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Muere el cinematógrafo Robby Müller a los 78

Buen viaje, maestro de la luz

El director de fotografía Robby Müller falleció a los 78 años en Ámsterdam, según cuenta el medio neerlandés NOS. Desde hace varios años padecía demencia vascular por lo que no podía hablar ni moverse solo. A través de Twitter Jim Jarmusch se despidió de él con estas palabras:

Perdimos al notable, brillante e irremplazable Robby Müller. Lo quise demasiado. Él me enseñó muchas cosas, y sin él, creo que no sabría nada sobre el cine. Q.E.P.D. mi querido amigo Robby.

El icónico DP nació en Curazao en 1940 y se mudó a Ámsterdam en 1953. Diez años después se encontraba estudiando en la Academia de Cine Neerlandés y empezó a trabajar en cortometrajes. Su primer gran trabajo cinematográfico -sin contar los cortos- sería en Summer in the City (1970) de Wim Wenders, y eso solo sería el comienzo de una gran historia.

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Posteriormente Müller y Wenders volverían a cruzar sus caminos y trabajarían juntos en varios filmes: The Scarlet Letter (Der scharlachrote Buchstabe) (1973), Alicia en las ciudades (1974), Kings of the Road (1976), El Amigo Americano (89%) (1977) y Paris, Texas (100%) (1984).

El legendario cinematógrafo participó no solo en los proyectos de Win Wenders. En su filmografía cuenta con títulos como Vivir y morir en Los Ángeles (1985) de William Friedkin, Down by Law (1986), Mystery Train (88%) (1989), Dead Man (71%) (1995) y Ghost Dog: El camino del Samurai (82%) (1999) de Jim Jarmusch y otras colaboraciones en las películas Contra Viento y Marea (86%) (1996) y Bailando en la Oscuridad (68%) (2000), ambas de Lars von Trier.

Su participación en numerosos filmes lo llevó a recibir reconocimientos por su trabajo en fotografía, habiendo recibido varias nominaciones, entre ellas, en los Satellite Awards y los premios Spirit al cine independiente en la categoría de Mejor Cinematografía.

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Su estilo se desarrolló a lo largo de su carrera, en parte gracias a su extensa participación en películas independientes, donde muchas veces hay mayor libertad a la hora de realizar el trabajo. Con Jim Jarmusch se destaca su trabajo en blanco y negro, mientras que con Wim Wenders en la aclamada cinta Paris, Texas, dió una lección magistral sobre la luz y el uso de color.

Es increíble la capacidad de Müller para asombrar con la secuencia que abre ese filme, que nos introduce en el desierto estadounidense, y la brusquedad con la que la toma se dirige al rostro del protagonista. A partir de ahí toma el color rojo (de la gorra del actor) para dirigir nuestra atención durante la película sobre este color y sus tonalidades. También son importantes las escenas nocturnas, donde destacan las carreteras gracias al juego de luces y el despliegue de color que hacen que el atardecer se vea espectacular.

No hay que olvidar que el trabajo hecho por el director de fotografía siempre va de la mano del realizador, ayudando a obtener el mejor resultado, pero es difícil imaginar a esta película de culto sin la mano de Robby Müller, cuyos fotogramas aún siguen impregnados en nuestras retinas.

El legendario DP, bautizado como “la luz holandesa más grande desde Vermeer” o simplemente “el maestro de la luz”, ayudó a crear la forma en la que se ven los filmes independientes más clásicos. Él es la fuente de inspiración de muchos cineastas hoy en día. Su sentido del ritmo y encuadre, su extraordinaria habilidad para hacer que la luz hable y sus movimientos de cámara tendrán siempre un lugar en la historia del cine.

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