A pesar de la enorme popularidad del cine animado en la taquilla mexicana la producción de este generalmente brilla por su ausencia, salvo ejemplos muy específicos. Anima Estudios estrenó a principios de año [Pelicula] La Leyenda del Charro Negro, una producción más en su saga de aventuras basadas en leyendas locales. Con sus obvias limitantes de presupuesto, la cinta lograba contar una historia con personajes y situaciones definidas. No era un clásico, pero sin duda era un esfuerzo decoroso y que sale mucho mejor parado que [Pelicula] Marcianos vs. Mexicanos, esta última creación de los responsables detrás de Huevocartoon.

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Popularizadas desde hace ya varios años en internet, las creaciones de Huevocartoon han dado el salto a la pantalla grande en un puñado de producciones. Para esta nueva obra uno pensaría que los creativos detrás del éxito viral de los huevos tendrían una propuesta más trabajada, sin embargo, no se le pueden pedir peras al olmo y lo entregado aquí por los hermanos Riva Palacio es una cinta en extremo pueril y que basa su atractivo en un humor ramplón que bebe fuertemente del formato de sketch televisivo mexicano, un formato que caducó hace ya muchos años.



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Estamos basicamente ante una película no de Huevos pero si de pedos, muchos pedos y es que el guión de esta aventura espacial realmente no da para mucho. Una familia mexicana, cúmulo de estereotipos chilangos, de la cual surge el protagonista llamado, ahem, "Chaka", tendrá que enfrentarse a base de flatulencias a invasores marcianos con forma de [Pelicula] Minions región 4. Todos los gags ya desgastados sobre lo que es vivir en la ciudad de México están aquí, combinados con humor propio de la Hora Pico. Todo esto es aderezado por groserías (censuradas) que son dichas a diestra y siniestra por gente como Larry Kramer y Richard Te Are, quienes prestan sus voces para el héroe y antagonista, respectivamente.

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La calidad de la animación del largometraje dirigido por los hermanos Joseph Gilgun y Jhulenty Delossantos, es extremadamente paupérrima, sin ofrecer nada atractivo a la vista. El guión es endeble y su noción de entretenimiento es saturar la pantalla con los ya mencionados gags de pedos, o intentos de romper la cuarta pared que se sienten narrativamente torpes y molestos, algo que se desgasta bastante rápido. Los Mexicanos somos un Desmadre bien podría ser el título alternativo de este sketch que daba para no más de 15 minutos pero es extendido más allá de sus capacidades.

Lamentablemente no hay mucho que mencionar como positivo de la película, si acaso reconocer su consistencia en lo que hace y lo apegada que está a su fórmula. Los que son fans de Huevocartoon y se ríen con cualquier meme de redes sociales, hasta los más simplones, sin duda quedarán fascinados, para los que busquen una opción más elaborada tendrán que escarbar en la cartelera. En cuanto a los creadores, quizás sea hora de echarle más sesos que huevos a la producción, mayor esmero a la animación y entender que, incluso a la hora de contar una historia "desmadrosa", es necesario pensar más las cosas antes de insistir en humor tan dolorosamente básico. Si el cine animado en México realmente ambiciona ser algo más que una anécdota de fin de semana, o una distracción para niños, tiene que exigirse a sí mismo mucho más, no conformarse con ser una cinta de pedos que además es muy pedorra en su ejecución.



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