Es seguro decir que las series de televisión son las que mueven al mundo del entretenimiento moderno. La pantalla chica ha eclipsado en muchos sentidos a la grande, ya que ofrece un abanico de opciones que el sistema de Hollywood ya no puede o sabe cómo producir, con historias provistas de personajes entrañables y premisas interesantes. Varios consideran que vivimos en una auténtica revolución del medio, con series como The Wire, The Sopranos y Breaking Bad como precursoras de esta vanguardia narrativa.
Sin embargo, la historia de la televisión es vasta, compleja y llena de pasillos intrincados. Distintas series del pasado y presente han marcado capítulos importantes. Series que causaron un gran impacto aun sin ser totalmente exitosas en la época en que se transmitieron. El ejemplo más claro de esto es Twin Peaks de David Lynch, una serie que con el paso de los años se ha forjado merecidamente su lugar como la obra de culto que es.
Las siguientes series mencionadas son ejemplos contundentes de la versatilidad de la televisión para contar todo tipo de historias. La mayoría de estos relatos se inclina hacia lo fantástico, porque a pesar del desdén que algunos le demuestren a estos géneros erróneamente calificados bajo el mote de “escapismo”, pueden ser capaces de decir mucho más que un pedestre drama artificial.
Kolchak: The Night Stalker (1974-1975)
Antes de Mulder y Scully existía Kolchak, un reportero de Chicago que investigaba crímenes que la policía no tenía interés en cubrir. Eran casos que eventualmente se desarrollaban dentro de lo sobrenatural. Citada como la influencia principal de The X-Files estamos ante una serie adelantada a su época y que, como muchos otros programas innovadores, tuvo una corta vida al aire.
Max Headroom (1987-1988)
En estos momentos la historia lo tiene algo olvidado, pero en la década de los 80 Max Headroom era un símbolo del entretenimiento del futuro. Aquel personaje que Marty McFly encontraba en una cafetería de 2015 en Volver Al Futuro II - 63% era un host de televisión “virtual” que existió mucho antes que Hatsune Miku u otros avatares modernos. Esta producción británica se desarrollaba en una distopia cyberpunk gobernada por una oligarquía de medios, peligrosamente cercano a la realidad que vivimos hoy. Max será visto por algunos como una reliquia, pero no se puede desestimar lo avanzado que fue el concepto para su época.
The Outer Limits (1963-1965)
Conocida en el mercado de habla hispana como Rumbo a lo Desconocido, esta prominente serie de ciencia ficción fue hogar de varios de los autores más importantes del género. Harlan Ellison fue uno de estos y el episodio que escribiría, Demon with a Glass Hand, serviría de inspiración para James Cameron al crear Terminator.
The Prisoner (1967-1968)
Protagonizada y cocreada por el actor Patrick McGoohan, la historia de un agente secreto atrapado en una misteriosa villa costera es una de las creaciones más originales que se ha visto en televisión a la fecha. Surreal y siempre enigmática, se ha intentado llevar a la pantalla grande en los últimos años, pero nadie ha logrado averiguar cómo reproducir su particular visión.
Danger 5 (2012-2015)
Un combinado de agentes de distintas nacionalidades debe frenar a Hitler y su maquinaria nazi, la cual incluye dinosaurios y robots gigantes. Todo esto aparece ambientado en los años 60, con martinis y ametralladoras en abundancia. Si lo anterior no los hizo correr a conseguir todos los episodios de la primera temporada (la segunda transcurre en los 80) no me imagino qué los puede motivar.
Garth Marenghi’s Darkplace (2004)
Solo 6 episodios necesitaron los comediantes Matthew Holness y Richard Ayoade para crear una de las series más dementes, creativas, frescas e inusuales de la historia. Meta narrativa al servicio del delirio total, tenemos aquí una serie dentro de otra serie. Un autor de novelas de terror, una suerte de Stephen King pero aún más genérico, desempolva su fallido proyecto televisivo de los 80 llamado Darkplace. Un hospital del infierno donde igual ocurren posesiones satánicas que errores de continuidad acompañados de actuaciones cuestionables. Cito las sabias palabras de Homero Simpson: funciona en muchos niveles.
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