La juventud, la “edad de la punzada” y todo lo que conlleva esta época de la vida de una persona ha sido retratado en el cine en innumerables ocasiones y en distintas tonalidades. En el cine estadounidense en particular existe toda una tradición de plasmar este tipo de relatos con humor y a la vez nostalgia por esas épocas en las que uno ve las cosas más fáciles, más simples. Desde Porky´s en los 80 hasta [Pelicula] American Pie 2 y [Pelicula] Supercool, jóvenes con las hormonas alborotadas en búsqueda de emociones y experiencias que los acerquen supuestamente a la adultez.

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En el caso de esta última la premisa no varía mucho de otros relatos: un grupo de jóvenes, que no brillan mucho en las siempre herméticas jerarquías estudiantiles, buscan tener acceso a todos esas promesas de juventud que suenan glamorosas y llenas de brillo: el sexo y el alcohol. Su odisea por conseguir dichas recompensas está plagada de un sin número de eventualidades e incidentes: desde un encuentro con un par de policías hasta una infame identificación falsa que da a su acreedor el dudoso nombre único de McLovin. A diez años de su estreno, la cinta sigue como un referente para varios que tuvieron la oportunidad de verla en el momento exacto de su vida, el momento en el que todos los dilemas de los personajes resonaban con fuerza en ellos.



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Las comedias juveniles rara vez son bien recibidas por la crítica, pero el caso de Supercool fue una excepción a la regla y las reseñas fueron en general bastante positivas para la cinta. Roger Ebert escribió lo siguiente:

La cinta es sucia y lepera, pero el punto no son las palabras como tal sino el ritmo de las conversaciones y los diálogos. La historia tiene mucha confianza en si mismas y, sobre todo, tiene corazón.

Scott Foundas, Village Voice:

La cinta es sobre emborracharse y conseguir un acoston, pero conforme la historia avanza se convierte en algo un poco más profunda: algo sobre la amistad y el fin de la adolescencia.

Colin Covert para Mineapolis Star Tribune:

Supercool mantiene el delicado balance de dulzura, empatía y comedía vulgar. Está llena de cultura irreverente de la que te das cuenta por cómo cambia de bromas asquerosas a temas de adultos.

Rene Rodriguez para Miami Herald:

A pesar de que la cinta se ponga grosera en ocasiones , siempre hay un matiz de dulzura para acompañar el humor.

Bob Mondello para NPR.org:

Lo que hace la película tan atractiva es la desconexión entre lo que viene de la boca de estos cachorros hormonales y lo que está pasando en su cabeza ,en donde todavía están aferrados desesperadamente a la inocencia que están dejando atrás .

Lisa Kennedy:

Cintas como Supercool se merecen su propio subgénero: nerdexploitation

Ryan Gillbery para Sight and Sound:

La cinta es honesta y tiene varios buenos momentos, aunque también algunos tropiezos.

Jeffrey M. Anderson para Combustible Celluloid:

Consigue el balance ideal entre lo dulce y lo vulgar.

Kevin A. Ranson:

Una empatica mirada a la juventud y a sus ansias de conseguir las cosas que creen que deben conseguir.

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