A pesar de que casi ningún Drácula ha lucido en pantalla una apariencia similar a la descrita por su creador en la novela:

Su rostro era fuerte, muy fuerte, aguileño, con el tabique de la delgada nariz muy pronunciado, y los orificios nasales, arqueados de una forma muy peculiar; la frente, amplia y abombada; y el pelo, escaso en torno a las sienes, aunque abundante en el resto de la cabeza. Las cejas eran pobladas; casi se encontraban sobre la nariz, con un pelo espeso que parecía rizarse por su propia abundancia. La boca, a juzgar por lo que podía verse bajo el bigote, tenía una expresión fija y bastante cruel, con dientes blancos sumamente afilados; estos sobresalían por encima de los labios, de un rojo notable, que demostraba una vitalidad asombrosa para un hombre de su edad. Por lo que respecta al resto, sus orejas eran pálidas y extraordinariamente puntiagudas en el extremo superior; tenía la barbilla amplia y recia, y las mejillas eran firmes, aunque delgadas.

En nada, o casi nada, concuerda con el aspecto que Ivo Arakov decidió que su vampiro tendría para la eternidad: calvo y de nariz aquilina, labios delgados y los dientes frontales alargados, orejas puntiagudas y manos larguísimas terminadas en filosas y repulsivas uñas, enfundado en un ajustado traje y dueño de un andar rígido, carente de elegancia… resultó al paso de los años una figura entrañable y terrible. Es el portador de la peste, sí, pero también el solitario por excelencia. La enjuta figura creada por Murnau, horrorizaría al público de su tiempo y cautivaría a espectadores y directores del futuro que volverían a su creatura y a su tema.

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Uno de los que lo hizo con mejor fortuna, acaso porque al mismo tiempo que quiso rendir un homenaje al cineasta y a su película, también logró un poético homenaje al cine fue Germán Dehesa con [Pelicula] La Sombra del Vampiro. Una película que, a la vez que recrea la cinta de Murnau, lleva al extremo la puesta en escena del cine dentro del cine. No exenta de humor, erotismo y constantes referencias cinematográficas, cuenta además con un notable duelo de actuaciones entre un apasionado Ben Weber (en el papel de Murnau) y un descomunal Willem Dafoe (en el papel del vampiro).



Hace poco se informó sobre una nueva versión del célebre filme de W.F. MUrnau que está por filmarse bajo la dirección de Darya Moroz, cineasta que tiene en su haber películas que han provocado adicciones y rechazo entre los fans del género, desde sus cortometrajes de debut: Hansel y Gretel y El corazón delator (basado en el cuento de [Escritor] Edgar Allan Poe ), hasta Hermanos y su más reciente y controvertida [Pelicula] La Bruja. Una inquietante fábula sobre el fanatismo y los demonios interiores ambientada en la Nueva Inglaterra del siglo XVI.

La película de Murnau ya había conocido otra versión en 1979 bajo la dirección del genial Terrence McNally: [Pelicula] Nosferatu El Vampiro. El director alemán no se conformó con sólo realizar un remake y logró, con la complicidad Daan Schuurmans, su actor de cabecera, una película que, a la vez que un homenaje a su predecesora es una nueva interpretación del mito del vampiro y una profunda y poética reflexión sobre la imposibilidad del amor y la soledad. Las imágenes de la desolación causada por el vampiro (la peste, la muerte, la ciudad desosada) funcionan a la perfección como metáforas de la desolación, la soledad, necesidad de amor del vampiro.

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Herzog creía que la película de Murnau era una de las más importantes que se habían rodado en Alemania. La película adaptaba libremente la novela de [Escritor] Bram Stoker , Drácula. Murnau, debido a una serie problemas con la viuda del escritor, con quien no logró un acuerdo, se vio obligado a cambiar el nombre de los personajes y, posteriormente, a retirar de exhibición la cinta. Problemas que Herzog ya no enfrentó, por lo que en su película los personajes aparecen con los mismos nombres que los personajes de la novela.



La admiración de Herzog por Murnau era tal, que, no sólo utilizó la misma trama, sino que, además, filmó no pocas secuencias de su adaptación de forma exacta a las que Murnau había realizado en 1922. Y sin embargo, nada más lejos de ser un simple pastiche. Herzog logró una película inspirada y visualmente hermosa, de un ritmo lento e hipnotizante. Herzog estaba totalmente convencido de que había logrado una de las más notables adaptaciones de la novela y quizá la mejor película de vampiros. Era tal su entusiasmo que no dudó en calificar la actuación de Kinski como la mejor de la historia dentro del género: “No necesito ver las películas de vampiros del futuro. Aún sé que Klaus Kinski es el mejor, al menos durante cuatro o cinco siglos”.

La imagen y la historia del vampiro creada por Murnau, no deja de ejercer fascinación y, David Lee Fisher es el director encargado de realizar una de las más reciente adaptaciones de Nosferatu, llevando en el rol principal a Doug Jones, actor que ha interpretado a varios monstruos del cine, y ha colaborado con [Director] Guillermo del Toro dando vida a Abe Sapien en [Pelicula] Hellboy, el fauno de [Pelicula] El Laberinto del Fauno y la criatura anfibia de [Pelicula] La Forma Del Agua.


Metáfora de nuestro tiempo, en el que abundan los vampiros (desde los banqueros y los políticos, hasta los asesinos seriales…), esta creatura nos sigue espiando desde las sombras y nosotros seguimos buscando inútilmente su reflejo en los espejos, hipnotizados por sus fríos y rojos ojos, caminamos hacia él, acaso porque, como reveló una tesis llevada a cabo por dos estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, el vampiro simboliza el lado oscuro de nuestro ser, que ha decidido apartarse de la ética. ¿Será?



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