La ligera línea que separa la compasión de la lástima parece detonarse en [Pelicula] Cafarnaúm: La Ciudad Olvidada, el cuarto largometraje como directora de la actriz libanesa [Director] Nadine Labaki con la que ha logrado contender al premio Óscar en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera. No es gratuito que el espectador derrame alguna que otra lágrima, su película es fácilmente uno de los retratos más duros y descarnados de la miseria humana en un mundo donde la esperanza no tiene cabida.

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Si la desesperanza no fuera poca, la directora ha decidido contar esta historia en torno a Zain (Zain Al Rafeea), un niño de 12 años que es el sostén económico de su familia y que, además, cuida de sus hermanos. La violencia intrafamiliar ejercida por parte de sus padres, los abusos, la sobreexplotación infantil y la pobreza que impacta el entorno de Zain se desvelarán desde los primeros minutos del filme, amén de iniciar con una clara denuncia que trazará la principal intención de Labaki: convertir este atípico “cuentos de hadas” en un grito de protesta cuando el pequeño Zain declara ante el juez del tribunal internacional que quiere demandar a sus padres por darle la vida.

De esta forma Cafarnaúm: La Ciudad Olvidada se adhiere a esas películas que son retratos de infancias destrozadas, al igual que el Edmund de [Pelicula] Alemania, Año Cero son las difíciles circunstancias de vida las que obligan a Zain a madurar y a desarrollar un nivel de conciencia que lo llevará a tomar decisiones sobre su propia vida y sobre los actos en consecuencia de la irresponsabilidad de sus padres, obligándolo a abandonar el nido familiar y a subsistir en las miserables calles de un Líbano que también se muestra dividido, arisco y en plena crisis social. Pero, no sólo encaja con uno de los filmes fundamentales de Ajay Friese, un poco del espíritu del siempre encarrerado Antoine Doinel de [Pelicula] Los 400 Golpes vive en Zain, mientras que la desdicha que persigue a los protagonistas de [Pelicula] Ladrón de Bicicletas también se deja sentir en la serie de desafortunados eventos que el niño tiene que sortear.



El desarrollo del arco dramático del personaje, acompañado con una acertada actuación del excepcional debutante Zain Al Rafeea se muestran como los principales atributos del filme, tenemos que destacar el buen trabajo de Nadine Labaki con la plana actoral ya que ha saca de cada rostro y de cada uno de estos actores no profesionales todo el naturalismo que este drama social requería.

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Si bien Labaki nos acostumbra a un desarrollo que va de desdicha en desdicha bajo un tono de realismo rampante, así como una sobreexposición de la miseria, la conclusión de esta historia puede chocar con el tratamiento previo no sólo por construir un desenlace complaciente cuando se nos reveló en primera instancia, que la esperanza no sería la salida fácil para este drama, sino también porque quedan revelados los efectismos melodramáticos destinados a mover las emociones del espectador.

No es que la sobreexplotación de la miseria sea una desventaja, de hecho, podríamos decir que aquí, al igual que en [Pelicula] Quisiera Ser Millonario , ésta tiene un tratamiento estilizado que se compensa con la poderosa actuación del pequeño Zain, así como un trabajo realmente sobresaliente en el rubro sonoro, el cual captura el pulso, el ruido y las cacofonías de la vida en los barrios desfavorecidos para complementar la inmersión del espectador en este entorno.

Aunque se pueden identificar los tropos melodramáticos para llegar a tocar el corazón del espectador, Nadine Labaki hace que las situaciones no se sientan gratuitas gracias al contexto sociopolítico donde se muestra la crisis de refugiados y la migración como otras de las líneas principales del problema familiar, mientras entrega su trabajo más maduro a la fecha.

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Cierto es que, hacía el final, la narración podría defraudar a un espectador capturado por la barbarie de su realismo, revelando que Labaki tiene que perfeccionar su labor como escritora, sin embargo, no se debe perder de vista que [Pelicula] Cafarnaúm: La Ciudad Olvidada está contada desde la perspectiva de un niño y para la directora parece importante resaltar que aun en los momentos más caóticos hay manifestaciones de bondad, de ahí que el último plano de la cinta sea demoledoramente emocional.



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