Un Caballero y su Revólver | Adiós al eterno forajido

Cuando Robert Redford dio a conocer que se retiraría de la actuación fue inevitable no sentir un dejo de tristeza, no sólo tenemos que aceptar que ya no veremos un nuevo trabajo de uno de los grandes actores de Hollywood o, mejor dicho, de una de las pocas leyendas vivas de aquella época dorada, sino que también, toda una tradición cinematográfica se va con él: la de los forajidos que no usan la violencia, sino su carismáticos para conseguir sus fines. Pero el también director se ha ido a lo grande, así su última película Un Caballero y su Revólver - 98%, es todo un vehículo perfecto para rendir un homenaje a su legado, una película final que corona una portentosa filmografía.

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No es casual que Redford eligiera como su última participación una cinta policiaca, el actor fue una figura clave para sustentar el género allá por la década de los 70, de hecho, también eligió al director David Lowery para que dirigiera y escribiera esta película cuya base es una historia real, la del veterano ladrón de bancos Forrest Tucker cuyos golpes fueron relatados en un artículo escrito por David Grann en el The New Yorker.

Sin llegar a ser una película biográfica rigurosa ya que solamente se eligen algunas características de la personalidad del verdadero Tucker, por ejemplo, su avanzada edad, su irresistible sonrisa, así como sus 18 fugas de prisión, la película muestra los asaltos que lleva a cabo este septuagenario ladrón junto con dos cómplices -estupendos Danny Glover y Tom Waits-, sin embargo, un día es arrestado. En su camino conoce a Jewel (Sissy Spacek) quien se convertirá en su interés amoroso y la oportunidad de tener una vida distinta.

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Si bien nos deslumbra la brillantez con la que estos veteranos actores tejen a sus personajes, Un Caballero y su Revólver no sólo destaca por sus consagradas estrellas, también lo hace por la vocación artesanal del director, así como por una historia que logra ser tan indisociable al propio Robert Redford y a sus personajes más emblemáticos: en Tucker hay aires del cinismo, encanto y libertad de su Sundance Kid de Butch Cassidy & Sundance Kid - 89%, mientras que también hay algo del forajido que vive bajo sus propias reglas Johnny Kelly de El Golpe - 93%.

Si los actores construyeron de forma estupenda a sus personajes, David Lowery fue más allá al aprovechar sus historias y la forma en la que éstos se relacionan con Forrest Tucker, es decir, reforzando sus vínculos personales, de esta forma se da profundidad al relato y abre subtextos en torno a temas como la libertad, el paso del tiempo y los recuerdos, en este aspecto resulta importante señalar la injerencia que tiene el personaje del detective John Hunt, interpretado por Casey Affleck, ya que él y Tucker tienen una relación que va más allá de la meramente policiaca.

Pero decíamos al inicio que Un Caballero y su Revólver también supone el fin de una tradición fílmica y para ello, Lowery se enfocó en un estilo que recuerda los viejos thrillers policiacos de los años 70, su tempo y trama están estructurados “a la vieja escuela”, con precisión e inteligencia para desarrollarse de forma pausada y sin necesidad de artificios; aquí la magia reside en la filosofía del propio ladrón, la que sin ser necesariamente explícita nos habla de vivir al margen bajo nuestras propias reglas.

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Es cierto, Robert Redford es el alma de Un Caballero y su Revólver - 98%, su carisma, su presencia y su encanto no han dejado de llenar la pantalla y es por eso que no podemos más que celebrar su canto de cisne y maravillarnos con su interpretación. Una despedida nostálgica, pero esperanzadora, el perfecto adiós para una leyenda.