En 45 años de existencia, la Cineteca Nacional ha sido el espacio para múltiples manifestaciones de la vida cinematográfica nacional e internacional. Tenemos que decir que es el recinto que resguarda y preserva nuestro patrimonio fílmico nacional, el cual en la actualidad asciende a más de 17 mil 500 copias de negativos, además de albergar material iconográfico y bibliográfico.
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Inaugurada un 17 de enero de 1974, la Cineteca Nacional ha enfrentado algunos contratiempos y desgracias como fue el angustioso incendio del 24 de marzo de 1982 que ocasionó la pérdida de casi el 90 por ciento del acervo y que llevó a la institución a cambiar su sede: de Río Churubusco y Calzada de Tlalpan a Av. México-Coyoacán que, por cierto, en 2011 se ordenó su remodelación, entregando la obra final con 10 salas que han seguido proyectando las películas más disruptivas, polémicas y galardonadas en todo el mundo.
Hablando de películas, el aforo también preserva algunas anécdotas curiosas ocurridas durante algunas proyecciones y, es que, al ser el espacio ideal para la exhibición de cine poco convencional, experimental y las películas más esperadas de directores consagrados, las historias e imágenes que se presentan a veces han llegado a perturbar a los espectadores o promover ciertos debates en torno a su programación. Al margen de la polémica que generaron las declaraciones del director Alejandro Pelayo sobre no programar las películas de El Santo, en seguida, enlistamos algunas películas que generaron sentimientos encontrados entre el público asiduo a la Cineteca Nacional; tenemos que advertir que no son todas, sino las más recordadas en los 45 años.
La emblemática película del director Stanley Kubrick fue una de las que integró el primer ciclo de exhibición de la Cineteca Nacional. Entrando a la cartelera un 22 de enero, la película ha pasado a los anales de la institución como una de las que más expectativas generó entre los espectadores capitalinos, así como uno de sus títulos más exitosos. Con una permanencia de 153 días en exhibición obteniendo 153 mil espectadores, la prensa mexicana de la época destacó en sus crónicas los grandes tumultos que ocasionó la película que se proyectó en la sala más grande de la antigua Cineteca.
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En una conversación que tuve hace tiempo con el ex Subdirector de Información de Cineteca Nacional, José Antonio Valdés Peña, me comentó que la opera prima de Quentin Tarantino, Perros de Reserva llegó a México con 2 años de retraso y fue la Cineteca Nacional el aforo que se encargó de presentarla como parte de la programación de uno de sus Foros Internacionales de Cine. El crítico e investigador recordó que durante la proyección el público se impactó con las virulentas y explícitas imágenes de la cinta e, incluso, hubo una mujer que se desmayó. Afortunadamente, lograron reanimar a la mujer y la proyección continúo sin registrarse otro incidente de ese tipo.
Ninfomanía: Primera Parte - 75%
Como ya lo mencionamos, la Cineteca Nacional siempre se ha caracterizado por programar películas arriesgadas y, en este contexto, fue el foro donde se difundió el cine transgresor del movimiento Dogma 95 en donde destacaron las películas de Lars von Trier. Cierto es que Contra Viento y Marea - 86% o El Elemento del Crimen ya habían generado fuertes reacciones entre los asistentes a la Cineteca, sin embargo, ninguna otra película del director danés movilizó a todos como ocurrió con Ninfomanía: Primera Parte y Ninfomanía: Segunda Parte - 60%, ya fuera por el morbo, por la implacable campaña de promoción que tuvo la cinta en una escala mundial o, simplemente, para ver una nueva y perturbadora historia salida de la mente de Von Trier, sin embargo, tan solo Ninfomanía: Primera Parte ha conseguido ser una de las más vistas en la historia de la institución, de hecho, en 2014 se erigió como la película más vista al registrar 38 mil 804 asistentes.
Los Olvidados fue polémica desde su estreno en 1950, sin embargo, una vez que cumplió 50 años de su lanzamiento, la Filmoteca de la UNAM realizó una restauración de la cinta y añadió el final original que no se había visto. La Cineteca Nacional fue un el lugar donde se realizó el reestreno de una de las obras cumbres de Luis Buñuel, sobra decir que también se registraron grandes filas durante su proyección para conseguir entradas.
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A diferencia de las películas anteriores, Coco fue motivo de acalorados debates entre varios intelectuales y asistentes a la Cineteca Nacional no por el contenido de su historia o lo explícito de sus imágenes, la película animada de Pixar sobre la celebración mexicana de Día de Muertos fue condenada por algunos ya que, de acuerdo a su perspectiva, esta cinta no cumplía con los lineamientos para ser proyectada en una institución como Cineteca Nacional, consagrada a la difusión de películas independientes, artísticas y de bajo presupuesto, características totalmente contrarias a las de Coco ya que es una producción de uno de los mayores estudios de cine de Estados Unidos. La razón por la que esta película se integró a la programación de Cineteca en 2017 se debió a la exposición “México y Walt Disney: Un Encuentro Mágico” ya que también se organizó una retrospectiva con las películas más destacadas del estudio. Independientemente de la polémica, Coco también ha sido una de las películas más exitosas de Cineteca Nacional al registrar un total de 49 mil 903 espectadores.
Para filmes polémicos, Lucifer. La película dirigida por Gust Van den Berghe se presentó como parte del programa del Festival Distral en 2016, donde la ex directora de Cineteca, Paula Astorga declaró que el actual director de la institución, Alejandro Pelayo, se negó a proporcionarles salas para su proyección argumentando que una película como esta era para “personas educadas”, por lo que México todavía no estaba preparado para ver algo así. Esta fue la declaración de la actual promotora cultural cuando parafraseó lo que les comentó Pelayo:
A ustedes les parece muy buena porque ustedes son educados y porque se dedican al cine, por eso les gusta, pero al resto de la gente no. Se necesita mucho contexto para entender una película como esta, y la gente en México no lo tiene.
Lo transgresivo con Lucifer es su propuesta formal: en vez de presentar un filme con una relación de aspecto cuadrado o rectangular, se atrevió a usar un contorno circular, fuera de este rubro, la cinta presenta una suerte alegoría profana, una lucha entre la divinidad y las fuerzas del infierno en una pequeña comunidad rural mexicana.
Entonces, Paula Astorga añadió a su comentario que una película como Lucifer debería tener espacio en una Cineteca Nacional y no Revenant: El Renacido - 82% o Steve Jobs - 86%, cintas que, por esas fechas, estaban siendo proyectadas en sus salas. La guerra de declaraciones continúo hasta que, finalmente, la Cineteca Nacional envió un comunicado de prensa donde daba a conocer que sí estrenaría la película, además, Alejandro Pelayo también proporcionó entrevistas para Radio Fórmula donde aseguraba que estaba siendo o calumniado.
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