Crítica punk | The Flash: su desastroso viaje por el multiverso
De cómo The Flash se convirtió en el manual de cómo no construir una cinta de superhéroes exitosa.
Este verano finalmente llegó a las salas de cine The Flash (60%), una película de superhéroes del universo de DC que había sido muy esperada. Sin embargo, lamentablemente, la película se estrelló en la taquilla y se convirtió en una gran decepción dentro del género. A pesar de contar con un elenco estelar, un intrigante concepto de multiverso y el respaldo de perfiles altos, no logró atraer a las audiencias y alcanzó un mínimo histórico en términos de éxito financiero.
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Un protagonista sin garantías
Pero este relato de un desastre anunciado dio comienzo mucho antes, de la llegada de Andrés Muschietti a la dirección. Si retrocedemos un poco en el tiempo, es importante considerar el hecho de que Ezra Miller nunca fue bien recibido del todo por los fans del Velocista Escarlata. Mucho antes incluso de la polémica generada por las acciones en la vida privada del actor, al hacer un análisis objetivo, parecía que la elección del actor para el reparto era menos afortunada en comparación con la formación original de la Liga de la Justicia de Zack Snyder.
La interpretación que hace la película del personaje principal, Barry Allen, como un holgazán tonto, se desvió del material original y alienó al público. Esta interpretación socavó el potencial de profundidad emocional del personaje y, en última instancia, debilitó el impacto de la película. Si el hecho de que el universo se mantuviera a flote estaba en entredicho, Miller nunca fue la pieza de ajedrez que se necesitaba para concretar el rescate —el mismo Henry Cavill habría padecido con la encomienda.
Esto también fue interpretado por muchos críticos del director como otra señal de la limitada comprensión del universo que este poseía. Irónicamente, su versión de 4 horas es considerada hasta la fecha como una de las mejores realizaciones dentro del universo de cómics de DC en la pantalla grande, aunque esta no fuera inicialmente destinada a las salas de cine comerciales.
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A esto se le sumaron los escándalos fuera de la pantalla protagonizados por el actor principal de Tenemos que Hablar de Kevin (76%). Este factor crucial contribuyó al fracaso del cierre del Universo Extendido de DC (DCEU). Sus controversias pasadas, que incluyeron un video viral en el que lo veían asfixiando a un fan, junto con sus posteriores enfrentamientos con la ley, generaron percepciones negativas que alejaron a posibles espectadores.
Estas controversias tuvieron como resultado una audiencia sesgada demográficamente, con una mayoría significativa de espectadores adultos y masculinos. Esto sugiere que tanto las mujeres como los niños optaron por evitar la película debido a la participación de Miller.
DC-Warner: los verdaderos villanos de la película
La tumultuosa historia detrás de cámaras también influyó de manera significativa en el resultado final. Warner y DC atravesaban una crisis interna que se puso en evidencia gracias a las declaraciones del actor Ray Fisher. Fisher encabezó una denuncia pública sobre los abusos cometidos en el set de filmación de Liga de la Justicia (41%) por parte de Joss Whedon y Walter Hamada . Estos acontecimientos generaron un ambiente convulso que resultó en numerosos cambios en el liderazgo del estudio, lo que a su vez diluyó aún más la visión del Universo Extendido de DC (DCEU). Como consecuencia, el enfoque narrativo para The Flash finalmente quedó en el limbo debido al anuncio del reinicio de la franquicia y la llegada de DC Films.
La falta de capacidad del estudio para establecer una narrativa y un tono coherentes obstaculizó el potencial éxito de la película. Los constantes cambios de dirección creativa del estudio se convirtieron en un obstáculo importante para Muschietti desde el principio, lo cual posteriormente se reflejó en la indiferencia total por parte del público en general.
Aunque este no fue el único factor que afectó la afluencia de espectadores, sí fue el punto de partida para generar una desconexión entre este universo cinematográfico, sus fans y su potencial nueva audiencia. A tal grado que la película llegó a VOD el 18 de julio, a apenas un mes de su estreno en el cine.
La desazón del multiverso
Paralelamente, el arma más poderosa de esta historia extraída de las páginas de DC Comics, ya había sido explorada ampliamente por el eterno rival, Marvel. No obstante que el concepto de multiverso cuenta con sus propias características en el mundo de la Casa de las Ideas, este también es una piedra angular para este pasaje en particular de The Flash, y para todo su universo.
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Los éxitos de Marvel, como las cintas de Spider-Man: Sin Camino A Casa (92%), Doctor Strange en el Multiverso de la Locura (88%), o las series de Loki (96%) y [entity_embed style="link-tomatometro" id_entiWhat If...? (84%)ty="630541"][Temporada] What If...? (1)[/entity_embed], realmente han servido como un hilo narrativo para la expansión de su multiverso, con lo que eclipsaron el intento de The Flash de aprovecharlo. Si bien es cierto que dado el material en el que se basa flashpoint La película contaba con posibilidades reales de hacer suyo este concepto, finalmente no logró diferenciarse al no poder explotar todo su potencial por las diversas razones antes mencionadas.
Y es que flash pues es una de los arcos narrativos definitorios del DC Comics moderno. Esta trama fue el reinicio de los superhéroes en el papel así como el mecanismo de entrada a una nueva era de personajes universos y estilos narrativos. Aquellos quienes aún confiaban en que dice y Warner pudieran rectificar el camino, depositaban todas sus esperanzas en la cinta del residente de Central City Pura tomada justamente como punto de partida para reinventarse deshaciéndose de todo aquello que no había funcionado y potenciando los pocos elementos de los que el público ya se había enamorado — actores, actrices y directores por igual.
Flashpoint emergió como una historia fundamental dentro del ámbito de DC Comics, habiendo marcado el comienzo de la noción misma de un multiverso, y quizá aún más importante para el canon del superhéroe, la presentación de su némesis como personaje definitorio en su identidad y ethos —algo simple y trágicamente ignorado por la cinta. Siendo pionero del uso de este concepto en la ficción, la expectativa era inversamente proporcional al éxito de este en las viñetas.
Flashpoint se desarrolla con un Barry Allen embarcando una odisea temporal para rescatar a su madre de su trágico asesinato. Sin embargo, este acto perturba drásticamente la estructura de la línea temporal, dando lugar a una realidad alternativa donde los hechos de la vida de Flash difieren de lo hasta entonces conocido. Hasta este momento la trama permanece fiel a la visto en pantalla, pero las diferencias también parecieron dinamitar los buenos elementos emulados de la historia original.
Narrativamente, Flashpoint ofrecía un conducto novedoso para conectar con diversas encarnaciones de los personajes icónicos de DC a través del multiverso. Estos cambios en la realidad espaciotemporal brindaron a los escritores y creativos detrás de cámaras de cómics un potencial terreno inexplorado en la pantalla grande. Desde una perspectiva argumentativa, Flashpoint serviría para subrayar la gravedad de las decisiones y sus repercusiones en la arquitectura de un universo cinematográfico coherente —y justificar la llegada del nuevo.
Las consecuencias de las elecciones de Barry Allen se manifiestan como una profunda agitación que desencadena una cascada intrincadamente tejida a lo largo de la extensión del cosmos de DC. Además, Flashpoint es una estrella polar que marca la génesis del renacimiento del universo DC bautizado como Los Nuevos 52. Y este renacer era el mayor de los deseos de todos aquellos quienes eran conscientes del fracaso del DCEU, consideran a Flashpoint como un as bajo la manga que pusiera las cosas en orden.
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Un marketing desastroso
En realidad, esta era una oportunidad en bandeja de plata que al final del día Warner y DC simplemente parecieron desechar con vehemencia y sin ningún asomo de respeto por su público. Todo aquello que la cinta pudo ser terminó por una salida fácil e ineficiente recurriendo al imaginario del pasado para intentar arreglar las evidentes carencias del presente.
Con esto comenzaron a crear serias dudas sobre las intenciones del estudio respecto que así buscaban una fórmula propia o simplemente se trataba de encontrar éxito en las fórmulas que ya habían funcionado en el pasado. Desde luego este no parecía ser el camino ante una serie de fracasos rotundos, con lo que sería anunciado con un sabor amargo a salvavidas ya lejano el verdadero entusiasmo euforia por un prometedor futuro.
Por su puesto, no podrá dejarse de lado el hecho de que dentro del Canon de DC Comics el multiverso ha sido mapeado explicado y desarrollado detalladamente, con una relativa a las leyes de la física. Por lo que para los fans conocedores este no sólo es un fracaso, sino un gran desperdicio de una fuente rica —como pocas—en posibilidades narrativas que simplemente realizan un intento de maquillar la desgastada dinámica entre directores y estudio.
Desde su trinchera, Muschietti asumió toda la responsabilidad sobre la elección de los efectos especiales así como de su impacto en la historia de Barry. Con este tipo de declaraciones la mayoría de los fans se sintieron defraudados y subestimados por todos los involucrados en el proyecto. Lo cierto es que no hay manera de justificar tremendo fiasco con un CGI que no tardó en convertirse en memes de la peor clase posible. Resultaría ingenuo no pensar que la responsabilidad de este pobre trabajo de efectos digitales no recae completamente en el estudio y sus interminables cambios en pre producción.
Y es que también habría que realizar un ejercicio de honestidad, la historia en sí misma está lejos de ser el eslabón más débil de The Flash. Este pudo haber resultado mediocre pero con un atractivo lo suficientemente poderoso para sobrevivir con ingresos de taquilla decentes. El hecho de mantenerla irrelevante para el futuro de la franquicia también cuenta con un peso específico para su atractivo al público. Ciertamente con esto en mente el estudio de una cuenta tomó una decisión equivocada al centrar sus esfuerzos en publicidad que irremediablemente actuó encontrado de la película.
La campaña de marketing de The Flash intentó restar importancia a las controversias y centrarse en elementos nostálgicos como el regreso de Michael Keaton como Batman Y demás memorabilia narrativa. Sin embargo, la exageración de las “críticas” y comentarios emitidos antes de su estreno, entre las cuales se encontraba aquella infame “se encuentra entre las mejores películas de superhéroes jamás realizadas", generó expectativas poco realistas en los fans. Cuando la película no cumplió con estas proporcionadas afirmaciones, tuvo que enfrentar un gran backlash, así como la reprobación general por parte de su público más fiel, injustificablemente irritado al sentirse engañado.
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Pese a que esta campaña estuvo más cerca de ser una estafa piramidal que una crítica razonable de la cinta, se probó en toda regla que la marca DC carga con un gran lastre. Al final del día, The Flash mostró un paupérrimo desempeño en taquilla con US$55,043,679 en su estreno, para sólo alcanzar US$268,533,313 de recaudación total.
Este contundente fracaso en el universo de superhéroes bien podría significar una advertencia para todo el género como una advertencia pertinente para la industria cinematográfica. El medio The Hollywood Reporter apuntó al más alto mando del estudio, David Zaslav, como responsable de esta mala apuesta. Eso incluyó hacer arreglos para que Tom Cruise, viera la película antes de su estreno, para así poder compartir su reacción positiva a la prensa. Por su parte, James Gunn también pregonó The Flash, afirmando que esta era "probablemente una de las mejores películas de superhéroes jamás realizadas".
Por su parte, Screen Rant la calificó como un fracaso de taquilla de Flash al nivel de Linterna Verde (26%). Igualmente, Variety sentenció que el problema con la cinta es que a medida que esta avanza, exuda menos de esa alegría de Volver Al Futuro (96%) y más una arbitraria mitología. Así, el filme evidencia con claridad la importancia de la coherencia y la dirección en la producción de películas de este género, tanto para la crítica como para la audiencia.
El cerrar este episodio de DC con una pieza que expusiera de manera más clara el reinicio del universo bien pudo haber sido crucial para el éxito de una película, evitando así interpretaciones unilaterales que confundan a los espectadores y desgasten el impacto general de la historia en pasado y futuro. Desde luego, se le suma la importancia de las elecciones de casting y la necesidad de abordar las controversias de manera transparente, pues las presente huelgas no han mostrado bien las catastróficas consecuencias de realizar promociones sin tus estrellas.
La exageración y las “estrategias sucias” en la promoción del proyecto es otro factor que The Flash ilustra con su decepcionante rendimiento en taquilla. Ya no por el hecho de generar expectativas poco realistas puede llevar a una desilusión generalizada cuando la película no cumple con las promesas, sino por tratarse de una marca visiblemente dañada que no necesita poner más presión sobre sí mismo al tiempo de intentar salir victorioso en taquilla.
Finalmente, todo apunta en que los próximos años la originalidad y las nuevas apuestas —bien ejecutadas— serán cruciales en un mercado saturado de superhéroes. Esta moraleja se aplica a toda la marca DC y no únicamente a la de Flash, pues en la búsqueda de una nueva identidad tendrá que ser cautelosos de no perder la frescura que el público busca. La industria debe reconocer que la novedad y la creatividad fundamentales para destacar en un panorama cada vez más lleno de películas de superhéroes, debe ir acompañada de una ejecución digna tanto como para los creativos como para el público.
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