Aún cuando el propósito primario de Leto - 90%, dirigida y coguionizada por el cineasta ruso Kirill Serebrennikov (director en 2016 de El Discípulo - 87%), es convertirse en un sentido tributo a la era del rock y a los músicos, sobre todo del escenario underground que la llenaron de vida, ritmo y canciones, existe una carga de crítica al autoritarismo político, cuando menos una descripción muy evidente a lo largo de la misma. Sin embargo, hay un mensaje inspirador e idealista que se alza por encima de cualquier otra lectura o interpretación: la existencia de un mundo sin fronteras en el cual los sueños no sólo pueden perseguirse, sino además ser alcanzados.
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Temporalmente ubicada en la década de los 80, en un ambiente de final cercano del régimen soviético, geográficamente en la Rusia natal de su director, conoceremos aquí la historia de Viktor Tsoi (interpretado por Teo Yoo) un joven músico que, inspirado por las bandas e intérpretes del momento (como Led Zeppelin y David Bowie), ha decidido convertirse en una estrella más de la escena. Una vez encauzada su vida por este rumbo, entrará en un triángulo amoroso al conocer a Natasha (Irina Starshenbaum), esposa del líder de la banda Kino, Mike Naumenko (Roman Bilyk).
Filmada en blanco y negro, además de muy cuidadosa de los detalles, para buena parte de la crítica, Leto es un biopic que no se conforma con evocar toda una época, sino que además nos sumerge en ella: un verdadero homenaje a la misma. Filme crítico e inspirador, revestido por momentos bajo el ligero atuendo de comedia romántica y un interesante soundtrack.
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A continuación rescatamos algunas críticas referentes al comentado filme:
Stephanie Zacharek escribe para Time Magazine:
Incluso cuando Leto no pregona ninguna agenda política obvia, se siente peligrosa, como una mirada de reojo que dispara dagas.
David Ehrlich apunta para IndieWire:
A pesar de todos sus confitados esbozos, Leto se enorgullece del sentimiento, o la memoria, de encontrarse en un mundo que no le teme a quién podría llegar a ser.
En tanto que Justin Chang opina para el Chicago Tribune:
Es un concepto lúdico y curtido de la realidad, así como uno inesperadamente conmovedor.
En New York Times, Jannette Catsoulls destaca:
Al tejer un triángulo amoroso en una observación conmovedora sobre la creciente y menguante creatividad, Serebennikov se deleita con radiantes escenas en blanco y negro de arena urbana.
A.A. Dowd de AV Club resalta lo siguiente:
Una película suelta, ambulante, odiosamente estilizada en ocasiones, del cantautor soviético y líder de Kino, Viktor Tsoi, quien murió joven y amado.
Desde Vilage Voice, Bilge Ebiri reporta:
Una oda a un mundo sin fronteras.
En palabras de Sergio Huidobro para Cine Premiere:
...poseída por la energía de un soundtrack vibrante, va a ganar un culto rápido y extenso...
Scott Toblas escribe para NPR:
Leto se siente como un sueño de libertad, transmitido por los sonidos de New Wave de David Bowie y Talking Heads, y llena del anhelo de que el país se relaje un poco.
En palabras de Carlos Bonfil para La Jornada:
Filmada en blanco y negro, Leto recupera con acierto escenográfico las atmósferas grises de Leningrado (hoy San Petersburgo) (...) rinde homenaje no sólo a esas bandas de rock clandestinas, sino al cine de la Perestroika que tuvo como protagonistas a esos mismos músicos...
En un tono distinto a las opiniones anteriores, Guy Lodge opina para Variety:
Sólo esporádicamente encuentra el punto dulce, aterrizando en momentos perdidos tanto de la ternura humana como de la euforia musical en una desconcertante ventisca de personajes variados, estilos y canciones que a menudo se convierten en franco kitsch.
En tanto que Monica Castillo destaca para RogerEbert.com:
Si estas bandas no son de tu agrado, te espera un poco de trabajo.
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