Adèle Haenel, actriz de Retrato de una mujer en llamas, se retira del cine: "La industria es racista y patriarcal"

La industria del cine no se encuentra exenta de problemas, complejas problemáticas bien enraizadas que es difícil cortar de golpe. Adèle Haenel, actriz de nacionalidad francesa que destaca por su trabajo en Retrato de una Mujer en Llamas (88%), anuncia para FAQ que se retira para siempre del séptimo arte debido al racismo y patriarcado que impera en sus recovecos, desalentándola a continuar trabajando en un mundo donde no parece haber ni siquiera una solución lejana a estos males.

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Además de su papel como Héloïse en Portrait de la jeune fille en feu, estrenada en 2019 y dirigida por Céline Sciamma, Adèle es conocida por cintas como Deerskin, 120 Latidos por Minuto (96%), Rostros de una Mujer (43%), La Chica Desconocida (66%), Water Lilies (77%), Die Blumen von gestern, Un peuple et son roi y L'Homme qu'on aimait trop. A sus 33 años ha recibido premios como el César a Mejor actriz principal y de reparto, así como el reconocimiento Romy Schneider. En 2014 se declaró lesbiana y su activismo por los derechos de las mujeres ha incrementado de forma paulatina y eficaz.

Durante su reciente entrevista con FAQ, Adèle reveló al atónito interlocutor que por razones políticas ha tomado la decisión de abandonar la industria del cine, enfocándose en el teatro:

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Ya no haré cine. Porque la industria del cine es absolutamente reaccionaria, racista y patriarcal. Nos engañamos cuando nos decimos a nosotros mismos que los que están en el poder tienen buena voluntad, que el mundo realmente irá en la dirección correcta bajo su buena y, a veces, torpe gestión. Por supuesto no. Lo único que mueve estructuralmente a la sociedad es la lucha social. Y me parece que en mi caso salir significa luchar. Al dejar esta industria para siempre, quiero ser parte de otro mundo, otro cine.

Para Haenel, este problema nace de la afirmación de que el orden social proviene de la naturaleza y que así será siempre: “Decir que las cosas han existido siempre es una tergiversación utilizada para oscurecer el proceso de selección activo y conscientemente determinado que mantiene las relaciones de poder.” La intérprete condena a los varones blancos por su estancia en el poder, y por su continua validación entre ellos mismo para mantener el status quo y las relaciones de poder.

Mis creencias políticas son lo más importante para mí en este momento. Por supuesto, trabajé en la industria del cine y traté de cambiar algo. Por ejemplo, la perspectiva de la mujer en las películas. Traté de cambiar algo desde dentro. Cuando se trata del movimiento MeToo, los problemas de las mujeres o el racismo, la industria cinematográfica es extremadamente problemática. Ya no quiero ser parte de eso.

Retrato de una Mujer en Llamas nos presenta la historia de una artista que debe pintar el retrato de boda de una novia joven, todo en una isla de Bretaña a finales del siglo XVIII. Pero lo que comienza como una mera relación profesional, comienza a evolucionar hacia algo más íntimo y, por ese entonces, prohibido.

El racismo y el patriarcado es algo que también se detecta ampliamente en la industria de Hollywood. Movimientos como Time’s Up o Me Too buscan desenmascarar a los criminales de la industria que utilizan su poder para intimidar y lastimar a incontables mujeres y otras minorías. Aunque los años han pasado y los estudios presuntamente se han esforzado en ser diversos e inclusivos, los problemas continúan ahí, latentes.

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