FIC Monterrey 2023 | RESEÑA | Hipnosis: Arma Invisible | Las apariencias engañan
Hipnosis: Arma Invisible combina exitosamente la ciencia ficción con thriller en una aventura cinética llena de giros impredecibles que deja buen sabor de boca.
Haciéndole honor a su título, la nueva película del director Robert Rodriguez es una grata sorpresa que, a lo largo de sus 93 minutos, te mantiene hipnotizado con un hechizo que combina grandes secuencias de acción, una historia que no es lo que aparenta ser y un Ben Affleck en plena forma que nos recuerda por qué es uno de los actores más brillantes de su generación. Con Hipnosis: Arma Invisible (29%), Rodriguez ha llevado su estilo característico al siguiente nivel, y en el proceso ha entregado algo que otras propuestas del año no han podido: una experiencia divertida en el cine que, aunque no particularmente novedosa, si juega sus elementos familiares con mucha gracia.
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¿De qué trata Hipnosis: Arma Invisible?
La trama de Hipnosis es la siguiente: Decidido a encontrar a su hija desaparecida, el detective Danny Rourke se ve inmerso en un laberinto mientras investiga una serie de asaltos a bancos que desafían la realidad y acabará cuestionando sus más mínimas suposiciones con respecto a todo y a todos a su alrededor. Con la ayuda de Diana Cruz, una psíquica superdotada, Rourke persigue y, al mismo tiempo, es perseguido por un espectro letal, el único hombre que él cree que tiene la clave para encontrar a su hija, sólo para descubrir mucho más de lo que esperaba. El guion está escrito por Rodriguez y Max Borenstein, y en el elenco podemos encontrar a Ben Affleck, Alice Braga, JD Pardo, William Fichtner, Hala Finley, Dayo Okeniyi, Jeff Fahey, Jackie Earle Haley, entre otros.
Por la forma en que se desarrolla el primer acto uno podría caer en el error de juzgar esto como un thriller de fórmula realizado a base de los mismos tropos que hemos visto hasta el cansancio en el género. Sin embargo, una vez que se establece la historia y las reglas en las que este universo se mueve, Rodriguez subvierte nuestras expectativas con una serie de giros apasionantes que abren muchas posibilidades narrativas y le dan a la película una identidad única. Por supuesto, algunos aspectos llegan a sentirse exagerados, pero de cierta forma ese es el encanto del estilo de Rodriguez: priorizar el entretenimiento por encima de lo verosímil. Lo que queda al final es un acto de equilibrio entre estilo y sustancia que nos recuerda el encanto de un cine libre de pretensiones.
Es importante entrar con el mindset correcto para pasarla bien con el filme y no engancharse tanto con sus grietas de escritura que están expuestas a simple vista. Los protagonistas tienen el don de poder manipular la realidad de aquellos a su alrededor por medio de la hipnosis, y esto, por obvias razones, requiere que en ocasiones tengamos que suspender la lógica. Aunque de entrada la caracterización de prácticamente todos los personajes está basada en estereotipos, un giro posterior compensa este aspecto y da mucho sentido a la forma en que están perfilados. Con la historia sucede lo mismo, todo arranca de una forma tan estándar y libre de riesgos que uno se cuestiona si de verdad está viendo una película de Rodriguez, pero conforme vamos avanzando en el relato entendemos que todo está perfectamente justificado, y donde parecía haber superficialidad se llena con una profundidad que no vemos venir en ningún momento.
Como era de esperarse del autor, la película es una delicia visual que no necesita hacer mucho para impactar. Los efectos especiales en particular están muy bien ejecutados y se nos ofrecen un puñado de escenas oníricas que juegan con la realidad de manera ingeniosa, al grado de parecer extraídas de El Origen (86%) de Christopher Nolan. Los colores aquí no se sienten colocados al azar y ocultan una simbología que nos ayuda a conocer un poco más a fondo las sombras que cargan interiormente los personajes. Por otra parte, los momentos que llegan a implicar combate cuerpo a cuerpo están bien coreografiados y estos se ven realzados por una dirección elegante de Rodriguez que logra colocarnos en el epicentro de la acción. Lo único que se echa de menos es un poco más de todo esto en el tercer acto, donde la historia se cierra de forma relativamente sencilla y no hay lugar para momentos tan épicos como todo lo que vino antes.
En el apartado de actuaciones tenemos a un Affleck más lúcido que de costumbre. En los últimos años, el actor ha estado batallando con ser consistente en sus proyectos: o entrega una actuación digna de galardón o está completamente en piloto automático, sin puntos medios. Es, entonces, un verdadero gusto verlo realmente involucrado con la locura narrativa de Rodriguez y a gusto con un personaje que no tendría la misma fuerza si fuera llevado por otro intérprete. Affleck tiene ese carisma tan necesario para la acción y la película se beneficia mucho de tenerlo como protagonista, entregando sus líneas con entusiasmo y embriagando el relato de su presencia implacable. Hablar del resto del elenco resulta complicado por motivos de la trama, pero basta decir que todos hacen un excelente trabajo aparentando ser algo que no son, y cuando sucede este cambio de personalidad nunca dejan de sentirse convincentes.
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Con solamente 93 minutos de metraje, Hipnosis nunca se queda más tiempo del que debería y va al grano desde el primer momento, pero creo que se hubiera beneficiado un poco de quitarle el foco a algunos aspectos para dárselo a otros que lo necesitaban más, sobretodo a la relación que tiene el personaje de Affleck con su hija, la cual nunca terminamos de conocer por completo y mucho de lo que se nos dice sobre ellos termina sintiéndose un poco artificial. También encuentro que se nos arroja a la conclusión de manera abrupta y anticlimática, cuando estamos ahí todo se cierra de forma tan veloz que puedes llegar a quedarte con ganas de más. Fuera de eso, todo lo que hay en medio tiene un ritmo correcto que mantiene las cosas en constante movimiento, no hay espacio para largos monólogos y explicaciones por que Rodriguez se concentra en darle al público aquello por lo que vino: acción pura y dura.
En una época donde thrillers insípidos llegan por montones a plataformas de streaming, es un alivio ver una película que demuestra que todavía pueden hacerse cosas frescas en el género sin tener que salir forzosamente de los parámetros, simplemente conociendo y respetando las raíces. Entre secretos, traiciones y juegos mentales, la película lleva su amor por los thrillers en la manga y se pasa en un abrir y cerrar de ojos, sin ningún momento aburrido o innecesario, algo que grandes blockbusters recientes no tienen el lujo de poder presumir. Definitivamente no es perfecta, pero desde una trama con inclinaciones hacia lo camp hasta la dirección electrizante de su autor, es imposible resistirse a esto cuando tiene tanto corazón de por medio.
Finalmente, Hipnosis: Arma Invisible (29%) combina exitosamente la ciencia ficción con thriller en una aventura cinética llena de giros impredecibles que deja buen sabor de boca. Cuando todos los secretos comienzan a revelarse poco a poco, no podríamos estar más felices de haber sido engañados por Robert Rodriguez y compañía, e incluso si hay cosas que podrían mejorar, no se puede negar lo divertido que es el viaje.
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