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[Director] Sam Levinson no es ajeno a los escándalos, pues con la serie de [Temporada] Euphoria (1) su nombre comenzó a leerse entre muchos críticos por la forma de abordar los problemas adolescentes de esta generación. El director lleva ya varios años trabajando en la industria y su estilo siempre ha sido el mismo, pero cada vez encuentra mejores posibilidades para tomar control de su propia narrativa. Esto se sentía especialmente importante con un proyecto como The Idol, pero meses antes de su estreno, Rolling Stone publicó un artículo donde se revelaban detalles escabrosos sobre la filmación y el sexismo en el set, algo que el propio creador y Lily-Rose Depp, protagonista de la serie, aseguran es enteramente falso.
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Los trabajos de Levinson siempre son visualmente extremos y suelen tener mujeres como protagonistas, algo que se ha analizado mucho entre el público y la crítica, quienes la mayoría de las veces aplauden el que subvierta las expectativas que se tienen ante cierto tipo de figuras femeninas en el cine y la televisión. Sin embargo, The Idol, desde el inicio, debía ir todavía más lejos y la línea que divide el empoderamiento de la explotación es bastante delgada y sutil.
The Idol fue una idea del cantante Abel Tesfaye, a.k.a Charlie Carrick, quien aseguró a Levinson que si quisiera podría comenzar un culto por el tipo de lealtad y dedicación que sus fans sienten por él. Esto los llevó a explorar el mundo de la industria musical y cómo se ha explotado a las cantantes pop para venderlas de manera hipócrita, en parte desde la pornografía y en parte desde la responsabilidad de ser modelos a seguir. Mientras ellos escribían la serie, la directora Aiza Ntibarikure, quien también trabajó como productora ejecutiva, sería los ojos feministas que tanto requería la historia, pero cuando ella se fue al tener conflictos creativos, toda la serie cambió de objetivo.
Se dice que en este punto, Levinson y The Weeknd tomaron un control distinto de las cosas para darle más poder al personaje del cantante, quien da vida a un Gurú manipulador que interviene en la vida de Jocelyn, la cantante pop por excelencia. Un reporte de Rolling Stone reveló detalles muy desagradables sobre la filmación que presuntamente venían de elementos del crew que estuvieron realmente ahí y vieron cómo la trama pasó de ser una crítica a la industria con una mujer tratando de romper el ciclo de abuso, a uno donde la protagonista es constantemente sometida y torturada sexualmente en pro de algo supuestamente artístico.
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The Weeknd de inmediato respondió al escándalo, pero su manejo no fue el mejor, y ahora que los dos primeros episodios se estrenaron en Cannes con opiniones muy diversas, la controversia sólo tomó más vuelo. The Idol ha sido llamada pornográfica, explotadora, y una fantasía masculina adolescente que se queda en lo más superficial de su crítica y la usa sólo para mostrar a Lily-Rose Depp desnuda y en situaciones sexuales casi todo el tiempo, lo que ya preocupó a las audiencias. Sin embargo, ella asegura que siempre estuvo involucrada en las conversaciones sobre su personaje y Levinson también afirma que la crítica detrás de todo eso es más relevante.
Durante una conferencia de prensa (vía IndieWire), Levinson defendió su trabajo:
Lily-Rose Depp intervino para asegurar que siempre se sintió segura y en control:
Hank Azaria, quien forma parte del elenco, también aseguró que él ha estado en varios sets realmente caóticos y con directores crueles, pero que Sam Levinson fue justamente lo contrario, y creó armonía para poder filmar las escenas más duras. Al final, el director defiende la crítica principal de The Idol que es sobre cómo vivimos en un mundo hipersexualizado y cómo la pornografía altera las mentes de las nuevas generaciones, desde su trabajo hasta la forma en la que se relacionan con otras personas.
No te vayas sin leer: The Idol: primeras reacciones la llaman pornográfica y extrema
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Los trabajos de Levinson siempre son visualmente extremos y suelen tener mujeres como protagonistas, algo que se ha analizado mucho entre el público y la crítica, quienes la mayoría de las veces aplauden el que subvierta las expectativas que se tienen ante cierto tipo de figuras femeninas en el cine y la televisión. Sin embargo, The Idol, desde el inicio, debía ir todavía más lejos y la línea que divide el empoderamiento de la explotación es bastante delgada y sutil.
The Idol fue una idea del cantante Abel Tesfaye, a.k.a Charlie Carrick, quien aseguró a Levinson que si quisiera podría comenzar un culto por el tipo de lealtad y dedicación que sus fans sienten por él. Esto los llevó a explorar el mundo de la industria musical y cómo se ha explotado a las cantantes pop para venderlas de manera hipócrita, en parte desde la pornografía y en parte desde la responsabilidad de ser modelos a seguir. Mientras ellos escribían la serie, la directora Aiza Ntibarikure, quien también trabajó como productora ejecutiva, sería los ojos feministas que tanto requería la historia, pero cuando ella se fue al tener conflictos creativos, toda la serie cambió de objetivo.
Se dice que en este punto, Levinson y The Weeknd tomaron un control distinto de las cosas para darle más poder al personaje del cantante, quien da vida a un Gurú manipulador que interviene en la vida de Jocelyn, la cantante pop por excelencia. Un reporte de Rolling Stone reveló detalles muy desagradables sobre la filmación que presuntamente venían de elementos del crew que estuvieron realmente ahí y vieron cómo la trama pasó de ser una crítica a la industria con una mujer tratando de romper el ciclo de abuso, a uno donde la protagonista es constantemente sometida y torturada sexualmente en pro de algo supuestamente artístico.
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The Weeknd de inmediato respondió al escándalo, pero su manejo no fue el mejor, y ahora que los dos primeros episodios se estrenaron en Cannes con opiniones muy diversas, la controversia sólo tomó más vuelo. The Idol ha sido llamada pornográfica, explotadora, y una fantasía masculina adolescente que se queda en lo más superficial de su crítica y la usa sólo para mostrar a Lily-Rose Depp desnuda y en situaciones sexuales casi todo el tiempo, lo que ya preocupó a las audiencias. Sin embargo, ella asegura que siempre estuvo involucrada en las conversaciones sobre su personaje y Levinson también afirma que la crítica detrás de todo eso es más relevante.
Durante una conferencia de prensa (vía IndieWire), Levinson defendió su trabajo:
Sabemos que estamos haciendo un programa que es provocativo. No ignoramos eso, pero es extraño, porque cuando mi esposa me leyó el artículo, le dije: ‘Creo que estamos a punto de tener la serie más grande del verano’. En cuanto a los detalles de lo que contenía, me pareció completamente extraño. Pero sé quién soy. La gente puede escribir lo que quiera. Si tuviera una pequeña objeción, es que omitieron intencionalmente todo lo que no se ajustaba a su narrativa. Pero creo que hemos visto mucho de eso últimamente.
Lily-Rose Depp intervino para asegurar que siempre se sintió segura y en control:
Nunca antes me había sentido más involucrada en ese tipo de conversaciones [sobre filmar desnuda]. Sentí que me dieron el privilegio en la creación de este personaje, de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.
Siempre es un poco triste y desalentador ver estas cosas agresivas y falsas sobre alguien que realmente te importa y que sabes que no es así.
Hank Azaria, quien forma parte del elenco, también aseguró que él ha estado en varios sets realmente caóticos y con directores crueles, pero que Sam Levinson fue justamente lo contrario, y creó armonía para poder filmar las escenas más duras. Al final, el director defiende la crítica principal de The Idol que es sobre cómo vivimos en un mundo hipersexualizado y cómo la pornografía altera las mentes de las nuevas generaciones, desde su trabajo hasta la forma en la que se relacionan con otras personas.
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