El reciente anuncio de que Disney dejará Netflix para crear su propia plataforma enfocada en sus contenidos, ha creado el habitual pánico alarmista en redes que algunos gozan exprimir. Lo cierto es que esta noticia no debería sorprender, todo lo contrario: que un gigante de medios como Disney continuara sin su propio servicio de streaming era prácticamente inconcebible. Televisa realizó un movimiento similar al salir de la plataforma para crear la suya: Blim. Así que no, para Netflix esto no es un iceberg que vaya a hundir su barco y esto lo confirma Alan Wolk, editor y analista de la industria del cine y la televisión en un texto titulado Unpacking The Disney Announcement: Who Wins, Who Loses? y que aquí retomamos.
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Hay que entender que, entre otras cosas, esta transición tomará tiempo y, por ende, Disney no está en posición de quitar sus contenidos de golpe. También se desconoce cuál será el futuro de las series de Marvel que se producen en conjunto con Netflix. Asumir que la gente dejará de suscribirse a este último por la salida de Disney carece de base y suena al tipo de pronóstico al vapor que realizan en redes cada diez minutos algunos que se hacen llamar “especialistas”. Algo similar pasa con “expertos” en tecnología que dicen que el futuro de los juegos de video está en los celulares y que ya nadie comprará consolas, sólo para después ser desmentidos por las cifras de ventas de consolas y los juegos para estas. Cabe aclarar algo antes de proseguir: Netflix Latinoamérica continuará su vínculo con Disney, así que nuestro mercado no se verá afectado, al menos no en este momento. Los acuerdos para cada región en cuanto a distribución y exhibición siempre son diferentes y, por ahora, Disney no desea moverle a los acuerdos que tiene dentro de nuestras fronteras.
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El punto clave en esta batalla de los servicios de streaming se resume en dos palabras: contenidos originales. Quien logre presentar la oferta más variada y sólida de series y películas propias será quien consiga tomar la delanterá. Esto es algo en lo que Netflix ha estado enfocado desde un buen tiempo, algo que le ha dado su identidad y que la ha distinguido de sus competidores. A pesar de la cuantiosa deuda que le ha generado la producción de series, Netflix no deja de pisar el acelerador e incluso recientemente adquirió la editorial de Mark Millar y con ella los derechos de obras como Kick-Ass: un Superhéroe sin Superpoderes - 76% y otras creaciones del escritor escocés. Disney lleva rato sin producir series que logren atraer grandes cantidades de públicos jóvenes, un mercado que sigue bajo el encanto de YouTubers y otras opciones de entretenimiento. Atraer nuevas audiencias y conservarlas es una labor ardua, los precios (y sus cambios) así como en los contenidos pueden hacer la diferencia entre gente que llega y gente que deja una plataforma. De vuelta con el público joven: Disney se enfrenta a una dura competencia con Nickelodeon y Netflix, una vez más, están obligados a generar nuevos contenidos versátiles para jóvenes y similares para justificar la creación de este nuevo servicio de streaming.
Así que las cosas son más complejas de lo que parecen a simple vista, el puro nombre de Disney no va a mover gente, sino las series y franquicias que sean debidamente explotadas en una y otra plataforma. La casa del ratón también tiene en su mira al público que consume deportes y, en definitiva, quiere hacer todo lo que Netflix, ESPN y otras empresa ya hacen con creces, para así reproducir en la pantalla chica el éxito reciente que han tenido en la grande. Sin embargo, hablamos de mercados diferentes y, en el caso del estadounidense, ya se ha saturado de plataformas de streaming. Tener que estar suscrito a cinco, seis o hasta siete servicios diferentes para ver ciertos programas y películas puede resultar un dolor de cabeza para quienes desean algo más práctico. Así que no hay nada escrito aún y el futuro puede dar giros inesperados tanto para Disney como para Netflix. Una vez más, el que logre mantener consistencia con la cantidad y calidad de contenidos originales será quien logre tomar al toro del entretenimiento digital por los cuernos y, a la larga, clavarle su espada. Con Disney entrando de lleno en las apps OTT (Over The Top, es decir, que conectan directamente con los usuarios sin intermediarios) la empresa podrá tener una mejor idea de los hábitos y las preferencias de su público, algo similar a lo que ya hace Netflix con sus algoritmos. Lo que aún esta por verse es el costo que tendrán las nuevas apps de Disney (la de su programación y la orientada a deportes) en el mercado, pero se espera sea accesible, ya que de otra manera entrar en ese mercado tendría un mayor grado de dificultad.
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