¿Por qué la crítica reprobó Five Nights At Freddy's?

Pocas relaciones son tan inestables como la que tiene el mundo de los videojuegos con el séptimo arte: por cada adaptación que sale bien, muchas otras fallan en entender qué fue lo que hizo cautivador el material original en primer lugar y terminan siendo un rotundo fracaso. Lamentablemente, la reciente Five Nights at Freddy's (30%) no logró ser la excepción a la regla y terminó siendo destrozada por la crítica internacional en su semana de estreno, algo que se veía venir desde la fecha pautada para que el levantamiento de su embargo (el mismo día de su estreno en salas), colocando el último clavo en el ataud de la productora Blumhouse luego de las decepcionantes El Exorcista: Creyentes (20%) y La Noche del Demonio: La Puerta Roja (42%). En los siguientes párrafos analizaremos a detalle por qué uno de los títulos más anticipados de la temporada tuvo una recepción igual de fría que una pizza congelada y qué pudo haber hecho para trasladar los escalofríos del juego a la pantalla grande de mejor forma.

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¿De qué trata Five Nights At Freddy's?

En la película dirigida por Emma Tammi, un problemático guardia de seguridad empieza a trabajar en el restaurante Freddy Fazbear's Pizza. Mientras pasa su primera noche en el trabajo, se da cuenta de que el turno de noche en Freddy's no será tan fácil de superar, ya que un grupo de animatrónicos aparentemente inofensivos se mueven por la noche y matan a cualquiera que vean. En el elenco podemos encontrar a Josh Hutcherson, Matthew Lillard, Elizabeth Lail, Mary Stuart Masterson y Piper Rubio.

Para medios respetados en la industria como The Hollywood Reporter, IndieWire o The Guardian uno de los principales problemas proviene de la ejecución estándar del material, haciendo de lo que debería ser una cardíaca aventura de 5 noches una tarea rutinaria que sigue el mismo patrón durante 109 minutos, transitando a marcha forzada por todos los lugares comunes que hemos visto hasta el cansancio en otras películas de horror. Para los periodistas, una vez establecido el escenario las sorpresas son nulas y todo se desarrolla de la forma en que cabría esperar, olvidando capturar esa naturaleza impredecible que hace tan apasionante al juego. Tampoco ayuda que el tono de esta versión sea demasiado serio y libre de humor cuando la historia está impulsada por animatrónicos asesinos, un conflicto inverosímil que hubiera funcionado mejor con el estilo ácido de Chucky, el Muñeco Diabólico (67%) o M3gan (68%).

Otro aspecto evidenciado por las reseñas es la falta de tensión y suspenso en la narrativa; en lugar de apelar por las emociones auténticas y genuinas que caracterizan al juego original, la cinta deja a la audiencia sumergida en un océano de jumpscares predecibles y poco inspirados, eliminando por completo la sensación palpable de peligro que debería estar presente en cada escena. Es comprensible que fuera difícil traducir con total fidelidad la amósfera inmersiva que se genera con la dinámica del gameplay, pero la adaptación de Tammi no hace ni siquiera el intento, conformándose por el susto barato que no deja impresión duradera y manipula emociones artificialmente. Aunque si lo vemos por el lado positivo, con un manejo del género tan olvidable ningún espectador va a perder el sueño con Five Nights At Freddy's y podrá irse a la cama tranquilo de que la tarifa del recibo de luz no incrementará por dejar la luz encendida toda la noche.

Por otra parte, la crítica no fue nada gentil con la escritura superficial y llena de melodrama de Tammi, Scott Cawthon y Seth Cuddeback, que desafortunadamente no logra expandir de forma interesante la sencilla premisa del juego y lucha constantemente por darle sentido a la serie de situaciones absurdas que presenta. Este punto en particular resulta desconcertante si tomamos en cuenta que Cawthon es el creador de la popular franquicia y nadie debería entender mejor lo que los fans quieren ver en la pantalla que él, pero el fanservice no es suficiente para hacer a una película buena y los easter eggs esparcidos a lo largo del relato no son suficientes para sacudir la sensación de que esto pudo haber sido algo más sustancioso. Entre otros comentarios, se puede leer que la falta de imaginación en el desarrollo de la trama hace que la experiencia sea tediosa en lugar de estimulante, y cada intento de insertar un giro resulta peor que el anterior dado que las revelaciones no se sienten bien planteadas.

En defensa de la adaptación, muchos concuerdan en que su timidez por explotar el horror del material original se debe en gran parte a las limitaciones impuestas por su clasificación PG 13, pensada para acercar el género a un público más joven. Esta decisión creativa tiene congruencia si tomamos en cuenta que el juego tiene una enorme popularidad entre niños y pre-adolescentes, incluso si la mayoría de entregas de la franquicia cuentan con una clasificación 12+ por sus elementos de gore y violencia. Aquí, ambos elementos se ven atenuados considerablemente y la promesa de una experiencia retorcida nunca se cumple porque toda la carnicería sucede fuera de cámara o solamente queda implícita, algo que no habría sido representado tanto problema si la película tuviera otra cosa con que compensarlo, como un mejor manejo del suspenso, una historia más absorbente o muertes más ingeniosas.

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Si bien el diseño de los animatrónicos asesinos de Freddy Fazbear's Pizza no recibió ninguna queja, los personajes humanos quedaron muy mal parados ante los ojos de la prensa, en particular el protagonista interpretado por Josh Hutcherson. En su primer rol importante en mucho tiempo, la presencia de Hutcherson es descrita en general como “somnolienta” y poco creíble, en parte por la mala perfilación de su personaje en el guion, en parte por la serie de diálogos torpes que el actor tiene que pronunciar con incomodidad y en parte por la poca personalidad que el protagonista de Los Juegos del Hambre (84%) aporta a su rol. Quien logra entrar mejor en esta vibra caótica de la película es Matthew Lillard, con su personalidad excéntrica que hemos visto reflejada en películas como Scream: Grita Antes de Morir (78%) o Scooby-Doo (30%) y que aquí viene de maravilla, pero desafortunadamente su tiempo en pantalla es límitado y no se le aprovecha tanto como podría.

Nostalgia fallida según la crítica

Para la crítica también influye que el momento en que llega esta adaptación a salas se siente un poco tardío e inoportuno. Han pasado casi nueve años desde que el primer juego se viralizó entre la comunidad gamer, y lo que en un inicio se sentía como un respiro de aire fresco ahora se siente poco novedoso; y en la época donde el terror con comentario social es lo que más vende en taquilla una película como esta lógicamente va a sentirse vacía e intrascendente. De haberse estrenado tiempo atrás, quizá el resultado hubiera sido muy diferente, pero en 2023 este trabajo se siente tan relevante como lo sería una adaptación de Slender: The Eight Pages o Outlast.

Para finalizar esta crónica de una muerte anunciada, Five Nights at Freddy's (30%) prometía ser un obsequio de nostalgia para todos aquellos fans que a pesar de los años seguían exigiendo una adaptación cinematográfica del material, pero sin el atractivo oscuro del juego y una producción de muy bajo nivel, la deuda no ha terminado de ser saldada. Con deficiencias en todos los departamentos y un tratamiento reduccionista a la historia, esta película es una clase magistral de oportunidades perdidas con amenaza de secuela debido a su buena recaudación en este primer fin de semana.

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