Yo, Tonya | top de críticas, reseñas y calificaciones

Presentada en forma de docuficción, con entrevistas falsas, Yo, Tonya - 96% es más que un retrato de Tonya Harding, una campesina de escasos recursos de Oregón que, a base de esfuerzos se transformó en una de las mejores patinadoras de hielo capaz de realizar un triple axel completo durante una competición, es el retrato de una clase social desigual en el que el sueño americano es perseguido por una estadounidense analfabeta que logra el éxito y después es despreciada por sus propios compatriotas al ser acusada del violento ataque que sufrió una de sus rivales deportivas, Nancy Kerrigan, para impedir que participara en las pruebas de clasificación para los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehamer, en Noruega en 1994. El incidente le costó a la patinadora la expulsión permanente de la federación de patinaje de Estados Unidos, además de trabajos forzados y el desprecio permanente de sus compatriotas que llegaron a llamarla “basura americana”.

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Yo, Tonya - 96% transcurre en los primeros años de Tonya y su facilidad en la pista de hielo y la tiránica presencia de su madre (Allison Janney), una presentación enérgica y a ritmo de una siempre vehicular voz en off, para desgranar el pasado de Harding, sus carencias afectivas y económicas, eje motriz del explosivo carácter de esta joven sin formación, contemplada con recelo por los jurados y sus propias compañeras. Los mismos que piensan que ha llegado ahí por suerte. Ninguneada por sus análogos, reprimida y golpeada por su esposo (Sebastian Stan), la chica no cesa en su meta de clasificar a las Olimpiadas. El director australiano Craig Gillespie filma en tono de sátira la desgracia de esta improbable cenicienta condenada por la opinión pública. La cámara registra las distintas versiones de los hechos de los involucrados (la madre, el ex marido, el guardaespaldas, la profesora de patinaje y la propia Tonya), que a menudo rompen la cuarta pared. ¿Víctimas, villanos, o demonios? Saque usted sus propias conclusiones y no se extrañen que las secuencias reales superen a la ficción.

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Robbie interpreta a ese cisne que se esconde tras la mugre, una que se abandona al desorden para emerger luego como la más poderosa deportista de hielo, empática. Craig Gillespie trata a estos personajes con humanidad incluso cuando bordean lo caricaturesco. Más que un relato insidioso y nostálgico de un salvaje escándalo de la década de 1990, Gillespie entrega un drama deportivo hilarante sobre un desvalido fracasado, sobre un personaje perdedor y al hacerlo, critica tanto a los medios estadounidenses como al público por fabricar a un paria. Las críticas remarcan el trabajo de Margot Robbie, quien se quita la etiqueta de rubia sexy para dar vida a una mujer poco femenina y de carácter agrio, su mímesis con el personaje la lleva a calcar los gestos de la Harding de la vida real. Aquí las reseñas más destacadas a Yo, Tonya - 96%:

Christy Lemire, de RogerEbert.com:

Una rebanada vívida de la historia de la cultura pop: una irresistible mezcla de celos, competencia y guerra de clases, con poderosas actuaciones y resonancia emocional inesperada.

Leah Greenblatt, de Entertainment Weekly:

No sólo te vas a encontrar a ti mismo alentando a esta chica loca, sino que incluso podrías enamorarte un poco.

Joe Morgenstern, de Wall Street Journal:

Yo, Tonya ofrece un antídoto a esas películas de buenos sentimientos sobre atletas innatamente nobles que logran triunfar sobre las probabilidades imposibles.

Rex Reed, de The New York Observer:

Es una película extraordinaria y divertida, siempre sorprendente y poco convencional, dirigida e interpretada con una adrenalina que sobrecoge los sentidos.

Michael O'Sullivan, de The Washington Post:

La película suaviza los ataques de crueldad con un sentido humano, aunque absurdo, de la comedia, suavizando los cambios tonales que pueden tenerte impactado en un minuto y riendo al siguiente.

Colin Covert, de Minneapolis Star Tribune:

Escena por escena, me hizo reír, sentirme incómodo, enojado, disgustado, confundido, iluminado, entretenido, al borde de las lágrimas y asombrado.

David Ehrlich, de IndieWire:

I, Tonya hará que te preocupes por Tonya Harding por primera vez en un largo tiempo. Además logrará que simpatices con Tonya Harding por primera vez.

Joshua Rothkopf, de Time Out:

Destruida pero desafiante, Robbie camina por la cuerda floja emocional de la película más fabulosa y trágicamente estadounidense del año.

Joe Morgenstern, de Wall Street Journal:

Yo, Tonya ofrece un antídoto a esas películas de buenos sentimientos sobre atletas innatamente nobles que logran triunfar sobre las probabilidades imposibles.

April Wolfe, de Village Voice:

Ofrece críticas reflexivas y algo objetivas, además de un humor muy serio y oscuro que provocará muchas risas incómodas y te invita a reflexionar sobre verdades difíciles.

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