Con un descenso en el promedio de filmes nacionales estrenados comercialmente (limitado a cinco), y el arranque de la denominada temporada de verano, que indica el multipublicitado lanzamiento de varios pesos pesados de la industria hollywoodense, la cartelera nacional mostró durante el mes de abril los diversos matices de una industria nacional cuya identidad y continuidad se debate entre aquellas producciones que buscan la pronta recuperación y el éxito financiero reproduciendo fórmulas probadas; y aquellas otras más arriesgadas, con propuestas diferentes que intentan fomentar un cine nacional multifacético, con mayor riqueza y diversidad en lo tocante a temáticas y contenidos.

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De estos y otros temas nos habla Alejandro Constantino, colaborador de Revista Encuadres y nuestro crítico invitado en esta ocasión, y lo hace a través del texto que a continuación publicamos:

El cine mexicano cerró marzo con buenos números, tres filmes estrenados durante ese mes mantuvieron su éxito taquillero en los primeros días de abril y a ellos se sumaron nuevas películas como la segunda parte de [Pelicula] No Manches Frida.



Los números son fríos y muchas veces no tienen correlación con la calidad, pero en una industria como la mexicana tener buenas ganancias en taquilla asegura la continuidad de la producción fílmica sin depender de los apoyos gubernamentales, al menos ese sería el modelo ideal.

Pero seamos sinceros, por más que haya buenos números en taquilla siempre será necesario encontrar calidad en una película, una buena historia acompañada de buenas actuaciones, equilibrio que nos permita ver un buen producto cinematográfico.

Abril nos regaló dos películas que marcan esta premisa, la primera es [Pelicula] No Manches Frida 2, la cual arrasó en su semana de estreno con el ranking de la taquilla nacional, sin embargo, carece de una historia que no sea la locura y frenesí al más puro estilo de la comedia barata norteamericana, sabemos que hay mucho público que gusta de estos contenidos pero no se vale que al público se le entregue cualquier producto con cuestionables estándares de calidad porque merece respeto.

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En este rubro, el del respeto al gran público, encontramos [Pelicula] El Complot Mongol, filme dirigido por [Director] Sebastián del Amo, quien cuenta entre su elenco con Damián Alcázar, Roberto Sosa, Eugenio Derbez y Xavier López “Chabelo”. El filme basado en la novela homónima de Rafael Bernal logra un equilibrio entre un texto que se ha vuelto clásico de la literatura moderna mexicana y la adaptación que hace Del Amo, para entregarnos una película entretenida, con pequeños easter eggs, actores que no se salen del tono que Del Amo lleva a lo largo del filme y que, aunque le falta cine negro y le sobra humor, nos deja tranquilos con lo que vemos en pantalla.



Abril también nos dio la oportunidad de ver otras propuestas, con un contenido hecho para provocar la reflexión y la empatía. [Pelicula] Bruma llegó a las salas mexicanas para presentarnos una historia que ahora más que nunca tiene vigencia, la búsqueda de la identidad, el quién soy, qué quiero y a dónde voy, preguntas que todos los seres humanos nos hacemos en algún punto de nuestra existencia y que nos permiten entender que simplemente somos, sin importar lo que piensen los demás.

Pero también llegaron filmes, con una exhibición más modesta, que nos recuerdan la importancia de los movimientos sociales en pos de un cambio, es el caso de [Pelicula] Me Llamaban King Tiger, una historia que revalora la figura de Reies López Tijerina, un chicano que a través de un movimiento transgresor y radical cuestionó el sistema de gobierno norteamericano. Este documental vuelve a poner en la línea las diferencias entre cumplir la ley y buscar justicia, evidentes sobre todo en un sistema judicial como el estadounidense.

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Ahora bien, más allá de la taquilla, las historias, los temas y el tratamiento de los mismos, abril nos volvió a mostrar la gran riqueza del cine nacional, nos refrendó que siempre habrá más opciones para todo tipo de público y aunque la comedia sigue siendo muy socorrida, es innegable que hay una diversidad de géneros que deconstruyen la idea del cine mexicano como un todo; sí, falta mucho por hacer en materia de exhibición, distribución y tiempos en pantalla nadie lo pone en duda pero los cimientos están puestos y la ruta trazada es la correcta.