En el corazón de un paisaje nevado, un hombre apunta con una escopeta a una niña pequeña (¿su hija?). Es con esta secuencia particularmente inquietante inicia La Maldición de Thelma - 94%, del cineasta noruego Joachim Trier. En una nueva toma, oscuros enjambres de cuervos sobrevuelan un edificio, adentro, en una biblioteca, una joven cae presa de convulsiones. Es Thelma (Eili Harboe), una chica de provincia que acaba de llegar a estudiar biología y ciencias naturales en la Universidad de Oslo, y de la que se van revelando en los primeros minutos sus condiciones físicas, morales e intelectuales, siendo su síntoma más llamativo el secretismo de su vida personal y la puntual pérdida de consciencia por los ataques epilépticos.
Puede interesarte: Joachim Trier: sus mejores películas según la crítica
El filme supone el cuarto largometraje para el primo del también director Lars von Trier, considerado la nueva promesa del cine noruego. Ambientada en la otoñal Oslo y el volátil espacio mental del personaje principal, la película explora las emociones, las percepciones y la lucha de esta adolescente aprisionada por las rígidas reglas familiares, y cuya vida se convierte en un infierno al saberse poseedora de poderes sobrenaturales que tampoco comprende. A medida que la investigación sobre el origen de sus crisis parece dejar desconcertados a los médicos, Thelma se siente cada vez más atraída por otra estudiante, Anja (Kaya Wilkins), una atracción sexual que le dispara sus miedos mejor guardados, como ese trauma primitivo y abominable que finalmente se revela y le da sentido a las secuencias enigmáticas.
No dejes de leer: Entrevista: La Maldición de Thelma, la pesadilla que Joachim Trier se atrevió a volver realidad
Más allá de la fascinación por descubrir el misterio, la chica se debate entre la moral y la fe al descubrir su verdadera identidad sexual. Al igual que la propia Thelma, La Maldición de Thelma - 94%, también permanece ambigua en su primera parte, ¿quién es esta bella chica y temerosa?, ¿quiénes son sus padres?, ¿por qué esa frialdad y distancia con su única hija? Joachim Trier firma un drama familiar opresivo que va transmutando en thriller psicológico con elementos del género de terror, sin tener que recurrir a efectos especiales elaborados, lo consigue a base de técnica, multiplicando las distancias focales, los tipos de planos y los puntos de vista (el espectador suele ubicarse por encima de los personajes como observador omnisciente de cada situación), mientras mantiene una dirección artística extremadamente fría. Desde la gestión de la luz (una imagen constantemente bañada en luz) hasta la elección de entornos (naturales y urbanos), todo se hace para dotar a la película un ambiente otoñal y espectral.
Continúa leyendo: La Maldición de Thelma: escucha el soundtrack de Ola Fløttum
Una atmósfera que no tranquiliza al espectador y que se verá reforzada por una banda sonora orquestada solo por composiciones que enfatizan los sonidos graves. Todo es, una vez más, diseñado con el objetivo de crear un clima que provoque ansiedad, un perpetuo estado en el que habita la protagonista. La película fue candidata oficial del país nórdico en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa de los Óscar 2018, y aunque puede llegar a ser desconcertante, es allí donde radica precisamente la fuerza de este fascinante experimento cinematográfico, filmada con energía y atrevimiento, y cuyo visionado resulta en cualquier caso estimulante, aunque el final pueda ser algo brusco e insatisfactorio. El futuro de Joachim Trier se mantiene prometedor, merece la pena seguir su trayectoria.
Desde su primera proyección en el Festival de Toronto 2017, la cinta emocionó a la crítica internacional que no dudo en afirmar que era una de las pocas que desafiaba al espectador en diferentes niveles. Aquí las reseñas más destacadas:
Javier Ocaña, de El País:
Con ciertos paralelismos con Carrie (Brian de Palma, 1976), pero también con Camino (Javier Fesser, 2008), y su protagonista adolescente derrotada por la imponente presencia de un fervor religioso llevado al extremismo, Thelma se hace grande en ese soberbio sentido del espacio de Trier, y en su maestría para jugar con los sonidos, la luz y el color, y solo plantea dudas en un desenlace en el que el autor debe elegir entre el componente científico o el sobrenatural, o jugar ambiguamente a ambos, y su elección final no parece la más convincente.
Mark Dujsik, de Mark Reviews Movies:
Una vez que se revela la verdad sobre Thelma, ocurre algo curioso: la película se vuelve aún más incierta, más enigmática y más inquietante.
Alberto Bermejo, de El Mundo:
Podría pasar por otra atormentada historia de despertar sexual protagonizada por una adolescente confusa, pero lo que experimenta la protagonista de este relato milimétricamente concentrado tiene que ver con inconfesables sentimientos de culpa provocados por oscuros traumas de infancia y con la severa educación religiosa, como del Antiguo Testamento, que ha recibido de sus padres.
Angie Han, de Mashable:
La sobrenatural Thelma es la experiencia de la juventud en pocas palabras: se trata de descubrir quién eres, con toda la vigorizante incertidumbre y ambigüedad que ello conlleva.
Carlos Maranon, de Cinemanía:
Trier vuelve al drama nórdico para mezclarlo con el terror psicológico y acabar destilando el cómic en una superheroína empeñada en matar a Dios.
Barbara VanDenburgh, de Arizona Republic:
Thelma pisa la línea entre lo psicológico y lo sobrenatural, con gracia al principio, y luego con creciente abandono.
Antonio Weinritcher, de ABC:
Eili Harboe está sobresaliente y escenas como la inicial (insuperable) o esa digna de Hitchcock, el hombre que sabía demasiado, en la que Thelma encuentra a su Louise en una función de ópera, deberían contentar a todo tipo de públicos.
Rob Thomas, de Capital Times (Madison, WI):
Hay algunos sustos efectivos y un tono en general espeluznante y apagado, pero lo que distingue a "Thelma" es que Trier aporta la misma profundidad de caracterización e imágenes ricas que aportó a dramas independientes como "Louder than Bombs" y "Oslo August 31st".
Erick Estrada, de Cinegarage:
Trier ha transformado la fábula de esta chica en busca de identidad (sexual, de género, intelectual, física y espiritual) en un casi tarkovskiano túnel de brujería escandinava, pero una brujería que enfrenta con gozo y con libertades al puritanismo opresor de un mundo enamorado de sí mismo.
Andrea Gronvall, de Chicago Reader:
Thelma enlaza el horror sobrenatural con los recuerdos reprimidos, las hormonas intensas, y el fanatismo fundamentalista, confeccionando una sensual y perturbadora tentación para la mente.
Lee también: La 64 Muestra de Cine de Cineteca Nacional revela su programación
También puede interesarte: Críticos de todo el mundo eligen las mejores películas del 2017
Comentarios
Tomatazos
Facebook
Mejores
Nuevos