Las culturas del planeta, desde que tenemos registro, han imaginado toda clase de seres y objetos colosales que no tienen cabida en el mundo real. Las mitologías y leyendas son prueba de ello a lo largo del orbe: el gusto por las "cosas gigantes" no ha menguado, pues la fantasía y la ciencia ficción han seguido cosechándolas. Probablemente este gusto sea un eco de la admiración y sobrecogimiento que despertó en los primeros hombres (y sigue despertando) la grandeza de la naturaleza: enormes bestias, montañas, valles, océanos, y la inmensidad de la bóveda celeste. Se mantiene en el universo de lo que Edmund Burke y Kant definían como la experiencia de lo sublime: la enormidad como algo que contemplamos en su sentido tremendo, aterrador, productor de miedo, conmoción y admiración.
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La ciencia ficción –género que vio sus inicios literarios en el siglo XIX–, tiene como uno de sus elementos más comunes a las naves espaciales. Sirven para diversos propósitos. Principal y necesariamente: viajar a través del espacio exterior; desde los platillos voladores hasta las grandes naves de exploración o de guerra, el cine ha sido el principal medio para que éstas cobren vida.
Cuando se trata de crear naves espaciales, la imaginación humana ha superado sus propios límites una y otra vez, llegando a veces al absurdo, pero algunas han sido parte de increíbles historias y aventuras. En esta ocasión no les mostraremos las mejores ni las que pertenecen a las mejores películas, sino las naves más grandes que el cine nos ha entregado.
En nuestro mundo el avión más grande que existe es el Antonov An-225, con 84 metros de largo y 88 de envergadura; la embarcación más grande que haya existido es el superpetrolero Knock Nevis, con 458 metros de longitud; y el edificio más alto del mundo es Burj Khalifa, en Dubai, con 828 metros de altura. Todos esos logros de la ingeniería son pequeños comparados con la misma naturaleza: el monte Everest, la montaña más alta de la Tierra, tiene una altura de 8.8 kilómetros, aunque no es la gran cosa comparada con los 22.5 kilómetros del monte Olimpo en el planeta Marte.
Lo anterior bastará para que el lector se dé una idea de las escalas de las que hablaremos. En la página Starship Dimensions hay un catálogo enorme de todo tipo de vehículos (e incluso criaturas), cuyos tamaños van desde la altura de un ser humano hasta unidades astronómicas. En esta lista no mencionaremos las naves de la literatura, videojuegos o animes, y nos enfocaremos en el cine, y al leerla tengan en mente los vehículos y edificios mencionados anteriormente que existen en el mundo real, para dimensionar un poco.
Para hacer la selección se omitieron estaciones espaciales como la Estrella de la Muerte y la Base Starkiller de Star Wars, y otras parecidas; aunque a veces no parezca clara la diferencia, pensamos que una nave espacial sirve principalmente para viajar por el espacio, ya sea para explorar, colonizar o para fines bélicos.
U.S.C.S.S. Nostromo de Alien - El Octavo Pasajero - 97%
243.8m
Esta nave de carga servía de transporte a los protagonistas de Alien - El Octavo Pasajero, y tenía una inteligencia artificial llamada “Madre”. Toma su nombre de la novela del escritor polaco Joseph Conrad . Fue destruida al final de la película por Ellen Ripley, la única sobreviviente del ataque del xenomorfo que se llevó de solitaria el fallecido John Hurt.
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Rodger-Young de Invasión - 63%
550m
De la película Invasión (Starship Troopers), de Paul Verhoeven, basada en la novela de Robert A. Heinlein , Rodger-Young es una corbeta de transporte de la Flota de la Federación de Ciudadanos Unidos que lleva el nombre de un héroe estadounidense de la Segunda Guerra Mundial. Su longitud es más del doble que el Nostromo de Alien - El Octavo Pasajero, y supera en tamaño a la embarcación más grande de la historia.
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Destructor Estelar clase Imperial de Star Wars
1.6 kilómetros
Una de las escenas que más impactaron a toda una generación fue el inicio de Star Wars: Episodio IV - Una Nueva Esperanza - 93%, cuando al inicio una nave de la Alianza Rebelde es perseguida por un gigantesco Destructor Estelar, una letal máquina de guerra del Imperio Galáctico que era usada para aterrorizar a los disidentes. Aparecen en toda la primera trilogía de Star Wars y en Rogue One: Una Historia de Star Wars - 85%. Su longitud es el doble de la altura que tiene el edificio más alto del mundo.
Acorazado de la Primera Orden de Star Wars: Los Últimos Jedi - 91%
7.66 kilómetros
Star Wars: Los Últimos Jedi nos muestra los terribles Acorazados de la Primera Orden o naves de guerra clase Mandator IV. Son básicamente una enorme plataforma con cañones, varias veces más grande que los Destructores Estelares. Para su creación se inspiraron en el diseño de los acorazados de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
Super Destructor Estelar de Star Wars: Episodio V - El Imperio Contraataca - 94%
19 kilómetros
Para un Imperio Galático capaz de construir una estación espacial como La Estrella de la Muerte, no es tarea imposible hacer un gigantesco Destructor Estelar que sirva como la nave insignia de la Flota, y esta nave es la que vemos en El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, la cual hacía ver como cachorros a los otros Destructores. Aunque tuvo un decepcionante final, lució imponente el resto del tiempo, y su longitud es mayor que el de varias ciudades; un fan colocó el Super Destructor Estelar en una foto satelital de Nueva York y cubre la isla de Manhattan.
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Destructora de Ciudades de Día de la Independencia - 60%
24 kilómetros
El aspecto más sorprendente de Día de la Independencia, de Roland Emmerich, son sus efectos especiales que hasta la fecha se mantienen frescos, y las imágenes de naves extraterrestres tan grandes que cubrían completamente una ciudad sin duda causaron un asombro duradero en los espectadores que la convirtieron en un éxito taquillero. Su longitud de 24 kilómetros y un escudo de energía impenetrable parecían razones suficientes para que los humanos perdieran la guerra.
Destructor Supremacy del Líder Supremo Snoke en Star Wars: Los Últimos Jedi - 91%
60 kilómetros
La Nueva Orden parece una versión del Imperio Galáctico pero con esteroides, y así como la base Starkiller era mucho más grande que las dos Estrellas de la Muerte (juntas), en Star Wars: Los Últimos Jedi se nos presenta la nave Supremacy, del líder supremo Snoke, quien en un claro acto de megalomanía tiránica quiso que su principal base de operaciones fuera tres veces más grande que la de Darth Vader en El Imperio Contraataca.
V'Ger (Voyager VI) de Viaje a las Estrellas - 47%
98 km
La sonda Voyager VI, originalmente construida por seres humanos y lanzada al espacio cerca del final del siglo XX para propósitos de exploración, fue interceptada por una raza evidentemente tecnológicamente avanzada que aumentó la sonda y la envió de vuelta a la Tierra, la rodeaba una nube de energía de dos medidas astronómicas (300 millones de kilómetros) que amenazaba con destruir el planeta.
Nave nodriza de Día de la Independencia - 60%
Entre 597 y 800 kilómetros
Esta nave nodriza con la masa de la cuarta parte de la luna transportaba decenas de naves destructoras de ciudades de 24 kilómetros cada una. A pesar de su imponente aspecto, los extraterrestres que la construyeron no tenían instalado un antivirus y su red WiFi estaba abierta para que los humanos instalaran un virus que desactivó sus escudos de energía. Su tamaño es tal que si la colocáramos justo arriba de la Ciudad de México cubriría de costa a costa.
Nave nodriza de Día de la Independencia: Contraataque - 31%
4,828 kilómetros
Como bien aclaramos desde el principio, esta lista no es sobre las mejores películas, y el puesto número uno en cuanto a naves gigantescas se refiere se lo lleva la nave nodriza de Día de la Independencia: Contraataque. Con un tamaño superior al de la luna terrestre (La luna mide 3,475 km) es casi tan grande como la improbabilidad de su existencia, y fue ahuyentada al matar a la Reina. Para una raza capaz de construir estructuras tan descomunales es una manera un poco ridícula de ser derrotada.
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