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Cuando se trata de hacer espectáculos fílmicos, blockbusters pirotécnicos y cargados de acción, nadie mejor que [Director] Roland Emmerich para hacerlos. Aunque a últimas fechas el director alemán no es tomado tan en serio por sus excesos en pantalla, en 1996 llamó poderosamente la atención gracias a [Pelicula] Día de la Independencia, la ciencia ficción sobre un ataque alienígena que lo convirtió en un director de entretenimiento palomero desechable de calidad, es decir, un director con la habilidad de dirigir producciones de gran presupuesto para grandes audiencias cuya finalidad no es otra que hacer pasar un momento emocionante a través de sorprendentes efectos visuales, explosiones, acción y mantener al borde de la butaca sin que se requiera pensar mucho en la trama. Tras [Pelicula] Soldado Universal, una llamativa propuesta comercial protagonizada por Jean-Claude Van Damme, Emmerich incursionó en el cine de ciencia ficción con esta película que le permitía usar todos los elementos que habían moldeado sus anteriores trabajos, solo que en Día de la Independencia los llevó a su máxima potencia para entregar uno de los relatos apocalípticos más espectaculares y motivacionales de la última década del siglo XX.

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Digamos que el éxito de Día de la Independencia lo consiguió en gran medida gracias a su esencia patriótica, de ahí que para su audiencia local haya resultado en una de las producciones más motivacionales de cara al nuevo milenio, otro factor que conjugó sabiamente el director ya que rescató la paranoia social sobre inteligencias de otros mundos que podrían arribar a la Tierra con el cambio de siglo. Sin embargo, Emmerich junto a su coguionista [Escritor] Dean Devlin , tomaron la premisa llevándola a un terreno más cercano a La Guerra de los Mundos para hablar sobre una invasión extraterrestre cuyo objetivo es destruir la Tierra empezando por La Casa Blanca en Estados Unidos. Es en este panorama donde el ejército estadounidense unirá fuerzas con otros aliados (olvidando sus diferencias) para enfrentar a estas criaturas.



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Con un elenco que incluyó a Will Smith, Bill Pullman y Jeff Goldblum, Día de la Independencia ha pasado a la historia como un blockbuster espectacular, tan consciente de sus objetivos que no aspira a ser una ciencia ficción reflexiva, sino que entrega un espectáculo ingenioso, explosivo e impresionante sobre la esperanza, la unidad, el trabajo en equipo y… también tenemos que decirlo… reafirmando a los Estados Unidos como el salvador del mundo.

Los efectos visuales también fueron otro de los elementos por los que este filme consiguió destacar y que, en conjunto con las imágenes de la destrucción de Washington, convirtieron a Roland Emmerich en el llamado “maestro de la destrucción”, título que terminaría por consolidar gracias a películas de desastres naturales como El Día Después de Mañana y 2012. Finalmente, y de acuerdo con el consenso de críticos, la trama es muy ligera al igual que el desarrollo de personajes, pero como un espectáculo de emoción, explosiones y cinta de acción, Día de la Independencia cumple su cometido.

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Para celebrar su vigésimo aniversario, el director estrenó en 2016 la secuela de esta cinta titulada [Pelicula] Día de la Independencia: Contraataque. En seguida te dejamos algunos de los comentarios que han hechos los críticos de cine en torno a [Pelicula] Día de la Independencia:

Lisa Schwarzbaum, de Entertainment Weekly, detalló:

Es la primera película de desastres futuristas que es tan linda como un botón. Lo cual, cuando todos los efectos especiales explotan, es lo que a los estadounidenses les gusta en un monstruoso éxito.

Duane Byrge, de Hollywood Reporter, apuntó:

Una constelación de los elementos más brillantes de las historias de ciencia ficción. Con el director alemán Emmerich a la cabeza, Día de la Independencia se eleva como una súper nave fílmica.

Carol Buckland, de CNN.com, afirmó:

Un espléndido y ridículo entretenimiento.

Roger Ebert, de RogerEbert.com, destacó:

Aunque los efectos especiales de Día de la Independencia están bien hechos y son persuasivos, no son espectaculares (…) Es la típica diversión tonta veraniega.


Jonathan Rosenbaum, de Chicago Reader, aseguró:

La seriedad, los efectos y la noción de que un mundo entero olvida sus diferencias para vencer a un enemigo en común tiene cierto encanto.

Laura Clifford, de Reeling Reviews, señaló:

No importa cuán ridícula y coincidente sea la trama, nunca se toma en serio.

David Ansen, de Newsweek, comentó:

Si fuera un niño de 10 años, probablemente pensaría que es la película más cool.

El staff de Time Out, escribió:

Todo se siente anticlimático después de los fuegos artificiales, pero la moraleja es clara: es el fin del mundo tal como lo conocemos. Y nos sentimos bien.

Todd McCarthy, de Varitey, dijo:

Tan inevitablemente entretenida como irremediablemente cursi.

Caryn James, de The New York Times, celebró:

Tiene una actitud genial de ‘es-sólo-una-película’ que la desmarca, enfáticamente, de otros blockbusters de acción.



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