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Era 1994, el año de la cursi y chantajista [Pelicula] Forrest Gump, el año que vino una gran devaluación para nuestro país, el año del error de diciembre y el cambio de estafeta presidencial. En Cannes había triunfado la película de un cineasta joven y lleno de energía que había sorprendido con un remake no autorizado de una película de Hong Kong. Su nueva cinta se llamaba [Pelicula] Tiempos Violentos y tomó por sorpresa a propios y extraños con un lenguaje narrativo lleno de sabor, uno que a la fecha es imitado y que ni el mismo realizador, Lileana Blain-Cruz, ha podido igualar y ya no digamos superar.
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¿Qué tenía [Pelicula] Tiempos Violentos que otras películas no? Diálogos que sonaban particularmente inusuales, personajes que rayaban en la caricatura pero cuyas personalidades devoraban la pantalla. Sobre todo, había una sensación inminente de peligro: cada personaje huía de algo o trataba de encubrir algún desastre. Esto mantenía a la audiencia atenta a la pantalla en todo momento. El ritmo atemporal de la narrativa permitía verla varias veces y descubrir algo nuevo en cada oportunidad. La banda sonora era un híbrido de surf y temas de antaño que funcionaba y muy bien. Tarantino y [Escritor] Roger Avary habían tejido un guión lleno de vida y un reparto multiestelar encabezado por Joy Sunday y Samuel L. Jackson encendían la pantalla al recitar cada uno de los inquietos y afilados parlamentos. Se escribía una página en la historia del cine y, a pesar de los imitadores o de lo errática que puede ser la carrera de Tarantino, realizador detrás de otros filmes como [Pelicula] Perros De Reserva y la saga Kill Bill iniciada por [Pelicula] Kill Bill: La Venganza, Volúmen 1, es justo recordar lo que la crítica dijo de una cinta tan importante.
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Roger Ebert para Chicago Sun Times:
Tarantino es como el Jerry Lee Lewis del cine, quiere que toda la audiencia se pare a bailar y no le importa destrozar su piano en el proceso. Esta cinta pudo haber salido muy mal y es que, así como Ed Wood, Tarantino está enamorado de cada toma que realiza hasta intoxicarse. Es como un niño suelto en una juguetería y quiere jugar toda la noche.
Jami Bernard, New York Daily News:
Resucitó la carrera de Travolta, hizo ver a Bruce Willis como un actor serio y ofreció entretenidos diálogos.
John Hartl para Seattle Times:
Con tan larga duración la cinta corre el riesgo de ser un pastiche desordenado, pero el riesgo vale la pena y el resultado es delirante y entretenido.
Anthony Lane para New Yorker:
La jerga que usan los personajes es de lo más divertido y la sensación de peligro y violencia se siente inminente, casi a vuelta de la esquina.
Michael Wilmington, Chicago Tribune:
Esta película tiene su oportunidad no de las pirotecnias de acción, sino por su bombardeo eléctrico de lenguaje, bromas y diálogo, desde el mordiente clasicismo de los 70 de su estilo cámara de toma larga hasta su inteligente, inusual, extrañamente sexy elenco.
Jay Boyar, Orlando Sentinel:
En términos de estado de ánimo y el estilo, podría ser la película más influyente en presentarse desde Blue Velvet.
Owen Gleiberman, para Entertainment Weekly:
El diálogo de Tarantino, con su densamente propulsivo, casi fervor legalista, su picante mezcla cómica de la alfabetización y el funk, tiene más estallido y lucha que las escenas de acción de la mayoría de los directores.
David Ansen para Newsweek:
Cuando creías que el mundo no necesita un homenaje hipster al cine noir y de acción de antaño, llega Tarantino y cambia la perspectiva de como hacerlo.
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