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Willem Dafoe está en México para presentar en el Festival Internacional de Cine de Morelia, Padre (2016), su nueva película junto a la directora italiana Giada Colagrande ―su actual esposa―. A propósito de la premiere del filme en el marco de la edición número 14 del festival, Tomatazos pudo platicar con el experimentado intérprete que, a la fecha, ha filmado más de 114 películas bajo la batuta de algunos de los mejores directores del mundo:[Director] Lars von Trier ([Pelicula] Anticristo), [Director] Martin Scorsese (La última tentación de Cristo), Oliver Stone ([Pelicula] Pelotón ), Terrence McNally (My Son, My Son, What Have Ye Done?, 2009), [Director] David Lynch ([Pelicula] Salvaje de Corazón) y más. En Padre, Dafoe da vida a un director de teatro y guía espiritual de Giulia (Colagrande), una joven artista que acaba de perder a su padre, un músico reconocido que después de desaparecido comienza a contactar a su hija desde otra dimensión. La quinta película de Giada Colagrande es pausada e intimista, con una cámara que casi no se mueve, planos que duran más de 30 segundos, ambientados en el otoño de Italia y protagonizada por actores que destilan clase.
Willem Dafoe siempre ha poseído un aura inquietante, que combina fragilidad y turbiedad, tiene estilo. En persona, Dafoe es menos trágico que aquellos personajes que ha interpretado en el celuloide. Afable y de mirada cristalina, en un rostro reptiliano, bajito y delgado, de una voz nasal y prodigiosa que lleva demostrando desde hace más de 40 años un inmenso poder de credibilidad en todo tipo de personajes. Un actor que en papeles protagonistas o en segunda fila, provoca admiración y placer. En una breve, pero sustanciosa plática, Dafoe habló de Padre, de la evolución de sus personajes, de su relación con los directores famosos con los que ha colaborado y de la nueva película mexicana que protagonizará.
Tomatazos: Sabemos de tu mimetización con los personajes que vas a interpretar: desde no dormir o comer hasta quitarte los dientes si lo crees necesario. ¿Has encontrado alguna dificultad a la hora de preparar un personaje?
Willem Dafoe: Cuando trabajo no pienso en la técnica. No pienso en expresar la emoción, sino en hacer las cosas de forma pura, de tal manera que esas cosas tengan un efecto en mí. Creo en la sabiduría del cuerpo. En la sabiduría del corazón más que en la sabiduría de la cabeza. (risas) Ooooh. (Más risas) Me ahogo, de tanta profundidad que acabo de soltar.
Tomatazos: Has trabajado con los mejores directores del mundo, con los más disímiles y extraños (Lars von Trier, Werner Herzog, Martín Scorsese). ¿Cómo ha sido colaborar con autores que van más allá de solo entretener?
Willem Dafoe: Yo los busco. Soy un actor al que le interesa trabajar con directores fuertes. No porque ellos sean buenos trabajando con los actores ―porque a veces ellos no son buenos lidiando con los actores, dirigiéndolos―. Pero de todos ellos me gusta que tienen una visión, un lenguaje, una forma de pensar única. Quiero estar y participar en películas que nos cambien la manera de pensar y que nos permitan ver las cosas desde otro ángulo. Aunque me divierte, me interesa menos hacer filmes que solo entretienen y a lo mejor suena muy pretencioso, pero eso es lo que me gusta. Cuando siento que aprendí algo tengo más energías, pienso con más claridad, me siento más despierto y me siento más vivo. A algunas personas les interesa crear ejercicios y algún tipo de obra de entretenimiento y eso puede ser algo muy hermoso, pero no es donde me interesa estar. Con Von Trier, Scorsese, Stone y Lynch he desarrollado papeles extremos, algo violentos, extraños y perturbados. Al principio solo tenía papeles de villano, después comenzaron a ofrecerme papeles diferentes. Para [Pelicula] La Última Tentación de Cristo leí tantas veces la Biblia que me la sabía de memoria y así fui entendiendo hasta qué punto Scorsese quería contar lo que ahí no se veía. A Lars le escribí; es un genio… y de ahí llegó [Pelicula] Anticristo y uno de los personajes más complejos en mi carrera.
Tomatazos: Has trabajado con más directores que directoras. ¿Cómo ves la evolución de las mujeres en la industria del cine?
Willem Dafoe: He trabajo con muchas mujeres a lo largo de mi carrera. Durante 37 años fui propietario de un teatro, la directora de la compañía era mi compañera de vida antes que Gia, entonces siempre es difícil saber qué es de uno y qué es del mundo. En Occidente las mujeres siguen siendo ciudadanos de segunda aunque trabajen y demuestren su lugar y valor en el mundo, pero ha habido pequeños avances. No los suficientes porque en general estamos en una sociedad machista en la que, aunque una mujer trabaje lo mismo y dé los mismos o mejores resultados que un varón, no gana igual ni tiene ―ni por asomo―, los mismos privilegios. Es muy importante para la cinematografía y el resto de las artes el elemento humano. De otro modo vamos a morir. Los niños no saben, pienso en los niños que van creciendo y ven porno antes de hacer el amor y a la hora de llegar a la situación real tiene todas estas imágenes que no tienen nada que ver con la experiencia, eso como que altera su estado natural. Entonces las artes, en particular las artes escénicas, las artes que son sociales, son verdaderamente importantes para poder expresar los pensamientos muy internos de la gente.
Tomatazos: ¿Cómo fue colaborar con Giada? ¿Cómo separabas lo personal de lo emocional?
Willem Dafoe: Ésta es la cuarta vez que trabajo con ella y cada vez ha sido distinto. En Padre, la vi más fuerte. Le llevo veinte años y cuando la conocí era una mujer muy inteligente, que tenía mucha más educación, mucha más preparación que yo, y también era más cinéfila que yo. En esta película tenía una especie de visión. Ella me contaba cómo la visualizaba pero yo no quería intervenir, ella se había trepado a su discurso. Antes de escribir y comenzar a intercambiar ideas me preguntaba, pero al final ella creó este filme en su totalidad. A la hora de filmar no soy más que el actor, me gusta colaborar, me gusta ser parte del equipo. Padre se hizo entre amigos, la filmamos en nuestra casa, incluso el gato colombo es de nuestros vecinos. Ella no tenía la presión de elaborar un producto porque no había dinero, era algo casero y hecho para los amigos. Ella persiguió sus sentimientos. Así que esta vez fue facilísimo trabajar con ella. Al principio no, pero ahora estamos más seguros. Tengo más confianza en ella como directora, en las relaciones se tienen estas dinámicas de poder. En algunas esferas de la vida, yo soy el jefe, y en otras ella manda, y así sucede también en las filmaciones. A veces uno está arriba y otro abajo. Y si se puede hacer eso con naturalidad, se acomoda la dinámica de poder y se siente todo más fácil, pero se necesita práctica. Hay que practicar, muchachos (risas). En este proyecto aprendí a desaparecer en el mundo en otro tipo de actuación. Aquí tenía que tener un abordaje mucho más humilde porque estábamos haciendo una película con amigos que no son profesionales. Entiendo la historia porque la viví. Fue mi experiencia personal. Y cuando estoy actuando la gente sabe que no soy yo, sabe que estoy actuando y esa es parte de mi identidad, pero mi ambición es ser un actor que no parezca actor. En este caso se trataba de encontrar mi punto de contacto, con un sentimiento de algo como “por qué no me dan más cosas para hacer”. Se trataba de colocar en el sentido de “¿quién soy y qué necesito?” y fue un buen ejercicio porque la gente que nunca ha hecho una película a veces te dice “ayúdame, tú sabes y tienes experiencia” y les digo “no. Somos iguales”, suena raro, pero es real. Cuando veo una película, por lo general una película extranjera donde no conozco ni a los actores ni su trabajo, por ejemplo algún filme de la India, hay actores que te dejan entrar, que puedes identificar, estar con ellos y no porque sean muy buenos o porque sean muy emotivos o muy inteligentes, sino porque sientes su humanidad. Para mí, ésta fue una oportunidad de hacer el ejercicio de mantener mi contacto interno y mi pasión en un nivel mucho más blando de responsabilidad.
Tomatazos: ¿Cómo viviste el recibimiento de la crítica y la censura de La última tentación de Cristo?
Willem Dafoe: El recibimiento de La última tentación de Cristo fue diferente en cada país. Pero me quedó muy claro que había un consenso organizado para que la película fuera vista. Por ejemplo, en Europa o en Estados Unidos no fue necesariamente la iglesia católica quien lo impedía. En México, probablemente sí fue la iglesia católica (risas), pero a pesar de que es una gran película me sentí mal de que fuera bloqueada, y entiendo por qué lo hicieron. Se toma una historia y se tiene una interpretación distinta y la gente que está muy apegada a una ilustración literal de la Biblia y las cosas se altera mucho porque piensa que se va a lastimar o profanar su cultura, su fe, o lo ven como una amenaza. Entiendo eso, pero me parece que es una película muy católica con una interpretación distinta, no tradicional. Es un producto de la imaginación. Y se pueden tener las dos cosas: lo hermoso, si ustedes estudian cualquier religión o leen ya sea los diez mandamientos o los 8 caminos, casi todos dicen lo mismo, entonces no deberíamos tener miedo de ver las cosas desde otro ángulo.
Tomatazos: Sobre la nueva película en México, ¿cuál es tu personaje y de qué va la historia?
Willem Dafoe: Estoy muy emocionado. No sé bien de qué ira y cómo se va a desarrollar todavía. Lo que sí sé es que estoy encantado de hacer una película aquí, en una producción mexicana, con actores mexicanos, con un director australiano. Él escribió la historia y por eso va a dirigirla. Originalmente esta película iba a rodarse en Francia, pero después se le ocurrieron ideas nuevas y lo transfirió a México y volvió a escribir. Sé cuál es la trama, pero por ahora no les voy a contar. En lo que la hacemos solo puedo decir que es un poco de todo. Como actor no necesito decidir lo que será la película. De alguna manera se trata de estar ahí y descifrar. Siempre se trata de trabajar con lo que está ahí y donde estás, no dónde quieres estar.
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Tomatazos: Sabemos de tu mimetización con los personajes que vas a interpretar: desde no dormir o comer hasta quitarte los dientes si lo crees necesario. ¿Has encontrado alguna dificultad a la hora de preparar un personaje?
Willem Dafoe: Cuando trabajo no pienso en la técnica. No pienso en expresar la emoción, sino en hacer las cosas de forma pura, de tal manera que esas cosas tengan un efecto en mí. Creo en la sabiduría del cuerpo. En la sabiduría del corazón más que en la sabiduría de la cabeza. (risas) Ooooh. (Más risas) Me ahogo, de tanta profundidad que acabo de soltar.
Tomatazos: Has trabajado con los mejores directores del mundo, con los más disímiles y extraños (Lars von Trier, Werner Herzog, Martín Scorsese). ¿Cómo ha sido colaborar con autores que van más allá de solo entretener?
Willem Dafoe: Yo los busco. Soy un actor al que le interesa trabajar con directores fuertes. No porque ellos sean buenos trabajando con los actores ―porque a veces ellos no son buenos lidiando con los actores, dirigiéndolos―. Pero de todos ellos me gusta que tienen una visión, un lenguaje, una forma de pensar única. Quiero estar y participar en películas que nos cambien la manera de pensar y que nos permitan ver las cosas desde otro ángulo. Aunque me divierte, me interesa menos hacer filmes que solo entretienen y a lo mejor suena muy pretencioso, pero eso es lo que me gusta. Cuando siento que aprendí algo tengo más energías, pienso con más claridad, me siento más despierto y me siento más vivo. A algunas personas les interesa crear ejercicios y algún tipo de obra de entretenimiento y eso puede ser algo muy hermoso, pero no es donde me interesa estar. Con Von Trier, Scorsese, Stone y Lynch he desarrollado papeles extremos, algo violentos, extraños y perturbados. Al principio solo tenía papeles de villano, después comenzaron a ofrecerme papeles diferentes. Para [Pelicula] La Última Tentación de Cristo leí tantas veces la Biblia que me la sabía de memoria y así fui entendiendo hasta qué punto Scorsese quería contar lo que ahí no se veía. A Lars le escribí; es un genio… y de ahí llegó [Pelicula] Anticristo y uno de los personajes más complejos en mi carrera.
Tomatazos: Has trabajado con más directores que directoras. ¿Cómo ves la evolución de las mujeres en la industria del cine?
Willem Dafoe: He trabajo con muchas mujeres a lo largo de mi carrera. Durante 37 años fui propietario de un teatro, la directora de la compañía era mi compañera de vida antes que Gia, entonces siempre es difícil saber qué es de uno y qué es del mundo. En Occidente las mujeres siguen siendo ciudadanos de segunda aunque trabajen y demuestren su lugar y valor en el mundo, pero ha habido pequeños avances. No los suficientes porque en general estamos en una sociedad machista en la que, aunque una mujer trabaje lo mismo y dé los mismos o mejores resultados que un varón, no gana igual ni tiene ―ni por asomo―, los mismos privilegios. Es muy importante para la cinematografía y el resto de las artes el elemento humano. De otro modo vamos a morir. Los niños no saben, pienso en los niños que van creciendo y ven porno antes de hacer el amor y a la hora de llegar a la situación real tiene todas estas imágenes que no tienen nada que ver con la experiencia, eso como que altera su estado natural. Entonces las artes, en particular las artes escénicas, las artes que son sociales, son verdaderamente importantes para poder expresar los pensamientos muy internos de la gente.
Tomatazos: ¿Cómo fue colaborar con Giada? ¿Cómo separabas lo personal de lo emocional?
Willem Dafoe: Ésta es la cuarta vez que trabajo con ella y cada vez ha sido distinto. En Padre, la vi más fuerte. Le llevo veinte años y cuando la conocí era una mujer muy inteligente, que tenía mucha más educación, mucha más preparación que yo, y también era más cinéfila que yo. En esta película tenía una especie de visión. Ella me contaba cómo la visualizaba pero yo no quería intervenir, ella se había trepado a su discurso. Antes de escribir y comenzar a intercambiar ideas me preguntaba, pero al final ella creó este filme en su totalidad. A la hora de filmar no soy más que el actor, me gusta colaborar, me gusta ser parte del equipo. Padre se hizo entre amigos, la filmamos en nuestra casa, incluso el gato colombo es de nuestros vecinos. Ella no tenía la presión de elaborar un producto porque no había dinero, era algo casero y hecho para los amigos. Ella persiguió sus sentimientos. Así que esta vez fue facilísimo trabajar con ella. Al principio no, pero ahora estamos más seguros. Tengo más confianza en ella como directora, en las relaciones se tienen estas dinámicas de poder. En algunas esferas de la vida, yo soy el jefe, y en otras ella manda, y así sucede también en las filmaciones. A veces uno está arriba y otro abajo. Y si se puede hacer eso con naturalidad, se acomoda la dinámica de poder y se siente todo más fácil, pero se necesita práctica. Hay que practicar, muchachos (risas). En este proyecto aprendí a desaparecer en el mundo en otro tipo de actuación. Aquí tenía que tener un abordaje mucho más humilde porque estábamos haciendo una película con amigos que no son profesionales. Entiendo la historia porque la viví. Fue mi experiencia personal. Y cuando estoy actuando la gente sabe que no soy yo, sabe que estoy actuando y esa es parte de mi identidad, pero mi ambición es ser un actor que no parezca actor. En este caso se trataba de encontrar mi punto de contacto, con un sentimiento de algo como “por qué no me dan más cosas para hacer”. Se trataba de colocar en el sentido de “¿quién soy y qué necesito?” y fue un buen ejercicio porque la gente que nunca ha hecho una película a veces te dice “ayúdame, tú sabes y tienes experiencia” y les digo “no. Somos iguales”, suena raro, pero es real. Cuando veo una película, por lo general una película extranjera donde no conozco ni a los actores ni su trabajo, por ejemplo algún filme de la India, hay actores que te dejan entrar, que puedes identificar, estar con ellos y no porque sean muy buenos o porque sean muy emotivos o muy inteligentes, sino porque sientes su humanidad. Para mí, ésta fue una oportunidad de hacer el ejercicio de mantener mi contacto interno y mi pasión en un nivel mucho más blando de responsabilidad.
Tomatazos: ¿Cómo viviste el recibimiento de la crítica y la censura de La última tentación de Cristo?
Willem Dafoe: El recibimiento de La última tentación de Cristo fue diferente en cada país. Pero me quedó muy claro que había un consenso organizado para que la película fuera vista. Por ejemplo, en Europa o en Estados Unidos no fue necesariamente la iglesia católica quien lo impedía. En México, probablemente sí fue la iglesia católica (risas), pero a pesar de que es una gran película me sentí mal de que fuera bloqueada, y entiendo por qué lo hicieron. Se toma una historia y se tiene una interpretación distinta y la gente que está muy apegada a una ilustración literal de la Biblia y las cosas se altera mucho porque piensa que se va a lastimar o profanar su cultura, su fe, o lo ven como una amenaza. Entiendo eso, pero me parece que es una película muy católica con una interpretación distinta, no tradicional. Es un producto de la imaginación. Y se pueden tener las dos cosas: lo hermoso, si ustedes estudian cualquier religión o leen ya sea los diez mandamientos o los 8 caminos, casi todos dicen lo mismo, entonces no deberíamos tener miedo de ver las cosas desde otro ángulo.
Tomatazos: Sobre la nueva película en México, ¿cuál es tu personaje y de qué va la historia?
Willem Dafoe: Estoy muy emocionado. No sé bien de qué ira y cómo se va a desarrollar todavía. Lo que sí sé es que estoy encantado de hacer una película aquí, en una producción mexicana, con actores mexicanos, con un director australiano. Él escribió la historia y por eso va a dirigirla. Originalmente esta película iba a rodarse en Francia, pero después se le ocurrieron ideas nuevas y lo transfirió a México y volvió a escribir. Sé cuál es la trama, pero por ahora no les voy a contar. En lo que la hacemos solo puedo decir que es un poco de todo. Como actor no necesito decidir lo que será la película. De alguna manera se trata de estar ahí y descifrar. Siempre se trata de trabajar con lo que está ahí y donde estás, no dónde quieres estar.
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