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Seguramente aún te llevas las manos a la cabeza de solo recordar la estrategia que usaron Jon Snow y Daenerys Targaryen para la Batalla de Winterfell, donde se enfrentaron contra el Rey de la Noche y su ejército. Aunque los vivos salieron victoriosos gracias a una excelente jugada de Arya Stark, con excelentes asistencias de The Hound y Beric Dondarrion, por poco pierde Winterfell y con ello hubiese venido la Larga Noche. No hace falta ser un experto para darse cuenta del error garrafal que cometieron al enviar a los Dothraki a morir y la lentitud con la que Daenerys y Drogon actuaron para saber que todo falló. Sin embargo, las cosas son diferentes cuando son analizadas desde el punto de vista de un experto en la materia.
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Jesse Tumblin, un experto en Historia Militar que trabaja en la Universidad de Boston y es fan de [Temporada] Game of Thrones (8), afirma que es imperdonable lo que se mostró durante ese episodio, según contó a The Washington Post. Él se encargó de desglosar cada movimiento que hicieron los protagonistas además de explicar por qué cree que los personajes, por sí solos, nunca hubiesen hecho lo que vimos ese domingo.
Aquí todos los detalles:
Todo comienza con una horda de Dothraki, aparentemente los únicos que quedaban, que son enviados con sus arakhs en llamas. Es una escena impresionante en la que segundos después, con horror, observamos como se empiezan a apagar y nadie regresa con vida. En el afán de mostrar buena televisión, se forma un desastre en cuanto a la táctica militar y es que resulta desconcertante -y difícil- salir de la incredulidad de que las personas que tenían experiencia militar estarían de acuerdo en hacer cosas como lo que vimos. Es difícil elegir un aspecto del ataque de apertura como el "más problemático" porque todo es un desastre.
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Si querían realmente ganar desde el comienzo, la táctica debía haber empezado por el uso de la artillería: las catapultas abrirían camino al derribar a los muertos, al mismo tiempo que darían una mejor oportunidad de que los Dothraki puedan hacer algo, y sobre todo de poder ver algo en esa noche tan oscura; también debieron haber estado ubicadas más atrás para dejar más espacio a quienes iban a combatir en ese campo. Es solo cuestión de regresar a ver el episodio para notar que prácticamente están unos encima de otros.
Los Dothraki son una buena caballería. Son la parte más móvil de la coalición de los vivos, y casi todos los pensamientos militares convencionales sugerirían que uno querría mantener a su caballería en reserva para maniobras. Sin embargo, ellos comenzaron con una carga que limita y finalmente destruye la efectividad de todas las fuerzas de artillería que tenían.
Según el experto, la única táctica decente de la Batalla de Winterfell fueron los “erizos checos”, es decir los obstáculos de defensa que habían colocado alrededor de Winterfell y que después Melisandre encendió, pero tampoco pudieron hacerlo a la perfección, ya que considera que debieron poner a la mayor parte de la infantería detrás de este obstáculo y hacer que los muertos vayan hacia él, de forma que en ese punto conseguirían un mayor número de víctimas a su favor.
Allí explica que lo mejor de un punto de estrangulamiento es que, especialmente cuando tiene una desventaja numérica, puede mitigar su desventaja numérica al obligar al enemigo a pasar por su punto de estrangulación de uno en uno. Esto es el principio detrás de la Batalla de las Termópilas, un momento militar clásico en el que una pequeña cantidad de griegos pudieron contener una fuerza mucho mayor de persas.
Los dragones fueron un completo desperdicio durante ese episodio. De haberse armado una buena estrategia, un barrido con el fuego de estas criaturas aladas hubiese debilitado a cerca de la totalidad del bando enemigo y muchos hubiesen podido ahorrar energías para el resto de la batalla e incluso la cantidad de víctimas del lado de los vivos se hubiese reducido drásticamente. Claro que esto solo funcionaba si se cumplían los puntos anteriores, pero como no pasó podemos ver los resultados en el episodio.
Bran Stark pudo, como mínimo, haber sido una gran arma de reconocimiento a favor de los vivos, pero ni siquiera usaron sus habilidades. Ellos no tenían idea de a qué exactamente se iban a enfrentar o a cuántos y el menor de los Stark podía darles la información en cuestión de minutos, así como en la mitad del episodio decide meterse en los cuervos para quién sabe qué, pero prefirió quedarse con Theon Greyjoy por última vez. Podría decirse como excusa que Bran sabía que las cosas debían pasar de esa forma, pero esto ya parece un discurso repetido.
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Jesse Tumblin, un experto en Historia Militar que trabaja en la Universidad de Boston y es fan de [Temporada] Game of Thrones (8), afirma que es imperdonable lo que se mostró durante ese episodio, según contó a The Washington Post. Él se encargó de desglosar cada movimiento que hicieron los protagonistas además de explicar por qué cree que los personajes, por sí solos, nunca hubiesen hecho lo que vimos ese domingo.
Aquí todos los detalles:
Todo falló desde el comienzo
Todo comienza con una horda de Dothraki, aparentemente los únicos que quedaban, que son enviados con sus arakhs en llamas. Es una escena impresionante en la que segundos después, con horror, observamos como se empiezan a apagar y nadie regresa con vida. En el afán de mostrar buena televisión, se forma un desastre en cuanto a la táctica militar y es que resulta desconcertante -y difícil- salir de la incredulidad de que las personas que tenían experiencia militar estarían de acuerdo en hacer cosas como lo que vimos. Es difícil elegir un aspecto del ataque de apertura como el "más problemático" porque todo es un desastre.
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Tenían que haber comenzado con las catapultas
Si querían realmente ganar desde el comienzo, la táctica debía haber empezado por el uso de la artillería: las catapultas abrirían camino al derribar a los muertos, al mismo tiempo que darían una mejor oportunidad de que los Dothraki puedan hacer algo, y sobre todo de poder ver algo en esa noche tan oscura; también debieron haber estado ubicadas más atrás para dejar más espacio a quienes iban a combatir en ese campo. Es solo cuestión de regresar a ver el episodio para notar que prácticamente están unos encima de otros.
Los Dothraki son una buena caballería. Son la parte más móvil de la coalición de los vivos, y casi todos los pensamientos militares convencionales sugerirían que uno querría mantener a su caballería en reserva para maniobras. Sin embargo, ellos comenzaron con una carga que limita y finalmente destruye la efectividad de todas las fuerzas de artillería que tenían.
La única táctica decente en toda la batalla
Según el experto, la única táctica decente de la Batalla de Winterfell fueron los “erizos checos”, es decir los obstáculos de defensa que habían colocado alrededor de Winterfell y que después Melisandre encendió, pero tampoco pudieron hacerlo a la perfección, ya que considera que debieron poner a la mayor parte de la infantería detrás de este obstáculo y hacer que los muertos vayan hacia él, de forma que en ese punto conseguirían un mayor número de víctimas a su favor.
Allí explica que lo mejor de un punto de estrangulamiento es que, especialmente cuando tiene una desventaja numérica, puede mitigar su desventaja numérica al obligar al enemigo a pasar por su punto de estrangulación de uno en uno. Esto es el principio detrás de la Batalla de las Termópilas, un momento militar clásico en el que una pequeña cantidad de griegos pudieron contener una fuerza mucho mayor de persas.
No aprovecharon a los dragones
Los dragones fueron un completo desperdicio durante ese episodio. De haberse armado una buena estrategia, un barrido con el fuego de estas criaturas aladas hubiese debilitado a cerca de la totalidad del bando enemigo y muchos hubiesen podido ahorrar energías para el resto de la batalla e incluso la cantidad de víctimas del lado de los vivos se hubiese reducido drásticamente. Claro que esto solo funcionaba si se cumplían los puntos anteriores, pero como no pasó podemos ver los resultados en el episodio.
Bran Stark pudo haber sido de utilidad
Bran Stark pudo, como mínimo, haber sido una gran arma de reconocimiento a favor de los vivos, pero ni siquiera usaron sus habilidades. Ellos no tenían idea de a qué exactamente se iban a enfrentar o a cuántos y el menor de los Stark podía darles la información en cuestión de minutos, así como en la mitad del episodio decide meterse en los cuervos para quién sabe qué, pero prefirió quedarse con Theon Greyjoy por última vez. Podría decirse como excusa que Bran sabía que las cosas debían pasar de esa forma, pero esto ya parece un discurso repetido.
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