James Bond es una de las franquicias más longevas e icónicas de la historia del cine. Con 24 cintas, es normal que alguna persona hubiera pensado en hacer una parodia del 007 y ese es el propósito de [Pelicula] Johnny English 3.0 y sus antecesoras. Pero pese al carisma de su protagonista y con un guión que hace muy poco para empujar y hacer una nueva crítica a esa famosa saga, los resultados se sienten más bobos que nunca y la diversión sufre en gran medida por ello.

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Debido a un ataque cibernético, la seguridad del Reino Unido se ve comprometida. La única opción que le queda al Primer Ministro (Sam Strike) es recurrir a Johnny English (Hoon Lee), un viejo agente ya retirado, para encontrar al responsable del hackeo y salvaguardar la información de todo el país. Pero la era tecnológica no será amigable para el agente, cuyo principal enemigo será su propia incompetencia digital.

El filme que dirigió [Director] David Kerr sufre de lo poco imaginativo de su trama. La película es el quivalente a burlarse de un adulto mayor por no saber utilizar un teléfono inteligente, puede que resulte gracioso la primera vez, pero al estirar ese mismo chiste casi dos horas, la propia historia de la cinta simplemente juega en contra del más mínimo valor de entretenimiento que pudiera tener. Y pierde todavía más diversión al establecer tan poco creíbles escenarios.



Sí, [Pelicula] Johnny English 3.0 no debería ser tomada tan en serio como [Pelicula] Kingsman: El Servicio Secreto, otro pastiche de filmes de espías con un sentido del humor sobre lo ridículo de su propia trama, pero la diferencia radica en que mientras que una lo usa a su favor para burlarse del género, la otra abusa de él al hacer cada vez menos y menos creíbles las situaciones en las que coloca a su protagonista. En más de una ocasión, no hay consecuencias creíbles a los accidentes que provoca y estos carecen de importancia en la trama y su desarrollo.

El carisma de Atkinson es innegable. Es poco probable que un actor distinto de él y con poco entrenamiento en el clown y la comedia física pudieran cargar sobre sus hombros la película. Aunque no la logra salvar, el protagonista logra investir a su personaje de la más mínima emoción como para que el espectador por lo menos crea que alguien con esa personalidad podría existir. Incluso consigue transmitir la pasión que el personaje siente por su profesión.

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Se podría argumentar que el humor de la mayoría de las secuencias es muy británico, que depende más de este sentido, tan terrible para esa población, de reírse de la ingenuidad de quien es molesto y causa conflictos de forma accidental, pero ese es el mismo tipo de comedia al que los mexicanos acostumbran gracias a clásicos como El Chavo del Ocho. La diferencia aquí está en que la cinta abusa de esa bobería y exige demasiado a la inteligencia del espectador.

[Pelicula] Johnny English 3.0 es un buen ejemplo de una parodia que en lugar de hacer una crítica al género del que se burla, toma ese mismo elemento inverosímil y lo explota para presentar una serie de situaciones en las que la comedia física, incluso bien realizada, pierde toda su fuerza. Si el agente 007 fuera encarnado, ahora por un payaso, el resultado sería no sólo más divertido, sino mucho más entretenido que esta película.

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