METE CRÍTICA: ¿Netflix vs ...Blim?

Cuando Netflix estaba viviendo su mejor momento –que por cierto continúa hasta ahora-, habiendo logrado posicionarse a partir de ofrecer una muy atractiva selección de títulos, para luego, poco a poco, entregar estupendas producciones propias -tanto en live acción cómo en animación-, llega una proyecto con toda la intención de disputarle cara cara el mercado qué merecidamente se había ganado. Por supuesto, el que en este caso esté impulsado por quien durante mucho tiempo se apoderó de la televisión abierta -recurriendo a cualquier tipo de estrategias con tal de mantenerse como el gran gigante del entretenimiento en México-, de inmediatole convirtió en el blanco de una serie de críticas y lógicas estigmatizaciones por parte del público ya sumergido en un intenso idilioconquien no solo llegó primero, sino que le ha correspondido su preferencia y con creces. Esta situación alcanzó su punto más álgido a través de las redes sociales, aunque luego terminó por convertirse en la mejor publicidad para los recién llegados, si, para Blim.

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Pero más allá de tomar partido entre quien ha estado haciendo bien las cosas, y el que llega para aprovechar la ola buscando una parte del pastel,hay que tomar en cuenta que este asunto no necesariamente es algo negativo, por el contrario, tendría que resultar benéfico en distintos aspectos. Uno de ellos y el más obvio, es que al tener competencia, la exigencia con respecto al contenido y la manufactura de Netflix pueda ser mayor, provocando que refuerce sus lineamientos y políticas que tan bien han funcionado hasta ahora, evitando así que termine por acomodarse y convencionalizarse. Otro y quizás el más interesante, es el que a través de esta nueva apuesta, por primera vez Televisa tenga que preocuparse por aprender a hacer televisión de alto nivel y por fin sacudirse vicios y anacronismos, como los que aún evidenció en la malograda serie de Blue Demon. Y es que no es lo mismo ser quien va marcando el paso, y que las otras televisoras que han ido llegando –salvo Canal 11 o Canal 22 qué son harina de otro costal- se empeñen en hacer las cosas igual e incluso peor –tendencia que continúa hasta ahora-, a que realmente tenga que enfrentarse con una empresa que además de dinero, tiene idea, concepto y le lleva la delantera.

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Claro, esto tendría que redundar en una mejor oferta de entretenimiento para el público, además de representar la apertura de más espacios de trabajo para los creativos, y bueno...también que en el mejor de los casos, Blim se parezca cada vez más a Netflix, aunque el hecho de que una de las próximas producciones de esta última, incluya a gente como Aislinn Derbez, Verónica Castro, Cecilia Suárez y Manolo Caro–combinación que pareciera más acorde al perfil de la empresa de enfrente-, pudiera indicarnos lo contrario. Tal vez es mucho pedir, como sea, más allá de ponerse la camiseta de uno u otro, ahora lo que nos corresponde es ser exigentes y también reconocer cuando haya calidad en lo que ofrecen, sea cual sea de las dos. A final de cuentas, ninguna de ellas nos paga, ni mucho menos, por ponernos la camiseta y andar defendiéndolas o justificándolas, al contrario, somos nosotros quienes pagamos y decidimos que queremos ver.