Studio Ghibli en crisis: las acusaciones de corrupción que amenazan su legado

Studio Ghibli es una de las productoras dedicadas a la animación más importante de la historia y una que ha pasado años invirtiendo dinero, espacio y tiempo para demostrar que este tipo de formato puede contemplar las historias más trágicas, bellas y maduras, creando un contraste muy necesario ante aquellas empresas que explotan la animación como un género infantil. Hayao Miyazaki es el nombre en el que siempre pensamos cuando hablamos de esta compañía, pero lo cierto es que en la jerarquía existen muchas otras figuras igual de relevantes. Por desgracia, Studio Ghibli está pasando por una crisis que seguramente se complicará ahora que se confirma la noticia de que su presidente decidió renunciar.

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El estudio de animación japonesa se fundó en junio de 1985 y desde entonces ha capturado la atención de espectadores y críticos alrededor del mundo. Cintas como Mi Vecino Totoro (93%), El Viaje de Chihiro (97%) y El Increíble Castillo Vagabundo (87%) son sólo algunos de los títulos que sirvieron para crear su legado en cuanto estilo técnico y estructura narrativa. A pesar de tener que superar varios obstáculos como cualquier compañía que se dedique a este mundo y tiene que enfrentar constantemente a Disney y la percepción que el público tiene sobre ellos, las producciones de Studio Ghibli no fueron ignoradas por mucho tiempo y no tardaron en explotar al máximo su mercancía.

A pesar de su reputación, y de ser una de las empresas más relevantes en el mundo del cine, el legado no está libre de controversias que van más allá de las veces en que Miyazaki ha declarado su retiro para luego volver a trabajar. En los últimos años, las cosas se han complicado bastante entre otras figuras de su jerarquía principal, y hasta se extendieron noticias sobre asuntos económicos y sumas de dinero invertidas en planes que no fueron aprobados por la empresa.

La revista Shukan Josei (vía ComicBook.com) ha compartido nuevos detalles sobre toda la situación que está desequilibrando a la compañía que, además, acaba de perder a su presidente. Al parecer, todo comenzó con ciertas decisiones que el productor Toshio Suzuki tomó de manera unilateral sobre los negocios de Studio Ghibli. El escándalo se destapó cuando se dio a conocer que el ejecutivo había dado grandes cantidades de dinero a una mujer tailandesa que conoció en 2013. Con estos fondos, la mujer pudo abrir un restaurante y un spa en Tailandia que nada tenían que ver con la empresa.

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Años después de que estos negocios fracasaron, Suzuki contrató a la mujer para que estuviera a cargo del restaurante temático de Ghibli en Bangkok, y en 2018 la contrató para ser la fotógrafa oficial de la compañía a pesar de que no tenía ningún tipo de experiencia para la labor. Esto comenzó a ocasionar serios problemas internos, pues los empleados sabían bien que la mujer recibía pagos y viajes gratis con dinero de la empresa sin tener que trabajar y sólo por estar asociada románticamente con el productor.

Conforme las quejas internas se hicieron más fuertes, el presidente de Ghibli, Koji Hoshino, decidió hablar con Suzuki, para hacerle saber la falta que estaba cometiendo a ojos de la compañía y de los otros empleados. Según esta fuente, esto terminó en una fuerte discusión entre los ejecutivos. Eventualmente, Hoshino, quien se desempeño como presidente desde 2008 decidió renunciar a su puesto. De hecho, como Toshio Suzuki es uno de los fundadores de Ghibli, se dice que al final el presidente fue presionado para presentar su salida.

Según se explica, Hoshino ya hizo formal su renuncia para que se acepte a finales de marzo, con la idea de abandonar totalmente el puesto para el mes de junio. Por ahora, ninguno de los ejecutivos ni la empresa misma han declarado al respecto, pero este escándalo se une a otro bastante serio que Ghibli ignoró hace tiempo. Hace poco, la empresa fue muy criticada por no tomar una postura ante la revelación de que había grupos de hombres que tomaban fotos inapropiadas con las estatuas de las heroínas (la mayoría menores de edad) de estas películas en su parque temático. Como muchas de esas imágenes promovían el acoso sexual y hasta la agresión directa, el que la compañía no respondiera en lo absoluto se consideró un gesto poco profesional y hasta cobarde de su parte, algo que los fans todavía recuerdan.

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