La música siempre representará un aspecto fundamental en la experiencia fílmica. Las notas de una composición pueden hacer la diferencia en una escena y lograr que funcione o que falle de manera catastrófica en transmitir una emoción. Un gran cineasta necesita un compositor con quien pueda tener una comunicación idónea y entenderse a la perfección.
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En la actualidad, a Hollywood tiene la nefasta práctica de pedir a compositores experimentados emular el sonido de otros músicos, es decir, tomar una pista de otra banda sonora y hacer una réplica que no sea totalmente una imitación. ¿Tiene sentido? Poco o ninguno y sin embargo es la práctica aceptada por la industria, lo cual da como resultado bandas sonoras invisibles, impersonales y genéricas. Afortunadamente, esto no ocurre en todas las industrias de cine del mundo e incluso dentro de Hollywood, alguien como Quentin Tarantino aún recuerda la importancia de una banda sonora en forma y lo demostró al conseguir a Ennio Morricone para componer temas que musicalizaron su western Los 8 Más Odiados - 
75%.
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Nacido en Roma, Ennio Morricone aprendió música desde joven gracias a su padre. Desde los seis años el joven Morricone componía música y al llegar a los doce entró en el conservatorio para formalizar su entrenamiento musical. Luego de un extenso e intenso entrenamiento, Morricone se dedicó a componer piezas de estilo clásico y a tocar en una banda de jazz para mantenerse. En los 60 el compositor se unió a otros músicos y formó el Gruppo di Improvvisazione Nuova Consonanza, un ensamble avant-garde que experimentaba con nuevas técnicas de grabación y arreglos. Esto eventualmente se reflejó en su trabajo en el cine. Morricone fue parte de una gran camada de compositores italianos que incluye a Riz Ortolani, Stelvio Cipriani, Franco Micalizzi y Bruno Nicolai.
También en los 60 Morricone se asoció con un compañero de la escuela convertido en director, Sergio Leone para trabajar en la trilogía de los dólares de Leone, tres westerns protagonizados por el actor de televisión estadounidense Clint Eastwood. A partir de este punto la carrera de Morricone en el cine no hace otra cosa más que consolidarse, al realizar memorables piezas musicales para cintas de distintos géneros. Resumir la carrera de un artista que, a sus 89 años continúa dedicado a componer música, sería muy complicado. Lo que puede intentarse es mencionar algunas de las bandas sonoras más memorables que el maestro ha dado al mundo.
Érase una Vez en el Oeste - 98%
El mejor western de la historia es acompañado de una memorable banda sonora que acentúa cada una de las pautas dramáticas de la trama. Sergio Leone tenía la costumbre de pedir por adelantado la música a Morricone para después usarla en el set de filmación y así lograr que los actores se involucraran más con sus personajes. Imposible no entrar en trance con las bellas melodías y los dramáticos sonidos de armónica de la obra maestra realizada por el maestro.
Andrew Sarris, New York Observer:
Leone (1921-1989) está aquí en el pico de sus épicos poderes.
El Bueno, El Malo y El Feo - 97%
Para poder crear el tema de la cinta, uno de los más memorables en la historia del cine, Morricone recurrió a técnicas experimentales de su experiencia con su grupo de compositores avant-garde. El uso de silbidos y gritos para la música era algo inusual en aquella época y marcó una pauta para cambiar la forma de componer música para westerns.
Ted Prigge, rec.arts.movies.reviews:
La película dura aproximadamente tres horas, pero es tan absorbente, que se pasa sumamente rápido.
John Carpenter siempre ha tenido el hábito de componer la música de sus películas, sin embargo, para su remake de un clásico de los 50 de la ciencia ficción optó por solicitar los servicios del italiano. La aproximación minimalista de Morricone crea una atmósfera inquietante. Algunos temas no utilizados en esta cinta fueron empleados por Tarantino en Los 8 Más Odiados.
James Berardinelli, ReelViews:
Un remake muy original. Se mantiene fiel a la premisa pero juega con el concepto.
La épica confrontación entre Eliot Ness y Al Capone en la época de la prohibición es llevada a la pantalla con aplomo por un Brian De Palma en plena forma. Morricone musicaliza esta batalla campal en las calles de Chicago, una banda sonora que incluye suaves melodías y a la vez enérgicas percusiones y metales para hacernos saber que esta guerra era una que ninguno de los dos involucrados estaba dispuesto a perder.
Richard Schickel, TIME Magazine:
Se va a ese lugar donde todas las películas que aspiran a la grandeza deben alcanzar: el país del mito, donde todas las figuras deben ser más grandes y más vivas que la vida.
Sergio Corbucci, el otro gran Sergio del western italiano, creó esta cruda tragedia del Oeste en la que un pistolero mudo debe enfrentar a despiadados cazarrecompensas liderados por Klaus Kinski. Todo esto ocurre en un pueblo sepultado por la espesa nieve invernal. Morricone provee al relato de composiciones que reflejan el carácter gélido de la historia, aunque resalta el tema "Invito All Amore" como uno de los más cálidos y apasionados en la carrera del compositor.
Fernando F. Croce, CinePassion:
El frío ambiente resalta la severidad de Corbucci.
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