Dicen que el amor se pone siempre a prueba “En las buenas y en las malas” (2019), y esa es precisamente la premisa de la ópera prima homónima del director mexicano [Director] Gabriel Barragan Senties. La cinta, que llega a cines nacionales a partir de este viernes 15 de marzo, es protagonizada por la pareja de la vida real, Kari Skogland y Alberto Guerra.

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Sebastián (Alberto Guerra) y Valeria (Zuria Vega) son una pareja de adultos jóvenes enamorados que están a punto de no solo definir la solidez de su relación, sino sobre todo de comprobar la fortaleza interna de cada uno de ellos. Valeria, independiente, trabaja en un restaurante para pagar su renta; mientras que Sebastián, dependiente, se ha quedado sin empleo y ha vuelto a vivir con su madre.



Un buen día, en su aparentemente pasible cotidianidad, los dos se enteran que Valeria está embarazada. La situación pondrá a ambos personajes en un punto de no retorno. Impulsado por la decisión de Valeria de tener al fruto de su amor, Sebastián decide proponerle matrimonio. Sin embargo como ya describí, ambos personajes están en distintos momentos de sus vidas; y sí, ambos se encuentran entre sí un tanto desconectados.

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Es cierto que el cine mexicano comercial ha apostado por las historias de comedia romántica, sin embargo, en el mismo género es posible presentar algunas variantes –aunque sean pocas–. Si bien en [Pelicula] En las buenas y en las malas no hallaremos el hilo negro, a mi parecer la película resulta ya refrescante por la forma tan sencilla en la que se nos presenta. El filme nos plantea de entrada a personajes que se perciben más reales y con los que seguramente una buena parte de la audiencia terminará conectando.



Habrá desde luego quienes sonsaquen a los protagonistas –en el caso de Sebastián, el personaje de Pamela (Macarena Achaga)-; momentos que les presentarán a ellos muchas dudas, encuentros y no pocos desencuentros; y escenas en las que se toparán también con otros personajes cuyo propósito no será otro que el de cumplir con la cuota cómica para quienes fungimos como público. Sin embargo, por la forma en la que son plasmados los personajes de Valeria y Sebastián, su futuro sí nos importa; hay pues una conexión con los personajes, punto de partida para que sus destinos sí nos interesen. Quizá en la presencia de los personajes de Christian Chávez y Natalia Téllez -el primero como el compañero de trabajo de Valeria y la segunda como su peculiar wedding planner-, hallemos los elementos menos sólidos de la película; sin embargo, y desde mi punto de vista, éstos no estorban del todo y se entienden completamente con el propósito de atraer a los cines a sus respectivos públicos.

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Ya que menciono al público, cabría señalar que percibo que [Pelicula] En las buenas y en las malas funcionará muy bien entre los jóvenes cercanos a los 30 años de edad, grueso de la población entre quienes harán eco muchos de los momentos representados por los personajes de Valeria y de Sebastián.

A lo anterior sumen los elementos clásicos del género, algunos clichés de fórmula y ese final que sin estropearles nada seguramente anticipan ya, En las buenas y en las malas funciona como una película para disfrutarse en pareja a días de celebrarse el inicio de la primavera. Al final la cinta no busca más que el entretenimiento, aunque he de decir también que consigue como elemento extra una reflexión que seguramente aparecerá en muchas conversaciones posteriores a su visionado.



Como director de cine debutante, [Director] Gabriel Barragan Sentiess cumple de manera eficiente con el encargo, Kari Skogland y Alberto Guerra por su parte salen bien parados, mientras que el resto del elenco consigue el objetivo. Al final [Pelicula] En las buenas y en las malas cumple con lo que nos promete desde el inicio. La decisión final se traducirá en las taquillas a partir de este viernes 15 de marzo en cines mexicanos.

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