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En el mundo del cine es cada vez más común que actores, músicos, pintores, entre otros artistas, decidan probarse como directores para explorar nuevas necesidades artísticas y/o utilizar distintas alternativas de expresión al medio al que habitualmente se dedican. En algunos casos el resultado ha sido exitoso, mientras que para otros sólo se ha significado su debut y despedida detrás de la cámara. Tal acercamiento al séptimo arte es algo que para cualquier artista podría llegar a darse de manera natural, ya que el cine se complementa bien con todas las bellas artes. La verdadera sorpresa aparece cuando alguien con una profesión totalmente distinta al celuloide decide dedicarse a hacer películas e incluso abandona su carrera actual para poder cumplir sus objetivos cinematográficos.
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La premisa anterior podría ser digna de una película, pero se trata del caso del director [Director] Thomas Lilti, un médico de profesión que cambió la medicina para continuar con su vocación de cineasta, no obstante, las ciencias de la salud siguen siendo el motor de sus películas. Desde su opera prima, [Pelicula] Hipócrates: El Valor de una Promesa nos presentó la historia de un médico internista que le hacía frente a principios éticos en medio de las dificultades de la sanidad pública francesa, un debut que le valió las nominaciones a Mejor película y a Mejor director en los Premios César. Con su segundo largometraje, [Pelicula] Un Amigo Irremplazable, nos mostró más acerca de lo agotadora que puede ser la vida de un doctor a partir del personaje de Jean-Pierre, quien dedica día y noche a atender enfermos en una zona rural hasta que es él quien cae enfermo y tiene que contar con la asistencia de Nathalie, una doctora novata que se presenta como su relevo.
El tercer largometraje del Doctor Lilti sigue abordando algunos de los temas presentados en sus obras anteriores, sin embargo, en esta ocasión lleva dichos tópicos al siguiente nivel con una carga política mucho más potente y a diferencia de sus antecesoras que abordaron la práctica de la medicina, ahora se centra en la juventud, en la competitividad académica y en los esfuerzos estudiantiles. Con [Pelicula] Primer Año , el cineasta vuelve a las aulas escolares para relatar la realidad de una complicada vida universitaria y lo hace a través de Benjamin y Antoine, dos estudiantes de primer curso que se preparan para entrar a la carrera de medicina, pero de inmediato son absorbidos por las dificultades que hay que pasar para conseguirlo, mismas que deben afrontar con sacrificios personales y la amistad para ayudarse el uno al otro a alcanzar sus sueños.
El cine del Lilti se ha destacado desde sus inicios por tener un alto nivel de determinación y carácter que se nota en su labor como director. Ha sabido aplicar sus conocimientos médicos no solo para desenvolverse con total acierto en el terreno audiovisual, sino también para divulgar distintas realidades que podrían llegar a ser totalmente desconocidas para el público. Los mensajes políticos están muy presentes en la filmografía del realizador y no se detiene en presentar casi a nivel de documental la verdad de un contexto en el que ha participado como testigo. A pesar de que su cine no es autobiográfico, Lilti conoce a la perfección los temas en los cuales basa sus argumentos y lejos de transformarlos en panfletos o abordarlos únicamente desde su punto de vista, invita al espectador a tomar su propia postura ante está crítica social y a darle distintos niveles de lectura a la cinta.
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Las primeras impresiones que ha tenido esta película por parte de la crítica especializada han sido en su totalidad positivas, destacan la sensibilidad de Litlti para retratar la realidad que viven muchos estudiantes no sólo de medicina, sino de muchas otras carreras. Los críticos comentan que más que una película de aprendizaje, también se trata de una excelente denuncia política hacía un sistema educativo bastante ortodoxo, el cual parecería tener como única meta evaluar la capacidad de memorizar textos más que el talento de los estudiantes. Además de reconocer las virtudes del director, la prensa también alaba el talento de los actores protagonistas, Vincent Lacoste ([Pelicula] Vivir Deprisa, Amar Despacio) y William Lebghil (La Fine Équipe), ya que destaca cada uno en sus rol y con buena química en conjunto. Algunos críticos declaran que el verdadero corazón de la película se encuentra en la relación de amistad de estos dos personajes.
Primer Año es, a partir de las opiniones de la crítica, una historia de la lucha por los sueños. Una película que expone la hipercompetencia provocada por un sistema disfuncional y a la que todos estamos expuestos a vivir, no sólo durante en la etapa escolar, sino también en el campo laboral. Una entrega que resulta políticamente necesaria en nuestros tiempos. Es una cinta que nos recuerda cómo la solidaridad y la amistad pueden volvernos más tolerantes y humanos ante una realidad tan frustrante y agotadora a las que nos seguimos enfrentando a diario. Todo esto y más es lo que comentan los críticos acerca de este estreno.
A continuación las primeras impresiones de la crítica especializada sobre esta película:
Sophie Rosemont, de Rolling Stone, afirma:
Manuel Kalmanovitz G, de Semana, agrega:
Ivonne Koike, de Frecuencia Geek, comenta:
Miguel Ángel Pizarro, de eCartelera, dice:
Lo último, agrega:
El Tiempo, subraya:
Laura Kid de Line Up:
Ahuitz Maldonado de PlayCam:
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El tercer largometraje del Doctor Lilti sigue abordando algunos de los temas presentados en sus obras anteriores, sin embargo, en esta ocasión lleva dichos tópicos al siguiente nivel con una carga política mucho más potente y a diferencia de sus antecesoras que abordaron la práctica de la medicina, ahora se centra en la juventud, en la competitividad académica y en los esfuerzos estudiantiles. Con [Pelicula] Primer Año , el cineasta vuelve a las aulas escolares para relatar la realidad de una complicada vida universitaria y lo hace a través de Benjamin y Antoine, dos estudiantes de primer curso que se preparan para entrar a la carrera de medicina, pero de inmediato son absorbidos por las dificultades que hay que pasar para conseguirlo, mismas que deben afrontar con sacrificios personales y la amistad para ayudarse el uno al otro a alcanzar sus sueños.
El cine del Lilti se ha destacado desde sus inicios por tener un alto nivel de determinación y carácter que se nota en su labor como director. Ha sabido aplicar sus conocimientos médicos no solo para desenvolverse con total acierto en el terreno audiovisual, sino también para divulgar distintas realidades que podrían llegar a ser totalmente desconocidas para el público. Los mensajes políticos están muy presentes en la filmografía del realizador y no se detiene en presentar casi a nivel de documental la verdad de un contexto en el que ha participado como testigo. A pesar de que su cine no es autobiográfico, Lilti conoce a la perfección los temas en los cuales basa sus argumentos y lejos de transformarlos en panfletos o abordarlos únicamente desde su punto de vista, invita al espectador a tomar su propia postura ante está crítica social y a darle distintos niveles de lectura a la cinta.
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Las primeras impresiones que ha tenido esta película por parte de la crítica especializada han sido en su totalidad positivas, destacan la sensibilidad de Litlti para retratar la realidad que viven muchos estudiantes no sólo de medicina, sino de muchas otras carreras. Los críticos comentan que más que una película de aprendizaje, también se trata de una excelente denuncia política hacía un sistema educativo bastante ortodoxo, el cual parecería tener como única meta evaluar la capacidad de memorizar textos más que el talento de los estudiantes. Además de reconocer las virtudes del director, la prensa también alaba el talento de los actores protagonistas, Vincent Lacoste ([Pelicula] Vivir Deprisa, Amar Despacio) y William Lebghil (La Fine Équipe), ya que destaca cada uno en sus rol y con buena química en conjunto. Algunos críticos declaran que el verdadero corazón de la película se encuentra en la relación de amistad de estos dos personajes.
Primer Año es, a partir de las opiniones de la crítica, una historia de la lucha por los sueños. Una película que expone la hipercompetencia provocada por un sistema disfuncional y a la que todos estamos expuestos a vivir, no sólo durante en la etapa escolar, sino también en el campo laboral. Una entrega que resulta políticamente necesaria en nuestros tiempos. Es una cinta que nos recuerda cómo la solidaridad y la amistad pueden volvernos más tolerantes y humanos ante una realidad tan frustrante y agotadora a las que nos seguimos enfrentando a diario. Todo esto y más es lo que comentan los críticos acerca de este estreno.
A continuación las primeras impresiones de la crítica especializada sobre esta película:
Sophie Rosemont, de Rolling Stone, afirma:
El dúo formado por Leghbil y Lacoste, de gran complicidad, es absolutamente irresistible, hilarante y conmovedor.
Manuel Kalmanovitz G, de Semana, agrega:
…las imágenes más memorables están relacionadas con el carácter masivo del proceso educativo.
Ivonne Koike, de Frecuencia Geek, comenta:
…nos bosqueja una realidad que muchos estudiantes, no sólo de medicina, han tenido que pasar…
Miguel Ángel Pizarro, de eCartelera, dice:
Lilti hace una feroz crítica al sistema educativo de estudios superiores, llevándolo a su terreno, la medicina…
Lo último, agrega:
…logra mostrarnos de una manera didáctica lo que le sucede a los jóvenes interesados en estudiar una carrera en las ciencias de la salud en Francia.
El Tiempo, subraya:
Más que una película de aprendizaje, es una película política…
Laura Kid de Line Up:
Gran trama, buena narrativa y sobretodo excelente desarrollo de los protagonistas.
Ahuitz Maldonado de PlayCam:
…es una excelente cinta que refleja muy bien la estresante decisión que alguien sufre cuando de elegir una carrera se trata…
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