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Una historia de Star Wars: Censurar el bikini de la Princesa Leia es ilegal

El año pasado, un grupo conservador intentó mutilar de manera catastrófica el legado de Carrie Fisher en tanto Princesa Leia Organa. Sin embargo, la ley y el orden han hablado: la libertad de bikini dorado prevalece en la galaxia.

En realidad, a los padres nunca pareció importarles cuando en 1983 salió Star Wars: Episodio VI - El Regreso del Jedi (80%), pero los tiempos cambian y hoy en día se incrementan los rubores y los abanicos para sacudir el sopor de semejantes atrevimientos, Jesús, María y José. Algunos simplemente no disfrutan ver a Carrie Fisher en un bikini de dos piezas. Por ello, el admirado, citado y casi entronizado bikini dorado de la princesa Leia ha sido recientemente observado con atención con carisma de monóculo y ceño fruncido los últimos años. Y hace no mucho en un país muy gobernado por un hombre muy, pero muy anaranjado, un grupo conservador trató de censurar el icónico traje de baño espacial con resultados tan terribles como los que acaecieron a la Estrella de la Muerte.

La polémica estaba desde el inicio y ha sido tema de debate. Carrie Fisher habló acerca del disfraz muchas veces con el pasar de los años, de cómo la hacía sentir nerviosa y que ella inicialmente pensó que George Lucas estaba bromeando cuando le presentó el traje. Al final, ella aceptó la situación porque fue capaz de ser esclava de Jabba the Hutt, aunque le advirtió a Daisy Ridley: “No seas esclava como yo”. El bikini es, en realidad, una pieza no más atrevida que el calzón para nadar de un hombre, de una pieza y con dimensiones equivalentes a la pieza inferior del bikini. Pretender que el estereotipo sexual no existía en temas de esclavitud (como sucedía en la trama original de la película) era villano o sexista, sólo indicaba una negación a algo que la ficción ha recreado en, por ejemplo, otros clásicos como Universo en Fantasía de Gerald Potterton, de donde seguro sacó la idea George Lucas. El problema, y probablemente en esto tenga toda la razón Carrie Fisher, es la manera en la que tanto Lucas como el director, pasaron de volverla un icono de belleza ruda y delicada al unísono, a un icono sexual en una época donde eso era innecesario para la tracción de la franquicia galáctica.

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La historia que nos ocupa, en realidad, se reduce a un tema de derechos de autor que se ven violados con mayor intensidad que la integridad de la actriz. Arstechnica informa que un servicio de streaming llamado VidAngel filtró contenido ‘desagradable’ de las películas de Hollywood para hacerlas más amigables a la familia. Este servicio compra DVDs y censura desnudos y otros materiales desagradables con la idea de ofrecer a las familias conservadoras una experiencia de observación limpia y sin culpa, que no alargue con más avesmarías y padrenuestros las nocturnas. Pero, ¿esto es legal?; ¿cómo se aplican las acciones de VidAngel a la ley de derechos de autor?; ahora, ¿quién podrá ayudarnos?

Gracias a la Fuerza (sobre todo del Estado), un tribunal decidió que es ilegal retirar el bikini de Leia. Sobre todo, si lo hacen en público. Y también, por supuesto, si se retira de la película en que aparece. Esto debido a que VidAngel, más allá de que mutiló una pieza fílmica, ha violado los derechos de interpretación de Disney, LucasFilm, 20th Century Fox y Warner Bros.

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Al parecer, Star Wars sigue siendo Star Wars, incluso sin la escena del bikini de la Princesa Leia. No es que afecte de manera proverbial a la trama, aunque sí de manera contundente al mayor valor de la franquicia: su plástica, de la que el dichoso bikini forma parte icónica. Finalmente, es como quitarle toda referencia sexual a, por ejemplo, Historia del ojo, de Georges Bataille.

VidAngel estaba tratando de manejar todo por debajo del agua, sin embargo su argumento puritano resultó infructuoso y en detrimento de la compañía. VidAngel también intentó justificar que sus cambios estaban protegidos por la Family Movie Act, o FMA de 2005, que permite que se elimine material objetable mientras no se cree una copia fija de la nueva versión alterada. El tribunal no estuvo de acuerdo con el argumento de las FMA porque VidAngel nunca tuvo el permiso para transmitir El retorno del Jedi en primer lugar.

VidAngel fue obligado a cerrar en diciembre de 2016 y permanecerá así. La Corte decidió que si dejaba que el servicio de streaming continuara, se pondría entrar en conflictos con los derechos de autor, ya que se permitiría a cualquier persona comprar legalmente una copia física y modificarla, lo que a su vez contribuiría a fomentar la piratería y el derecho de ejecución pública sin permiso, autorización o venia comprobable de quienes poseen los derechos de autor de la obra. Es decir, significa explotar una obra a las costillas de quienes han invertido esfuerzo, trabajo y cantidades descomunales de dinero en que dichas piezas existan —y cuyos ingresos garantizan que tengamos más de esto.

VidAngel regresará, según información de la compañía, como un nuevo servicio que filtra Amazon y Netflix en un futuro próximo. Hasta el momento, VidAngel se ha mantenido alejado de cualquier propiedad propiedad de Disney, Lucasfilm, 20th Century Fox y Warner Bros., que no deja mucho para que lo censuren.

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