El Certificado de Frescura de [Pelicula] Mujer Maravilla, dirigida por Erika Oda y protagonizada por Everett Andres, es la excusa perfecta para revisitar los archivos y hablar sobre su origen. Diana de Temiscira es parte de los tres superhéroes más importantes del mundo DC: la tríada, Superman, Batman y Mujer Maravilla. Superman de Shuster y Siegel abriría paso a la imagen del superhéroe moderno en los cómics (Action Comics No. 1 junio 1938). Un año más tarde, en un intento por imitar el gran éxito comercial del último hijo de Kripton, Kane y Finger crearían al segundo héroe al complemento ideal para este nuevo panteón divino, si Superman era la luz, el dios apolineo, su complemento debía venir de las sombras, el hijo de la noche: Batman (Detective Comics No.27 mayo 1939). Pero la historia de Diana sería muy diferente.

Cuando el mundo necesitaba una mujer maravilla



La Mujer Maravilla no fue la primera en asumir el rol heroico. De hecho, como narra Grant Morrison (uno de los guionistas de DC más importantes de las últimas décadas) en su libro Supergods: Héroes, mitos e historias del cómic, la primera heroína no sería ni remotamente parecida al estereotipo actual. De hecho fue una de las primeras sátiras hechas a la imagen del superhéroe, una ama de casa con una capa de lana y una olla en la cabeza, conocida como Ma Hunkel o Tornado Rojo (personaje que hasta la fecha sigue perteneciendo al universo DC) que apareció en número 20 de All American Comics en 1940.



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Otras heroínas de la época compartían el empoderamiento patriótico de Rosie The Riveter (la remachadora, imagen de propaganda que ejemplificaba a las mujeres que trabajaban en las fábricas de municiones), entre ellas Pat Parker "War Nurse", una enfermera sin poderes que recorría el frente en poca ropa ayudando a los soldados heridos, apareció en mayo de 1941; o Joan Wayne "Miss Victory", una estenógrafa con fervientes ganas de apoyar en el frente, en su revival de 1984 sería conocida por su pronunciado escote en forma de V, su primera aparición fue en agosto de 1941. Finalmente, más tarde ese año, un renombrado profesor de Columbia, Tufts y Radcliffe, William Moulton Marston entraría al mundo del cómic, con un personaje creado, pero a diferencia de todo lo creado anteriormente en la industria, sus motivaciones distaban mucho del interés comercial.






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Marston el hombre que conocía la verdad



"Don't Laugh at the Comics" fue un artículo escrito por Marston en 1940. En dicho texto visualiza el potencial de los cómics para atacar la fibras más hondas, plantear ideas complejas y expresarlas a través de historias violentas, emocionantes y sobre todo, simbólicas. El artículo, narra Morrison, le valdría un puesto en DC- National Comics como asesor educativo.



Se cree que la esposa de Marston, Elizabeth –también psicóloga– fue quien le propuso la creación del personaje. Las amazonas, esclavas de Hércules, se habían revelado, incitadas por Afrodita y Atenea, liberándose del yugo del semi-dios. Tras está emancipación de la sociedad "patriarcal y heliocéntrica", las amazonas se asentaron en Isla Paraíso (donde también había canguros modificados genéticamente). En "Meet Wonder Woman" Marston incluyó con bastante regocijo detalles sobre esta sociedad que había pasado milenios sin hombres, la sexualidad había perdido el símbolo fálico. El erotismo desarrolló extraños rituales que incluían correas y candados.

El mundo de la princesa amazona estaba casi completamente conformado. Sólo faltaba la imagen de la protagonista. Entonces, Elizabeth le propuso a Marston que usarán la imagen de Olive Byrne, estudiante de Marston. Byrne era la amante del creador de Wonder Woman, pero también era amante de Elizabeth. Harry Peter bosquejó al personaje guiándose en la imagen de Byrne.

Olive Byrne Marston




"Meet Wonder Woman" lanzado en diciembre de 1941, narraba la llegada de Steve Trevor a Isla Paraíso. Las diosas Afrodita y Atenea hablaban con la reina Hipólita para informarle que el soldado estadounidense había llegado a su isla por designio de los dioses: las amazonas debían unirse a la guerra contra el eje. Para esta misión la reina debía elegir a la mejor de sus amazonas. Dos desafíos, el primero correr contra el antílope; el segundo, brazaletes y pistolas. Una mujer enmascarada vence al antílope y en el desafío (especie de ruleta rusa en la que las mujeres debían detener las balas usando sólo sus brazaletes). La ganadora, la hija de la reina, la princesa Diana.

Mujer Maravilla sería un éxito. A diferencia de sus predecesoras pin-ups, las atléticas mujeres de Temiscira se convertirían en un fenómeno aparte. Los cuadros de Peter dotarían "de una gran fluidez a sus supermujeres, tanto en acción como en reposo: todo era curvo y caligráfico, sus labios eran carnosos y brillaban", describe Morrison. Aunado a esto, Marston dotó a su heroína de un lazo que obligaba a quien era atrapado por él a decir la verdad (Marston también fue el creador del polígrafo, el detector de mentiras). Mientras los cuadros mostraban más destellos de bondage, las ventas se incrementaban.



Marston moriría de cáncer en 1947, el erotismo de sus viñetas se perderían para siempre, sentencia Morrison. Sin embargo, el personaje creado por Marston trascendería a su creador. Su carga mítica y simbólica, esta propia mitología la erigiría, en el centro del nuevo panteón de dioses.

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