uso de la historia y la información no le haría mal ni a la industria ni a nadie que la consuma.
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En este sentido, la representación de los mismos arqueólogos recae en un error constante, pues, en muchas películas, estos son retratados como seres marginados de la sociedad o incluso ausentes de ella por completo. Esta omisión es importante, ya que los arqueólogos juegan un papel crucial en el descubrimiento e interpretación de artefactos y sitios históricos en los que las grandes aventuras del género se han basado.
En última instancia, Schablitsky apunta que es importante lograr un equilibrio entre el entretenimiento y la precisión histórica en las producciones de Hollywood. Si bien la narración creativa es un aspecto vital de la realización de películas, no debe hacerse a expensas de distorsionar los acontecimientos históricos. Al promover la colaboración y fomentar un mayor énfasis en la precisión, los cineastas pueden contribuir a una comprensión más informada e ilustrada del pasado —tan importante en nuestro presente.
En Heroes, mummies and treasure: Near eastern archaeology in the movies, Kevin McGeough describe que en algunos casos, los arqueólogos también son representados como villanos, impulsados por la codicia y sin escrúpulos en su búsqueda del tesoro. En otros son meramente un “cerebro” al servicio de un villano que carece del conocimiento necesario para hacer realidad sus malévolos planes.
Pero, la representación de los arqueólogos en el cine ha evolucionado con el tiempo, hasta llegar a personajes como Indiana Jones, gracias a los cuales la arqueología se ha vuelto emocionante y llena de aventuras para la cultura pop. Los arqueólogos modernos están usando el poder de la cultura pop para promover la arqueología como una carrera interesante y estimulante. Muchos arqueólogos han aprovechado las plataformas de redes sociales para compartir información sobre sus descubrimientos, así como para hacer que la disciplina sea más accesible al público en general. Y afortunadamente, en esta ocasión se han inclinado por una visión mucho más desmitificación de la historia y la cultura,
A la par, se ha producido un número creciente de programas de televisión y documentales sobre arqueología, que ayudan a aumentar el interés y la conciencia del público por los descubrimientos importantes hechos por los arqueólogos. Esta nueva tendencia ayuda a generar nuevas ideas en torno a la arqueología, así como un deseo entre las nuevas generaciones de comprometerse con esta disciplina, algo que, tal como ya se puede apreciar en [Pelicula] Indiana Jones y El Dial del Destino seguramente tendrá repercusiones en un futuro cercano dentro de este género en la pantalla grande.
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El fascinante género de la aventura arqueológica, centrado en la intrépida exploración de culturas entonces denominadas como “exóticas”, tejieron una vasta historia a través de diversas formas de expresión que evolucionaron desde las páginas literarias hasta la majestuosidad de la gran pantalla. A lo largo de las décadas, estas narrativas han cautivado la imaginación de lectores y espectadores por igual, transportándolos a tierras exóticas y envolviéndolos en apasionantes relatos de descubrimiento, peligro y misterio.
Fue así que las pulp magazines de aventura, desempeñaron un papel crucial en la creación del famoso arqueólogo Indiana Jones. Estas revistas pulp eran conocidas por presentar historias y personajes llenos de acción y emoción en intrépidas expediciones de búsqueda de tesoros y descubrimientos arqueológicos. Los primeros escritos de Indy, que fueron concebidos por [Director] George Lucas y Julia Oviedo para [Pelicula] Los Cazadores del Arca Perdida, se inspiraron directamente en estas pulp magazines y su estética de aventuras clásicas.
Pero sin duda fueron estas pulp fiction las que vieron a las historias de aventura de arqueología nacer y encumbrarse. Con la producción masiva de libros, periódicos y revistas en el siglo XIX se creó esta revista de ficción popular diseñada para atraer a las masas con una combinación de lo familiar y lo nuevo. Es decir, el habitual suceso de misterio, frecuentemente criminal, que llenaba las páginas de los diarios contemporáneos y el toque fantástico de la ficción.
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Por tal motivo, pronto nacería la necesidad de una nueva generación de escritores, aunque como era de esperarse la industria editorial sólo priorizó para publicación aquellos títulos que significaron fuertes ganancias, más allá de su valor artístico o narrativo. Esta presencia elementos que hoy podemos calificar como racistas, xenófobos y estigmatizantes respecto a culturas ajenas a las hegemónicas occidentales se agudizaron de esta manera en el género.
Las revistas pulp de los períodos victoriano tardío y eduardiano temprano fueron una gran influencia en el desarrollo del género pulp fiction moderno, donde se presentaban historias de aventuras, misterio e incluso eróticas. The Strand Magazine, publicada entre 1891 y 1950, presentaba una amplia variedad de géneros, incluyendo misterio, aventura y ciencia ficción. Entre sus contribuidores destacados se encontraba Sir [Escritor] Arthur Conan Doyle , creador de Sherlock Holmes.
En la década de 1900, las revistas pulp se expandieron en volumen y número, y en la década de 1930, los lectores ya podían encontrar pulps dedicadas a historias de espías, pilotos de la Primera Guerra Mundial, agentes secretos, juicios famosos, amenazas extrañas, zepelines, y desde luego, las aventuras singulares de los recién llegados superhéroes.
Aquí se incluirán los primeros grandes héroes de pulp: Doc Savage y Shadow, mismo que contaron con una gran influencia en las industrias del cine y del cómic en rápido desarrollo, así como la radio y la televisión. Este género continuaría dominando el mercado hasta la llegada del libro de bolsillo, a finales de la década de 1950.
De esta camada de autores, [Escritor] Edgar Rice Burroughs sobresalió con su serie de novelas de Tarzán, llegando hasta la cima del éxito en el pulp desde su Tarzán de los monos de 1912. Sus historias transportaban a los lectores a nuevos y peligrosos mundos llenos de criaturas fantásticas y aventuras épicas. Además de Tarzán, creó otras franquicias exitosas como John Carter de Marte (1917).
[Escritor] Robert E. Howard fue ampliamente reconocido como el creador del género de la espada y hechicería. Sus personajes más conocidos son Conan el Bárbaro (1932) y Kull el Conquistador (1929), quienes protagonizaron numerosas historias cargadas de acción y peligro. Howard dejó huella en el género de la aventura con su prosa vívida y la imaginación desenfrenada de sus mundos.
Que no se te pase:
La obra de Lester Dent, dado a conocer con el pseudónimo Kenneth Robeson por su editorial por “motivos financieros”, escribió la famosa serie de novelas de Doc Savage (1933) para las pulp magazines —con las impresionantes portadas de Walter Baumhofer que hasta hoy forman parte esencial en el imaginario del género de aventura. El personaje principal, era un aventurero excepcionalmente inteligente y físicamente formidable. Las historias de Dent destacaban por su ritmo rápido, su ingenio y la emoción constante.
En la literatura, podemos rastrear los orígenes de este género hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Autores como H. Rider Haggard con su novela Las minas del rey Salomón (1885). Y desde luego, en la historia de un tono narrativo bastante alejado del pulp, se encuentra la célebre serie Tintín creada por [Escritor] Hergé se convirtió en un referente del género de aventura y arqueología. Desde su debut en 1929, las aventuras del intrépido reportero junto a su fiel compañero Milú llevaron a los lectores a diferentes partes del mundo, descubriendo tesoros arqueológicos y desentrañando enigmas históricos. Ambas historias han contado con múltiples adaptaciones al cine y la televisión.
Finalmente, estas narrativas encontraron su camino a la pantalla grande con el surgimiento del cine. Adaptaciones como la misma Las minas del rey Salomón (1937) y Los cazadores del arca perdida (1981) capturaron la esencia del género y atrajeron a audiencias masivas. El arqueólogo aventurero Indiana Jones encarnado por Harrison Ford se convirtió en un icono del género, combinando elementos de acción, intriga y exploración arqueológica en una atractiva fórmula cinematográfica. En 1999 [Pelicula] La Momia completaría esta tríada dorada del género de la aventura y la arqueología permaneciendo como sus más grandes paradigmas.
En este proceso de transición de la literatura a la historieta y, finalmente, a la pantalla grande, el género de aventura y arqueología ha evolucionado y se ha adaptado hacia las diferentes tendencias. Llevando a los espectadores a través de junglas, arenas del desierto, pirámides y otros lugares fascinantes pertenecientes a las distintas culturas en el mundo. Todo ello teniendo como fin el dar con antiguos tesoros y conocimientos perdidos en el tiempo.
La trascendencia de estas historias ha radicado en su capacidad para entretener y despertar el interés en la arqueología —o al menos en la ilusión de esta— y la cultura de diferentes partes del mundo. No obstante, tal como se ha establecido anteriormente, no siempre de manera positiva estas narrativas han influido significativamente en cómo percibimos y comprendemos otras culturas, al tiempo que nos transportan a un mundo de aventuras y misterios.
En este sentido, teniendo en cuenta las limitantes de la visión del mundo típicas de la época, la figura del héroe como máximo exponente de la moral, juega un papel importante en la filosofía de esta historia. Esta saga se ha empeñado en decirnos que un héroe un tanto impulsivo y con reglas inflexibles sobre la arqueología, también puede ser una buena persona.
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En el libro, Indiana Jones and Philosophy: Why Did it Have to be Socrates, diversos autores argumentan que el cautivador personaje de Indiana Jones, se convirtió en un héroe de acción icónico por sus defectos, más allá de su gran ingenio y determinación inquebrantable. La confianza y la naturaleza espontánea de Indy son un reflejo de su carácter moral, encarnando la esencia de una persona con genuinas buenas intenciones pero demasiado ansiosa por hacer lo correcto.
Es a través de esta concepción del personaje que se explora la idea de que Indy no solo refleja la condición humana, sino que también ofrece información sobre el concepto de heroísmo a través de la lente de la filosofía. Un marco ético considerado en este análisis es la ética de la virtud, que postula que una persona es virtuosa cuando sobresale en las capacidades únicas de los seres humanos.
Sin embargo, el enfoque de Indy "Estoy inventando todo esto a medida que avanzo" parece estar en conflicto con este punto de vista, ya que sugiere que no es excelente en nada. Además, su entrañable espontaneidad, aunque cautivadora, no siempre está bien pensada. Aquí también se ahonda en las virtudes desplegadas por Indiana Jones a lo largo de las películas, y se llega a la conclusión de que Indy sí es un héroe, con sus acciones derivadas de un carácter fundamentalmente bueno. Se reconoce que, aún con las fallas de Indy, estas no indican una falta de excelencia moral.
Otro aspecto recurrente en la saga de Indiana Jones es la creencia de Indy de que los artefactos pertenecen a los museos. Sin embargo, no siempre actúa de acuerdo con esta creencia. Y es que en ocasiones las acciones de héroe se basan en la contemplación de lo que es mejor para todos los involucrados.
A pesar de sufrir numerosos fracasos, Indiana Jones persevera en su búsqueda, enfrentando la desesperación y una persistente crisis existencial, tal como lo describe Søren Kierkegaard. Para este filósofo danés, una crisis existencial es una profunda angustia y desesperación causada por la desconexión entre el individuo y su verdadero yo, así como por la falta de propósito y sentido en la vida. Superar esta crisis implica un proceso de autoconocimiento y autenticidad, enfrentando los miedos y comprometiéndose con una vida basada en valores y propósitos auténticos.
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Su búsqueda incesante y sus fracasos repetitivos contribuyen a una desconexión en su comprensión de sí mismo, una desconexión que se fortalece aún más con cada intento fallido. Sin embargo, Indy sigue impulsado por el imperativo de descubrir la historia y compartir conocimientos, incluso si eso significa ir en contra de las reglas. A través de sus encuentros con diferentes poderes divinos y presenciando actos que desafían sus propias creencias, las experiencias de Indy sugieren que cualquier deidad puede ser válida, pero lo que importa son acciones de estos dioses así como los de sus seguidores en la Tierra.
Desde luego, estas cintas tienen una gran carga religiosa, pues Indiana Jones es un escéptico empedernido desde su enfoque científico, que también sabe mostrar una apertura a lo divino, cuestionándose sobre el significado y la importancia de la fe en su vida y en la humanidad en general. Esta dualidad entre el rigor científico y la exploración de lo espiritual y sagrado añade profundidad y complejidad al personaje, convirtiéndolo en un símbolo de la curiosidad humana. Al final, Indiana Jones es un ejemplo de cómo es posible mantener una mente abierta hacia lo desconocido y encontrar un equilibrio entre el mundo tangible y el mundo de la fe.
Las películas exploran la identidad de Indy y su compromiso con una vida de caza del tesoro, al mismo tiempo que profundizan en las motivaciones de otros personajes como Donovan y el Caballero del Grial. Pero también es cierto que, mientras las aventuras de Indiana Jones ahondan en profundos conceptos filosóficos y cuestiones existenciales, que indudablemente lo convierten en un héroe único y complejo en el mundo de la aventura y la arqueología, su saga también había poseído un punto ciego.
Es por esto que la quinta entrega ha tratado de corregir —con mayor o menor éxito— al no pasar por alto aspectos sociales y culturales vitales para el estudio arqueológico como la diversidad social y cultural. Y es que Hollywood ha sido conocido durante mucho tiempo por su representación del pasado en sus cintas, que a menudo han borrado la línea entre la realidad y la ficción, ocasionando no sólo problemáticas de lectura social sino narrativas.
Julie M. Schablitsky manifiesta en la publicación Box Office Archaeology de 2007, que si bien algunas películas se esfuerzan por lograr la precisión, existe una tendencia a tomarse libertades creativas que pueden distorsionar los acontecimientos históricos. Esto plantea interrogantes sobre la responsabilidad de los cineastas a la hora de presentar una representación precisa del pasado al público.
Y sí, es verdad, la cinematografía no está hecha para educar. Pero es ingenuo pensar que al constituir una ficción generalizada basada con frecuencia en estereotipos y falsas verdades historias, esta alcanza para “educar” en una serie de imprecisiones generalizadas que más tarde son tomadas como información fidedigna. Por lo que una breve autocrítica a este uso de la historia y la información no le haría mal ni a la industria ni a nadie que la consuma.
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En este sentido, la representación de los mismos arqueólogos recae en un error constante, pues, en muchas películas, estos son retratados como seres marginados de la sociedad o incluso ausentes de ella por completo. Esta omisión es importante, ya que los arqueólogos juegan un papel crucial en el descubrimiento e interpretación de artefactos y sitios históricos en los que las grandes aventuras del género se han basado.
En última instancia, Schablitsky apunta que es importante lograr un equilibrio entre el entretenimiento y la precisión histórica en las producciones de Hollywood. Si bien la narración creativa es un aspecto vital de la realización de películas, no debe hacerse a expensas de distorsionar los acontecimientos históricos. Al promover la colaboración y fomentar un mayor énfasis en la precisión, los cineastas pueden contribuir a una comprensión más informada e ilustrada del pasado —tan importante en nuestro presente.
En Heroes, mummies and treasure: Near eastern archaeology in the movies, Kevin McGeough describe que en algunos casos, los arqueólogos también son representados como villanos, impulsados por la codicia y sin escrúpulos en su búsqueda del tesoro. En otros son meramente un “cerebro” al servicio de un villano que carece del conocimiento necesario para hacer realidad sus malévolos planes.
Pero, la representación de los arqueólogos en el cine ha evolucionado con el tiempo, hasta llegar a personajes como Indiana Jones, gracias a los cuales la arqueología se ha vuelto emocionante y llena de aventuras para la cultura pop. Los arqueólogos modernos están usando el poder de la cultura pop para promover la arqueología como una carrera interesante y estimulante. Muchos arqueólogos han aprovechado las plataformas de redes sociales para compartir información sobre sus descubrimientos, así como para hacer que la disciplina sea más accesible al público en general. Y afortunadamente, en esta ocasión se han inclinado por una visión mucho más desmitificación de la historia y la cultura,
A la par, se ha producido un número creciente de programas de televisión y documentales sobre arqueología, que ayudan a aumentar el interés y la conciencia del público por los descubrimientos importantes hechos por los arqueólogos. Esta nueva tendencia ayuda a generar nuevas ideas en torno a la arqueología, así como un deseo entre las nuevas generaciones de comprometerse con esta disciplina, algo que, tal como ya se puede apreciar en [Pelicula] Indiana Jones y El Dial del Destino seguramente tendrá repercusiones en un futuro cercano dentro de este género en la pantalla grande.
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