Tratar de acercarse a un clásico de la cinematografía mundial puede ser una labor un tanto intimidante. Algunas películas también pueden ser grandes artículos de historias difíciles de procesar en estos tiempos. Sin embargo, cuando se habla de El Acorazado Potemkin - 100% de Sergei M. Eisenstein se está frente a una de las cintas clave en el desarrollo de la narrativa y de varias técnicas de edición y montaje en el cine. Dicho sea en otras palabras, sin esta obra del artista soviético el cine no habría podido evolucionar al punto al que ha llegado en la actualidad.
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De Potemkin se han escrito toneladas de texto, tesis y libros completos, tanto de la cinta como de su director. Pretender resumir en un solo texto la importancia de la cinta sería arrogante. La historia de un motín naval que el gobierno ruso de la época buscaba usar como herramienta de propaganda fue, para Eisenstein, la excusa perfecta para probar distintas técnicas cinematográficas. A pesar de que las audiencias locales no estuvieron interesadas en verla, el resto del mundo respondió de manera positiva, con todo y su propaganda (aunque eventualmente sería prohibida en varios países debido al clima político de su relación con la Unión Soviética). Definitivamente, todo aficionado al cine tiene que ver esta pieza para entender el desarrollo de la forma de expresión artística más importante del siglo XX.
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Richard Brody The New Yorker:
El primer modernista del cine... fue el director soviético Sergei Eisenstein. Como muestra su más famoso trabajo, Battleship Potemkin de 1925, su analítica metodología cuasi-científica tenía la marca tanto de la estética como del escándalo político.
Mordaunt Hall The New York Times:
El director despliega una vívida imaginación y una apreciación artística de los valores de las películas.
J. Hoberman Village Voice:
Por todos los enardecedores comentarios propagandísticos de Potemkin, el esteticismo de Eisenstein es visible en todos lados.
Philip French The Guardian:
Potemkin sigue siendo una experiencia visual que trasciende su estatus monumental.
Sam Wigley Total Film:
Después de casi 90 años, la obra maestra de Eisenstein sigue garantizando aumentar el pulso.
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