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viernes diciembre 6, 2024 
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Con motivo del Año Dual México-Alemania, la catorceava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia presentó una selección especial dedicada a la Berlinale, llamada Berlinale Spotlight y conformada por diversos filmes que participaron en el festival de Berlín. Tuve la oportunidad de ver uno de ellos durante la primera mitad del FICM: The Bacchus Lady, un excelente drama surcoreano que afronta temas sórdidos y universales.
El filme tiene como protagonista a una prostituta de edad avanzada quien, junto a sus vecinos (un invalido y una transexual), representa la latente marginación en la capital de Corea del Sur. Hay un par de cuestiones que avanzan la narrativa en un principio; la mujer es diagnosticada con gonorrea al mismo tiempo que ella decide hacerse cargo de un pequeño niño después de que la madre de este es capturada por la justicia tras atacar violentamente al padre. El niño pasará también a ser parte de la familia con miembros de diversas minorías, representando a los inmigrantes - ya que es de origen filipino -, y ciertamente a los infantes vulnerables que se ven afectados por las acciones de sus padres.
Si bien The Bacchus Lady nos mantendrá intrigados sobre qué pasará con el niño y su madre , esta trama pasa a ser parte de algo más grande: una contemplación de la vejez y el dolor que conlleva acercarse a la muerte. La prostituta es testigo de cómo sus clientes de años atrás ahora son ancianos con enfermedades terminales o simplemente sin deseos de continuar luchando al sentirse completamente solos.
A continuación les compartimos la entrevista que Tomatazos le hizo al director E J-yong, quien viajó hasta Morelia para presentar The Bacchus Lady.
Tomatazos: De los diversos temas en el filme, ¿cuál fue el primero que te interesó?
E J-yong: Durante los últimos años me he interesado en el envejecimiento y en la muerte. Normalmente algunos de mis temas son el amor y el sexo, pero la muerte y el sexo son diferentes, como Eros y Tánatos. Me pareció un tema muy interesante. Ella [la protagonista] hace que los hombres viejos se sientan vivos pero también los ayuda a morir. Eso me fascinó y fue el comienzo de la historia.
Tomatazos: Hablando del grupo que se forma con la mujer, los otros residentes y el niño que llega; ¿cuál es la importancia de la familia aunque sea disfuncional?
E J-yong: Ya no hay familias grandes en las sociedades modernas de zonas metropolitanas como Seúl, Corea del Sur. Las personas no pueden vivir solas, tienen que compartir o relacionarse La dueña de la casa [en la película] es parte de lo más bajo de la sociedad, porque la gente en Corea piensa que los transexuales no pueden tener trabajo, excepto en un bar, como bailarina o en la prostitución. Todos los personajes tienen su propia historia, sus propias penas y tristezas, pero ellos no tienen que preguntarle a los demás sobre esto, por ende pueden vivir juntos.
Tomatazos: ¿Qué tan complicado fue lidiar con un tema como el envejecimiento porque el filme transmite el dolor al que todos estamos destinados?
E J-yong: Como te decía, en estos días me encuentro interesado en la vejez y la muerte porque son algo que nadie puede evitar. Todos tenemos que enfrentar esto. La cultura se basa enteramente en el amor y la muerte. La religión, la literatura y la filosofía hablan de cómo morir y del amor.
La sociedad coreana es una de las que más rápido está envejeciendo. Nuestra economía creció velozmente pero también hay muchas victimas porque no hay lugar en la seguridad social para las minorías.
La gente joven nunca piensa en envejecer y en la muerte pero viendo la película pueden decir “es mi historia, la de mi familia o la de mis vecinos”. Incluso la gente joven en Corea se impresionó con la cinta, porque piensan en cómo morir con dignidad. Aquí en México tú tienes el Día de los Muertos, mientras que para la gente en Corea es muy difícil hablar de la muerte. Yo quiero que la gente piense en cómo vivir bien pero también en cómo morir de una buena forma.
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El filme tiene como protagonista a una prostituta de edad avanzada quien, junto a sus vecinos (un invalido y una transexual), representa la latente marginación en la capital de Corea del Sur. Hay un par de cuestiones que avanzan la narrativa en un principio; la mujer es diagnosticada con gonorrea al mismo tiempo que ella decide hacerse cargo de un pequeño niño después de que la madre de este es capturada por la justicia tras atacar violentamente al padre. El niño pasará también a ser parte de la familia con miembros de diversas minorías, representando a los inmigrantes - ya que es de origen filipino -, y ciertamente a los infantes vulnerables que se ven afectados por las acciones de sus padres.
Si bien The Bacchus Lady nos mantendrá intrigados sobre qué pasará con el niño y su madre , esta trama pasa a ser parte de algo más grande: una contemplación de la vejez y el dolor que conlleva acercarse a la muerte. La prostituta es testigo de cómo sus clientes de años atrás ahora son ancianos con enfermedades terminales o simplemente sin deseos de continuar luchando al sentirse completamente solos.
A continuación les compartimos la entrevista que Tomatazos le hizo al director E J-yong, quien viajó hasta Morelia para presentar The Bacchus Lady.
Tomatazos: De los diversos temas en el filme, ¿cuál fue el primero que te interesó?
E J-yong: Durante los últimos años me he interesado en el envejecimiento y en la muerte. Normalmente algunos de mis temas son el amor y el sexo, pero la muerte y el sexo son diferentes, como Eros y Tánatos. Me pareció un tema muy interesante. Ella [la protagonista] hace que los hombres viejos se sientan vivos pero también los ayuda a morir. Eso me fascinó y fue el comienzo de la historia.
Tomatazos: Hablando del grupo que se forma con la mujer, los otros residentes y el niño que llega; ¿cuál es la importancia de la familia aunque sea disfuncional?
E J-yong: Ya no hay familias grandes en las sociedades modernas de zonas metropolitanas como Seúl, Corea del Sur. Las personas no pueden vivir solas, tienen que compartir o relacionarse La dueña de la casa [en la película] es parte de lo más bajo de la sociedad, porque la gente en Corea piensa que los transexuales no pueden tener trabajo, excepto en un bar, como bailarina o en la prostitución. Todos los personajes tienen su propia historia, sus propias penas y tristezas, pero ellos no tienen que preguntarle a los demás sobre esto, por ende pueden vivir juntos.
Tomatazos: ¿Qué tan complicado fue lidiar con un tema como el envejecimiento porque el filme transmite el dolor al que todos estamos destinados?
E J-yong: Como te decía, en estos días me encuentro interesado en la vejez y la muerte porque son algo que nadie puede evitar. Todos tenemos que enfrentar esto. La cultura se basa enteramente en el amor y la muerte. La religión, la literatura y la filosofía hablan de cómo morir y del amor.
La sociedad coreana es una de las que más rápido está envejeciendo. Nuestra economía creció velozmente pero también hay muchas victimas porque no hay lugar en la seguridad social para las minorías.
La gente joven nunca piensa en envejecer y en la muerte pero viendo la película pueden decir “es mi historia, la de mi familia o la de mis vecinos”. Incluso la gente joven en Corea se impresionó con la cinta, porque piensan en cómo morir con dignidad. Aquí en México tú tienes el Día de los Muertos, mientras que para la gente en Corea es muy difícil hablar de la muerte. Yo quiero que la gente piense en cómo vivir bien pero también en cómo morir de una buena forma.
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